El Ayuntamiento de Los Ángeles, California, ha aprobado un decreto que declara a esta urbe como una “ciudad santuario”. Esto le permitirá contrarrestar las deportaciones masivas de inmigrantes que Donald Trump ha prometido efectuar durante su segundo mandato presidencial en Estados Unidos.
La ordenanza fue ratificada de forma unánime por el consejo municipal. Prohíbe la colaboración de la Policía local con las autoridades federales migratorias. Además, restringe el acceso al Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) a las bases de datos de los residentes. La comunidad extranjera genera una derrama económica anual cercana a los 10 millones de dólares en la ciudad californiana.
Con el fin de garantizar el buen funcionamiento de su acuerdo con Albania, Italia ha reavivado el debate sobre la lista de 22 ‘países seguros’. Nuevas polémicas surgen alrededor de Estados que no cumplen al pie de la letra con la normativa.
Mexicanos migrantes en la mira de Trump
Eric Garcetti, exalcalde de Los Ángeles, emitió en 2017 una orden ejecutiva que limitaba la cooperación entre las fuerzas del orden de la ciudad y el ICE. Pese a ello, hasta ahora no existía un mecanismo legislativo que estableciera de manera permanente estos impedimentos. Karen Bass, actual regidora de la localidad, dijo en días pasados que la certificación de la medida era urgente “en especial ante las amenazas crecientes a las comunidades de migrantes”.
El presidente electo confirmó esta semana que tiene previsto declarar una alerta de emergencia nacional para frenar la entrada a territorio estadounidense de extranjeros indocumentados a través de la frontera con México. Esto le permitiría disponer de efectivos militares para llevar a cabo redadas migratorias a gran escala.
El empresario, que asumirá el cargo presidencial el próximo 20 de enero, ha nombrado a Tom Homan, exdirector del ICE, como ‘zar de la frontera’. El funcionario ha criticado en repetidas ocasiones a las “ciudades santuario”. Las ha calificado como un peligro para la seguridad nacional. Específicamente, mostró su oposición a la Ley Santuario de Inmigrantes vigente en el estado de California. La reforma prohíbe a las agencias federales, estatales y locales investigar, interrogar o detener y detectar a personas en su demarcación en virtud del marco legal migratorio nacional. Homan es conocido por haber supervisado una estrategia que provocó la separación de cerca de 4,000 niños migrantes de sus padres entre 2017 y 2018.
Diversas organizaciones civiles han expresado preocupaciones sobre las nuevas políticas fronterizas que se establecerán durante la segunda presidencia de Trump. Anticipan que los mexicanos en situación irregular se verán particularmente afectados. El grupo representa cerca del 23% del total de 47.8 millones de migrantes nacidos en el extranjero que viven en Estados Unidos, de acuerdo con cálculos del Instituto de Política Migratoria. Alrededor del 60% radica en las entidades de California y Texas.
¿Qué son las “ciudades santuario”?
La organización sin fines de lucro Global Refuge explica que las poblaciones que adoptan esta caracterización se definen como comunidades “con una política que disuade a las autoridades locales de informar la situación migratoria de las personas [que las conforman]. Impiden arrestar o investigar por delitos o indagatorias menores a estos individuos”.
La confederación internacional Oxfam añade que las urbes bajo está normativa se comprometen a proveer albergue, garantizar el derecho a la alimentación, brindar servicios de salud y atención psicoemocional, facilitar el acceso a programas educativos y proporcionar programas de inserción laboral a los extranjeros indocumentados que habitan en sus territorios.
