No olvidemos que el martes se enfrentarán los dos reyes de la Copa de Europa. Entre Real Madrid (15) y Milan (7) suman 22 entorchados de la máxima competición continental. En mis años mozos, el equipo rossonero era un dragón con mil cabezas que me amargó más de una noche de mi fascinante juventud. En una ocasión, vi impotente como Buyo tenía que sacar en largo para poder pasar del centro del campo en el Bernabéu. La maldita defensa adelantada de Sacchi, al igual que hace ahora Flick, fagocitaba cualquier intento de jugar combinando en ataque. Lo digo sin rencor. Yo prohibiría esa táctica. Si eres valiente, espérame en tu guarida y veremos quién es más fuerte. Lo de Sacchi y Flick es como si a Topuria le frenasen cada vez que va a tumbar con un puñetazo el mentón de sus rivales. Hay que favorecer el espectáculo y así no hay manera…
Pero el Milan que llega el martes al santuario de La Castellana es más vulnerable y más endeble. Este sábado le vi ganar de forma rácana al Monza (más conocido por su circuito de Fórmula 1 que por su equipo de fútbol). El morbo será ver a Morata de vuelta a casa. Desde aquí pido, con el corazón, que no le silbe la afición como en ocasiones precedentes. Morata nos ayudó a ganar la Décima y la Duodécima. Y es el gran capitán de la España campeona. Un aplauso para Álvaro.
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