Categoria:

Lola Josa: “La espiritualidad no tiene nada que ver con la religión, sino con las dimensiones de lo humano”

Autor: Anna Maria Iglesia

Catedrática de Literatura Española en la Universidad de Barcelona y especialista en el Siglo de Oro y en literatura mística, especialmente en la figura de San Juan de la Cruz, Lola Josa firma La medida del mundo. Palabra y principios femeninos (Athenaica). Se trata de un brillante y revelador ensayo, fruto de años de estudio y de su interés por el mundo y los saberes hebraicos, en el que reivindica la figura de María y relee el misterio mariano, al que define como el primer y último misterio de nuestra civilización. La medida del mundo es además una reivindicación del trabajo filológico: Josa regresa al texto, se detiene en cada palabra, analiza cada referencia, cada número, cada imagen. Relee los textos bíblicos, tanto los oficiales como los apócrifos, y contrarresta así las interpretaciones  interesadas; regresa a estos textos no solo centrándose en la figura de María y la idea de lo femenino, sino también mostrando las raíces hebraicas del cristianismo y de nuestra civilización. 

¿Cuánto le debe La medida del mundo a su trabajo sobre el Cántico espiritual de San Juan de la Cruz?

Mucho. Empiezo a interesarme por el Cántico por una necesidad muy temprana en mi vida: la decisión de ir hacia el origen de una tradición. A una edad muy temprana tuve necesidades espirituales importantes. Hay que tener en cuenta que, cuando eres adolescente, vas buscando tu camino cómo puedes, cómo sabes y según las circunstancias. Estudias para satisfacer tus necesidades y esto es lo que hice. Leí textos diversos hasta encontrar postulados intelectuales de los que nunca me habían hablado y que despertaron mi interés. Así es cómo llegué al Cántico y a interesarme por el pensamiento de un místico, San Juan de la Cruz, que participa de una tradición hebraica que es clave en la mística castellana de la segunda mitad del siglo XVI. Me enamoré literalmente de toda esta tradición hebraica que no solo está en el origen del cristianismo, sino que te permite entenderlo. Con el tiempo este estudio se ha convertido para mí en un camino de autoconocimiento.

Lola Josa

Lola Josa SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

¿En qué sentido?

Conocimiento de mi sociedad, de mi tiempo, de la estructura político-social de nuestro mundo, de unos modelos intelectuales y académicos…

Menciona la tradición hebraica como origen, pero, paradójicamente, cuanto se habla del origen cultural, social y político de nuestro mundo siempre se apela al cristianismo.

Olvidando que el cristianismo tiene, a su vez, unas raíces que son las raíces que se encuentran en la Torá. Fray Luis de León tiene libros extraordinarios donde eso se puede ver. Quienes estuvieron próximos a Teresa de Jesús y a Juan de la Cruz recibieron toda esa herencia intelectual, que no era exclusiva de Fray Luis de León. Lo que me interesa es estudiar esta tradición que ha configurado un paradigma teopolítico y sociopolítico fundamentado en el modelo del hombre o, mejor dicho, de lo masculino como medida de todo. Esto ha condicionado para mal todo el desarrollo de nuestra cultura europea

¿Lo que ha condicionado más no ha sido la ausencia de interés por la mujer y por lo femenino?

Basta tener algún interés por la historia intelectual de las ideas para percibir la fascinación que ha generado secularmente y sigue generando el discurso intelectual de un hombre. Su discurso es considerado superior respecto al de una mujer. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que se nos han inoculado principios y modelos que nos han condicionado y limitan nuestro poder cognitivo. Lo femenino se ha asociado al gemido, a la queja, a la insatisfacción, a la autorreferencialidad… mientras que lo masculino siempre se ha estimado como el parámetro o el eje que pauta el desarrollo del pensamiento de una sociedad.

'La medida del mundo'

‘La medida del mundo’ ATHENAICA

De ahí su vuelta de tuerca: en su último ensayo relee la tradición hebraica y su influencia en el cristianismo prestando atención a la figura de María. 

María es el origen de todo lo manifestado, sin misterio alguno, si bien bastante misterio es ya de por sí la existencia, independientemente de la perspectiva desde la cual te la plantees. Por mucho que creas llegar al final y al desvelamiento pleno, siempre se te abren interrogantes. La existencia es, por definición, inabarcablemente infinita. Y el misterio mariano empieza ahí, en lo manifestado de algo inabarcable.

