Hubo un tiempo en que los centros de Alexander-Arnold eran el terror de Europa. En aquel Liverpool desatado de Klopp, cada vez que el joven inglés armaba la pierna derecha, despegaba un misil hacia el área rival que provocaba el pánico en los defensas. Envíos rápidos, afilados e indefendibles que eran medio gol. El despliegue del jovenzuelo era admirable, apareciendo arriba y abajo por la banda sin guardarse una carrera. Era el mejor repartidor de asistencias posible, llegando un año a la veintena de pases de gol. Es cierto que en las últimas dos temporadas su rendimiento ha bajado algo, debido sobre todo a las lesiones, pero a los 26 octubres que tiene, aún está para dar un buen nivel.
En el lateral derecho del Madrid hay un veterano recio como Carvajal que no va a soltar el puesto con alegría así que, hasta que eso llegue, Trent podrá adaptarse a otras posiciones y desplegar todo su fútbol en ataque, donde realmente le gusta aparecer. Su capacidad de desequilibrio en la banda y, sobre todo, su calidad en el envío de balones envenenados al área le vendría bien a un equipo al que se le siguen atascando muchos partidos. Y mejor aún le iría si en la plantilla hubiera un rematador top, un killer del área, que ahora mismo no lo hay.
Sea como fuere, la llegada de un jugador de su entidad supondría también un paso más en el crecimiento de la marca Real Madrid, con otro internacional reconocido mundialmente que se apunta a la historia. Ya se verá si el inglés ha jugado ya, como piensan algunos, los mejores 50 partidos de su carrera. Ojalá no.
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