Las inspecciones de dispositivos electrónicos en aeropuertos y puertos fronterizos han generado inquietudes entre los viajeros
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Las inspecciones de celulares o computadoras en aeropuertos y puertos fronterizos han generado inquietudes entre los viajeros, pues las implicaciones legales y de privacidad no están del todo claras.
Aunque las protecciones de la Cuarta Enmienda restringen inspecciones sin orden judicial, el gobierno sostiene que estas no aplican en las fronteras. Organizaciones como la ACLU cuestionan esta postura, argumentando que los dispositivos contienen información personal que merece protección constitucional.
Inspección de celulares y computadoras
El debate sobre este tema se intensificó en 2014, cuando la Corte Suprema dictaminó que la revisión de teléfonos bajo arresto requiere una orden judicial.
Sin embargo, el gobierno no ha extendido esta garantía a las fronteras, dejando a los viajeros expuestos a inspecciones rápidas o forenses. Estas revisiones pueden incluir la copia completa de los datos del dispositivo, que pueden ser retenidos por varios días o incluso meses.
Ante esta situación, es necesario que los viajeros se preparen. Por ejemplo, los ciudadanos estadounidenses no pueden ser rechazados en la frontera por negarse a compartir contraseñas, pero podrían enfrentar retrasos o la confiscación temporal de sus dispositivos.
En contraste, los titulares de visas o turistas podrían ser denegados al ingreso por esta misma negativa. Para proteger su información, se recomienda viajar con dispositivos que contengan la menor cantidad de datos posible, encriptar información sensible y almacenar documentos confidenciales en la nube.
Políticas ambiguas
El Servicio de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) también regula el acceso a datos confidenciales, como comunicaciones abogado-cliente o información periodística. Sin embargo, estas políticas son ambiguas y no siempre garantizan protección adecuada. Periodistas y abogados deben alertar a los agentes de CBP sobre la naturaleza de su información para minimizar riesgos.
Las inspecciones de dispositivos han aumentado de forma drástica.
La ausencia de un marco legal claro incrementa la urgencia de establecer límites constitucionales en estas prácticas. Mientras tanto, los viajeros deben tomar medidas preventivas para salvaguardar su privacidad y derechos.