María, como personaje, siempre ha estado presente en el texto. Pero ¿la hemos leído?

Efectivamente, estando presente en el texto, no veíamos a María. Y esto tiene que ver con lo que comentábamos. ¿Por qué no puede haber mujeres sacerdotisas? La iglesia que no es más que una institución que ha renegado durante siglos de unos textos, de una ortodoxia y de unos ritos, la mujer ha quedado como una mera sirvienta. ¿Por qué? ¿Por qué se ha ocultado el origen del misterio mariano? ¿Por qué hablamos de los patriarcas y no de las matriarcas, cuando cada patriarca tiene una matriarca? Este ocultamiento nada tiene que ver con lo sexual. De lo que aquí hablamos es de otra cosa, porque lo que está en juego no es lo sexual.Es lo femenino, privilegiando a lo masculino.

¿Lo femenino y lo masculino no tienen que ver exclusivamente con lo sexual?

No, están al margen de lo sexual. Mejor dicho: lo masculino y lo femenino no son propia y exclusivamente términos sexuales.

Anna María Iglesia y Lola Josa

Anna María Iglesia y Lola Josa SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Volviendo a su ejercicio de releer los textos sagrados poniendo a María en el centro, ¿la lectura es un ejercicio de poder y de contrapoder?

Sin duda. No siempre, pero muchas veces se depuran los textos de manera malintencionada. Personalmente, me llaman mucho la atención los errores de lectura que comete un personaje que a mí me interesa mucho: San Jerónimo. Como traductor, los errores que él mismo comete, claro, no son tendenciosos; sin embargo, la manipulación de sus textos que se hace a posteriori a la hora de su transmisión no es nada inocente y se sigue llevando a cabo. La misa no deja de ser la imposición de un discurso único. El hecho de no legalizar, de no considerar y de no incorporar dentro de la ortodoxia otros manuscritos y de excluir la sabiduría hebraica de la Torá es la prueba de esta imposición. La Torá es el texto a partir del cual se pueden desvelar los principales misterios del cristianismo.

¿En el mundo hebraico la mujer acaso no ocupa también un lugar secundario?

Dentro del mundo hebraico existe también la ortodoxia, obviamente. Y como con todas las ortodoxias, hay que ir con cuidado. Dicho esto, el texto de la Torá es un texto liberador. Por eso me parece poco comprensible que predomine la sabiduría y la mitología griega por encima de las de Jerusalén, de la sabiduría hebraica.

¿Cree que hay cuestiones histórico-políticas detrás? 

Yo me centro exclusivamente en el texto. Y el texto es mucho más que una aventura, es una experiencia de autoconocimiento como lo puede ser el Libro del Tao o los cuatro principios básicos de los indios navajos. Lo que quiero decir es que el pueblo de Israel es el pueblo de la palabra de la Torá y esa palabra construye un tratado de sabiduría maravilloso. Esa palabra no es un lugar determinado situado en un mapa. Obviamente, la Torá es la expresión de la espiritualidad de un pueblo del desierto, pero no solo: es también una palabra que se expresa para cualquier persona de cualquier otra latitud. Es muy tendencioso limitar la Torá a un lugar en el mapa. Es como sostener que los diálogos de Platón no pueden ser entendidos por otras culturas.

Habla del desconocimiento que tenemos de la sabiduría hebraica, pero diría que no es tan sorprendente si consideramos que la Biblia, un texto más próximo, es una gran desconocida para mucha gente. 

Cada vez lo es más. Este desconocimiento tiene su origen en el siglo XVIII, cuando se produjo un quiebro que no solo nos ha alejado del texto bíblico, sino que lo ha estigmatizado. En gran medida, los responsables de esta estigmatización fueron los representantes de la gestión del saber de este libro. En el caso concreto de España, si repasamos la historia democrática reciente, encontramos varias generaciones intelectuales que no han mostrado interés por la Biblia, olvidando que no es un libro religioso, sino un libro liberador y de una sabiduría que trasciende los tiempos y las latitudes. Desconocer la Biblia implica perderse toda una serie de experiencias y expresiones artísticas, empezando por la pintura. Por esto, antes hablaba de la mitología

¿Cómo puede ser que se haya perdido la mitología bíblica? ¿Cómo puede ser que, por ejemplo, a los niños se les empuje a celebrar las Navidades, pero sin contarles su origen? Celebramos Navidades y Semana Santa, pero desconocemos el relato que hay detrás. Seamos coherentes, ¿no? Hace poco, mi querido amigo Juan José Tamayo, que es un teólogo de la liberación, publicó un artículo donde hablaba de que la pobreza en el nacimiento de Jesús es una clave para entender el misterio de la Navidad. Por ejemplo, los adornos del árbol de Navidad no se entienden si no conocemos su origen hebraico. Y lo mismo sucede con la pobreza a la que aludía Tamayo. No es una pobreza material, si no de  valores. La pobreza apela a unos principios ontológicos de orden superior. 

