Ocho de cada diez docentes gallegos de Religión consideran que las novedades introducidas por la Lomloe (Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación) en torno a su asignatura han traído consigo mayores dificultades a la hora de impartir la enseñanza. Un nivel de descontento con la norma educativa entrada en vigor en 2021 que es mucho mayor entre los profesionales que imparten la enseñanza en Galicia que la media estatal, situada en el 66%. Así lo refleja una encuesta realizada por el Observatorio de la Religión en la Escuela, de la Fundación SM, en la que participaron 2.000 profesores de esta materia en España.
En los últimos años, el porcentaje de alumnos que deciden cursar la asignatura ha registrado una continua caída. Según datos del curso 2021/2022 —los últimos datos disponibles en la web del Ministerio de Educación —, solo el 59,85% de los estudiantes de Infantil, Primaria, ESO y Bachillerato (algo más de tres millones) elegía la materia de Religión. Una tasa que representa el mínimo histórico de alumnado matriculado en la asignatura y que supone un descenso de más de 15 puntos porcentuales con respecto a hace tan solo una década. A nivel gallego, la tasa es muy similar, pero ligeramente más reducida.
La situación amenaza con agravarse, según señalan numerosos docentes, a consecuencia de la Lomloe, que entró en vigor el 19 de enero de 2021. Y es que, con la normativa impulsada por la exministra socialista Isabel Celaá, se redujo la carga horaria de la asignatura a una sola hora semanal, dejó de contar para la nota media y, además, se sigue contemplando como materia optativa que no tendría alternativas a nivel de horario con otras disciplinas, suponiendo que el alumno tendría que realizar un esfuerzo extra en comparación con los compañeros que decidan no cursar Religión.
Precisamente, la supresión de la valoración de esta asignatura del currículo es la traba de la que más se quejan los docentes de religión. Así lo señalan el 87% de los encuestados. Por su parte, la reducción horaria supone un obstáculo en el buen desempeño de la asignatura para el 78% de los profesores. Finalmente, la desaparición de una materia alternativa a la Religión es considerada como una contrariedad por el 76% de los docentes.
Por ello, casi siete de cada diez docentes gallegos de la materia (el 68%) consideran que durante los últimos dos años —desde la entrada en vigor de la ley— la enseñanza de la Religión ha empeorado.
Diferencias pública-privada
El informe elaborado por el Observatorio de la Religión en la Escuela muestra también diferencias en la percepción que tienen los docentes dependiendo de la titularidad del centro en el que trabajan. Así, los profesores de centros públicos —que han sufrido más la caída del alumnado que cursa su asignatura— consideran que las novedades que ha introducido la Lomloe en su materia han supuesto un problema en mucha mayor medida que los docentes de la concertada y/o privada. Así, mientras que el 87% de los profesores de la pública creen que la normativa ha implicado más obstáculos para su trabajo, el porcentaje desciende veinte puntos cuando quien responde es el docente de un centro de titularidad privada.
Enmienda a la totalidad
Más allá de los problemas que puedan percibir en el desarrollo de su materia, los docentes de Religión encuestados consideran mayoritariamente que la norma educativa no ha logrado mejorar la calidad general del sistema educativo español. Así, el 85% de los profesores considera que la ‘ley Celaá’ ha supuesto poco o ningún progreso con respecto a la ley anterior —la Lomce, conocida popularmente como ‘ley Wert’—. Una aseveración que mantienen un 82% de los docentes gallegos de Religión encuestados por la Fundación SM.
Los requisitos son disponer de la titulación en Magisterio para Primaria, y en Ciencias Religiosas (con reconocimiento civil) o en Teología, para Secundaria. Además, el aspirante debe contar con la Declaración Eclesiástica de Idoneidad (DEI) que atestigua una «recta doctrina y testimonio de vida cristiana» y la Declaración Eclesiástica de Competencia Académica (DECA), que es expedida por la Conferencia Episcopal Española (CEE).
Un acceso a la docencia sin necesidad de opositar
Los docentes de Religión son los únicos en el sistema público de educación en España que pueden llegar a las aulas sin haber tenido que ganarse antes la plaza en unas oposiciones. Y es que quien propone a los maestros es directamente el obispo, a través del delegado diocesano de Enseñanza.
