Lo que esconden los recientes cambios en Aston Martin

Desde que Lawrence Stroll decidió tomar las riendas del equipo, el mundo Aston Martin ha estado en constante evolución y, año tras año, sigue sumando piezas reorganizándose en un intento de preparar el terreno para una futura lucha por campeonatos.

En concreto, los dos últimos años han sido una especie de montaña rusa, tanto a nivel interno como de rendimiento. Si bien los resultados en pista no han reflejado las ambiciones del equipo, con un 2024 en el que ha tenido que digerir más bocados amargos que satisfacciones, la estructura sigue tomando forma con la llegada de nuevos ingenieros de primer nivel y equipamiento de última generación.

Tras completar la primera fase con el traslado a sus nuevas instalaciones, este año Aston Martin continuó trabajando para completar el túnel de viento y el simulador, mientras al equipo se unían grandes nombres como Bob Bell, Andy Cowell, Enrico Cardile y la punta de lanza, Adrian Newey.

Andy Cowell, CEO del equipo Aston Martin F1

Foto de: Zak Mauger / Motorsport Images

Es Cowell, ex CEO de Mercedes Powertrain, el símbolo de la última reorganización, porque además del papel de CEO, al que llegó el pasado mes de octubre sustituyendo a Martin Whitmarsh, también ha sido nombrado ahora Team Principal. El ingeniero británico ha tomado oficialmente el relevo de Mike Krack, cuya experiencia, sin embargo, le vendrá muy bien, porque el luxemburgués permanecerá de hecho en la pista como Chief Trackside Officer, con vistas a la continuidad y como puente con el propio Cowell.

Las novedades no sólo afectan a la esfera deportiva del equipo, sino también a la técnica, con la confirmación de la inclusión de Cardile en el nuevo puesto en la cúspide de la pirámide que supervisa el proyecto, mientras que Tom McCullough, antiguo Director de Rendimiento, ya no estará a cargo del proyecto de F1, sino que seguirá la expansión del equipo en otras categorías del automovilismo.

Una nueva estructura para ser más eficaces

La reorganización deseada por Cowell, a quien Stroll ha dado “plenos poderes” para que la escudería con sede en Silverstone esté preparada para luchar por el campeonato del mundo en el futuro, esconde sin embargo un significado que va más allá de simples cambios de roles en un proceso puesto en marcha hace unos meses. Una revisión del proyecto que también debe verse como una respuesta a las dificultades encontradas por Aston Martin en los últimos dieciocho meses, que, de hecho, le costaron el puesto al anterior director técnico, Dan Fallows, aunque permaneció en el equipo.

Más concretamente, como reza el comunicado de prensa con el que la escudería explicó su paso a una estructura más horizontal, “para garantizar un mejor rendimiento del coche, los departamentos de aerodinámica, ingeniería y rendimiento del equipo han evolucionado para convertirse en equipos separados y dedicados en la pista y en el campus tecnológico AMR, ambos bajo las órdenes de Cowell”.

Dan Fallows, ex director técnico del equipo Aston Martin F1

Foto de: Zak Mauger / Motorsport Images

La llegada de Cowell como Team Principal, el reposicionamiento de Krack a pie de pista y la reestructuración del equipo, dividiendo claramente las funciones relacionadas con el rendimiento del coche en la fábrica y en los fines de semana de carreras van en la dirección de abordar algunos de los elementos cruciales vistos por el propio CEO en sus primeros cien días en Aston Martin.

En su primera salida pública y encuentro con los medios como CEO de la escudería en octubre, Cowell reveló que, incluso antes de asumir su nuevo cargo, en realidad había empezado unas semanas antes precisamente para hacerse una idea de dónde estaba el equipo, conocer al personal e iniciar conversaciones con los distintos socios de cara a 2026, como Aramco y Honda.

Hacer trabajar a 900 personas es el reto número uno

Uno de los primeros aspectos en los que trató de hacer hincapié en esa entrevista fue el de la comunicación y, más concretamente, cómo conseguir que un equipo de 900 personas trabaje de forma más eficiente a medida que continúa su expansión, basándose también en su experiencia previa.

“Si como empresa no éramos eficientes, eso me enfadaba. También he utilizado este tipo de enfoque en otras industrias. Creo que eso es lo que voy a intentar hacer también para Aston Martin, que es ir y analizar la eficiencia del grupo de aerodinámica, por ejemplo”, había explicado Cowell casi un mes después de su toma de posesión oficial el pasado octubre, señalando que la aerodinámica estaba entre los departamentos que necesitaban una investigación específica.

Lance Stroll, Aston Martin AMR24

Foto de: Zak Mauger / Motorsport Images

“En cuanto a la empresa en general, ¿cómo podemos asegurarnos de que las 900 personas de Silverstone estén bien organizadas para que su jornada sea eficiente? Me enfada el solapamiento de responsabilidades”.

“Me enfada aún más el vacío y la falta de comunicación. ¿Cómo conseguimos que 900 personas trabajen eficientemente? Escribiendo informes y celebrando reuniones, ese tipo de cosas no me gustan nada”, había añadido el consejero delegado.

Desde su llegada, Cowell ha sido muy claro en cuál es su objetivo y cuál quiere que sea su contribución: no sólo crear un equipo ganador, sino configurar un equipo que, para lograr ese objetivo, sepa ser eficiente extrayendo lo mejor de cada persona individualmente: “Mi trabajo es crear un equipo, donde cada uno sepa cuál es su papel y conozca la tarea. Y el mío es discutir con cada uno de esos jugadores lo que pueden hacer para mejorar”.

“Hay 900 personas, algunas en la pista, muchas en la fábrica. En eso consiste mi trabajo, a grosso modo. Las descripciones de trabajo de dos páginas me duermen después del primer párrafo. Son unas cuantas viñetas sobre lo que le pides a una persona que haga. Todo el mundo lo entiende”.

Campus Aston Martin

Foto de: Aston Martin

Una clara división entre pista y fábrica

Con esto en mente, avanzando hacia una estructura más horizontal, Cowell quería dividir los roles en la pista y en la fábrica de forma más clara, para que el equipo trabajara de forma más eficiente y sin poner demasiada responsabilidad en los individuos.

Por ejemplo, aunque lo de Krack puede verse como un rechazo ante un amargo 2024 y las dificultades del equipo para seguir una senda de crecimiento claramente definida, se trata más bien de una aclaración de cómo está evolucionando la propia estructura de Aston Martin.

Krack seguirá encargándose de todo lo que concierne al equipo de cerca en la pista, pudiendo concentrarse sólo en maximizar el potencial del equipo durante los fines de semana, para tener una figura fija incluso para aquellos GP en los que Cowell no esté presente, mientras que las funciones administrativas, la gestión del equipo y las reuniones más importantes pasarán a manos del nuevo Team Principal y CEO. En la fábrica, por su parte, Cardile será el referente, pero siempre reportando al mismo ingeniero británico.

La visión de Cowell es la de un grupo con funciones más simplificadas, una estructura más esbelta y roles más claros, y por eso lo que se anunció en enero no es sólo un cambio de roles, sino una reorganización que toca los cimientos del propio equipo.