Muchas veces se asocia conocer la Biblia con creer, con tener fe.

Son cosas distintas. No se tiene que creer en nada, se tiene que experimentar. La existencia es la vida viva. El discurso de la razón ha despreciado creer, pero no olvidemos que la razón tiene límites y no consigue captar la experiencia de lo humano en su totalidad.

Como profesora, ¿qué interés percibe en sus estudiantes en torno a estas cuestiones?

El interés lo tienes que despertar. Cada grupo de alumnos es un mundo y, aunque se trate de la misma asignatura, cada grupo reacciona de manera distinta. En mi opinión, a los alumnos tienes que sentirlos muy próximos, pero no me refiero a una proximidad amistosa, me refiero a prestarles atención. Como docente, en el aula intento estar atenta a ellos; así puedo ver, además, de qué manera el interés va creciendo porque, al fin y al cabo, lo espiritual apela a cualquier ser humano. La espiritualidad no tiene nada que ver con la religión, sino con todas las dimensiones de lo humano. La intelectual es una de las dimensiones de lo humano, pero no la única. 

¿La Ilustración ha hecho mucho daño en este sentido?

Mucho. Y lo que ha hecho realmente daño es haber sucumbido a ese enciclopedismo que nos ha llevado a la admiración sin medida por una persona que maneja mucho conocimiento. ¿Qué quiere que le diga? Un panadero puede ser una persona más sabia que cualquier intelectual aunque no maneje un conocimiento enciclopédico.La cultura y la razón por sí solas no salvan. De ahí esa esquizofrenia en la que vive atrapada una cierta intelectualidad occidental: por un lado, pertrechada en un escritorio, generando discursos más o menos combativos, críticos y de belleza estética; por otro lado viviendo en abierta contradicción con los discursos que generan o desconectados de la vida real. La realidad a pie de calle la creamos nosotros, saliendo y viviendo. En otras palabras, los principios éticos tienen que ser principios de praxis. Los principios y la teoría sin la praxis no tienen ningún sentido. El saber transforma o no es saber. Y al primero que tiene que transformar es al que intenta transmitirlo.

'Libro de tonos humanos'

‘Libro de tonos humanos’ CSIC

¿Y el saber, ahora, está siendo realmente transformador?

Esta es la cuestión. Somos criaturas vulnerables. Los errores están garantizados. Nos dañamos los unos a los otros la mayoría de las veces sin pretenderlo.  Somos torpes, no sabemos cómo salir de determinadas situaciones de opresión, de chantaje, de dolor…Y esto sucede porque hay mucha violencia en las relaciones personales, una violencia que la mayoría de las veces no percibimos y, por tanto, queda silenciada. Así que la pregunta que me haces: ¿Estamos ante un modelo intelectual transformador? No

Sin embargo, usted define el misterio mariano como un conocimiento transformador

Porque este sí que lo es. Es un camino hacia el conocimiento y, al mismo tiempo, hacia una purificación de las mentes más convencionales, aquellas menos críticas que excluyen a priori el misterio y otras vías de conocimiento. Cuando hablo de purificación me refiero a un deseo de autoexigencia que te lleva cada vez más a refinarte para no dañar a nadie y, por tanto, tampoco a ti mismo, porque el prójimo somos nosotros mismos. 

¿Hasta qué punto lo sexual y los prejuicios ante la sexualidad han condicionado la lectura e interpretación de los textos bíblicos?

Los marcan completamente y han llevado a relegar lo espiritual a la vida de los santurrones y de las mujeres que reniegan del mundo para vivir. Sin embargo, lo espiritual es el modo de estar en el mundo y de tratar al que tienes enfrente, a esa otredad que eres tú mismo. Los prejuicios en lo sexual han promovido la negación del cuerpo, que es maravilloso. El Cantar de los Cantares es un poema breve de amor y es, para la tradición hebraica, el libro más importante de la Biblia. Y, sin embargo, desde nuestra cultura llevamos siglos estigmatizando la relación humana y arrinconando a la mujer al considerar que es y tiene que ser un útero. Por esto, todavía hoy, la mujer que no tiene hijos es vista con recelo y tachada de mala. La mujer que decide el tipo de vida que quiere vivir, sobre todo, si es una vida sin hijos, es considerada una egoísta. 

