Lo que la hija del pastor Lora no alcanzó a contar en Fiscalía sobre llamadas desde una cárcel

Los 15 investigadores de la Dijín que la Policía envió a Aguachica para investigar la masacre de la familia Lora Rincón, ejecutada hacia el mediodía del 29 de diciembre, extendió las pesquisas a un par de municipios del Cesar y a Cómbita (Boyacá).

Si bien ya tienen las huellas de uno de los sicarios, las motos presuntamente usadas en el múltiple crimen y los alias de los asesinos que aparecen en videos de seguridad, el móvil del crimen aún no está claro.   

Las 3 líneas de investigación

Se sigue avanzando en la versión de que el atentado sicarial iba dirigido a la pareja de un supuesto narcotraficante que iba a ser enterrado ese día en Aguachica.

Videos ya muestran que, en efecto, una mujer que se esconde detrás de una vitrina de ‘Sorbetes y jugos’, el restaurante donde mataron al pastor Marlon Lora, a su esposa Yurlay Rincón y sus hijos Ángela y Santiago.

También se chequea si la masacre está relacionada con la denuncia que la pastora Yurlay hizo en sus redes tras el millonario robo del que fue víctima un allegado. 

Y el tema de la extorsión a uno de los Lora no se ha descartado. De hecho, el testimonio de un familiar de los Lora ha entregado información relevante. 

El lote de Sim-card

Nilson Hernández, personero del municipio de Aguachica, y primo de Ángela Natalia y Santiago, manifestó que la joven venía recibiendo llamadas extorsivas.

El tema se volvió tan recurrente y preocupante que se alcanzó a establecer que las llamadas salían de una Sim-card que hace parte de un lote usado por delincuentes que se encuentran en la cárcel de Cómbita, Boyacá.

Las llamadas venían registrándose desde agosto. Y si bien frenaron durante algunas semanas, retornaron en noviembre con datos precisos de la hija del pastor y el emprendimiento que tenía en el área de la publicidad y el marketing. También sobre sus aspiraciones políticas y su trabajo con la empresa de acueducto local.   

Hernández ya declaró que su prima le dijo que tenía miedo.

Y aunque le aconsejaron denunciar ante las autoridades, ni a la Fiscalía ni a su primo les alcanzó a revelar el contenido de las llamadas.

Pero los 15 investigadores que viajaron desde Bogotá a hacerse cargo del caso están seguros que tanto en su celular como el de sus padres y hermanos está la información que la joven no alcanzó a revelar.

“Se le va a hacer un análisis forense al celular para acceder a mensajes de voz y texto, listado de llamadas, fotos y otra información relevante que la joven haya podido transmitir sobre el caso. Además, se va a cotejar el número de la SIM card con otros casos bajo investigación“, señaló un oficial.  

Por ahora, lo concreto es que el Gaula confirmó que las llamadas venían de la cárcel de Cómbita, Boyacá.

UNIDAD INVESTIGATIVA

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