Durante el funeral de Juan Pablo II, hubo un momento en que todas las autoridades eclesiásticas se sentaron y aparecieron dos monjas a limpiar el altar… 

Esta imagen lo dice todo. Y ocurre en todos los ámbitos. Existe una continuidad entre la religiosa y la mujer seglar. Y lo que es peor: en su camino hacia la liberación, muchas veces la mujer imita y asume patrones masculinos. ¿Dónde queda la feminidad?

Esto lo analiza Mary Beard en Mujeres y poder, donde explica los patrones masculinos adoptados por determinadas líderes políticas.

Esta anulación de la feminidad también tiene sus implicaciones en el hombre. Esto suele omitirse. Me refiero a la feminidad vinculada al hombre, pero es que la feminidad es una forma de estar en el mundo. No nos referimos a cuestiones necesariamente materiales o físicas, sino espirituales. Tiene que ver con la vida del espíritu.

Lola Josa

Lola Josa SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

¿Una vida necesariamente solitaria?

En parte sí. La intimidad puedes o no compartirla, pero la soledad es tu soledad. Y desde esa soledad, desde ese no hacer nada, lo que cabe hacer es pensar, ahondar e ir creando una conciencia de lo que es el ser humano para acceder a la humanidad en su plenitud. 

Para terminar quiero volver a su trabajo filológico. ¿Volver al texto es un acto de resistencia contra la imposición de un solo discurso y de una interpretación?

La historia del pensamiento, la historia de cualquier disciplina, es generalmente una dialéctica entre los que unos han dicho y los otros han rebatido. Es una dialéctica importante, pero todavía más importante es ir siempre al texto. No me gusta hablar de textos no revelados, porque todo texto es revelado en cuanto a que a cada persona le revela algo. Pero, para entendernos, por lo que se refiere tanto a los textos revelados y a los textos apócrifos -no revelados- si un lector se acerca a ellos por erudición los textos lo van a repeler.  Hay que entrar en ellos desde la curiosidad y desde un profundo conocimiento intelectual y espiritual. Es necesario detenerse en las palabras, en los versículos, en los personajes y en los números; estos textos son una invitación a cultivar la inteligencia, la humildad. Siempre te ofrecen algo nuevo, un saber nuevo.

Anna María Iglesia y Lola Josa

Anna María Iglesia y Lola Josa SIMÓN SÁNCHEZ Barcelona

Para acceder a estos textos se necesita conocer el hebreo o el sánscrito y no el latín que, sin embargo, durante mucho tiempo fue la lengua del cristianismo.

El latín no sirve, de ahí que Erasmo reivindicara ir al principio, al texto y, por esto tradujo él mismo los evangelios. De todas maneras, la sabiduría hebraica es de una riqueza intelectual inmensa que ha impregnado toda nuestra cultura. Por ejemplo, aunque él omite el saber hebraico y solo reconoce el saber griego, no se puede entender Heidegger sin la tradición hebraica. Lo mismo pasa con Levinas o con Hanna Arendt. Pero aún hay más, ¿cómo se puede entender a Unamuno sin la cábala?

¿Se ha sentido sola en esta reivindicación del saber hebraico y de su influencia en nuestra cultura?

Cuando trabajo no espero compañía. Lo hago movida por el afán y la necesidad de aprender. Al ser humano a veces le cuesta reconocer los méritos del otro; esto sucede en todos los ámbitos. Pero, más allá de esto, te puedo asegurar que nunca trabajo para exhibir mi currículum. Ser mujer, además, no ayuda, puesto que el camino es mucho más difícil. Pienso al respecto en el Evangelio de María Magdalena. Ella es testigo de la resurrección, sin embargo, cuando lo cuenta a los otros discípulos de Jesucristo no la creen. Le dicen: “Calla, tú eres mujer”. Con estas palabras está dicho todo. 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar también

¿Quieres hablar con nosotros en cabina?

Nuestros Horarios en el Estudio:

9am a 11am | 12m a 1pm | 4 a 5 pm | 5 a 6pm

horario del pacifico