España, con sus islas incluidas, está rodeada por 8.000 kilómetros de costas. Es fácil de imaginar, y lo vemos cada día, que de tanto mar sale una gran cantidad de pescado de la mejor calidad, que ha ido forjando durante generaciones una conexión entre gastronomía, cultura y sostenibilidad fundamental para nuestra identidad. El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha lanzado la campaña “Llena tu mesa de mar” para hacernos llegar que el pescado de nuestras costas es un alimento lleno de virtudes, saludable, versátil y mucho más asequible de lo que pensamos.
Alrededor del pescado, todo son ventajas. Aporta beneficios nutricionales esenciales a cambio de muy pocas calorías y es el motor que hace girar un entramado económico vital para nuestro país. A la vez que su pesca y crianza generan empleo, es una industria que fomenta la sostenibilidad y refuerza el orgullo de las comunidades locales. Un plato de pescado es una fuente de salud, sabor y alegría. Sigue leyendo y te contamos más cosas sobre este tesoro que tenemos tan a mano.
Algunos empleos tradicionales como los mariscadores o los percebeiros desaparecerían sin la actividad pesquera o acuícola.
Un alimento esencial
Los múltiples beneficios para la salud que tiene el pescado lo sitúan en un puesto central en la dieta mediterránea. El nombre de la dieta ya debería dar alguna pista sobre esto. La Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), junto con las abuelas de toda España, recomienda consumir de tres a cuatro raciones a la semana. Aparte de que está buenísimo preparado de mil formas diferentes, su contenido en proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos Omega-3, vitaminas como A, D y B12, y minerales como calcio, hierro y yodo lo convierten en un alimento de altísimo valor.
No podemos imaginar una dieta mediterránea o atlántica sin el pescado entre sus platos
En España consumimos unos veinticinco kilos de pescado por persona al año. Mucho más que los países de nuestro entorno. ¿Adivinas qué país tiene la mayor esperanza de vida? Ya te hemos dado una buena pista. Seguramente influyen más factores, pero no tenemos dudas de que este consumo de productos de mar (o de río) tiene parte de responsabilidad en ese dato.
En la pescadería te ayudarán a resolver cualquier duda y te prepararán el pescado como lo necesites.
Otro de los grandes beneficios del pescado es lo fácil que es comprarlo y conservarlo. Lo puedes comprar fresco, en mercados y pescaderías locales. Pide a tu pescadero de confianza que te lo prepare como lo necesitas. Y, si tienes dudas, él te las va a resolver para que pongas el mejor bocado en tu mesa. Recuerda que el pescado congelado conserva todas las propiedades del fresco, se almacena y conserva con facilidad y viene preparado de mil maneras para que lo cocines como más te convenga. No hay que olvidarse de las conservas, esas delicias enlatadas que nos alegran un aperitivo o nos resuelven una cena exquisita en segundos. Abre una buena lata de mejillones y entenderás lo que es la felicidad instantánea.
De la pescadería al plato
El pescado es un comodín en la dieta. Por su versatilidad, que admite múltiples preparaciones, y por la gran variedad de especies que engalanan los mostradores de nuestras pescaderías. Ya hemos comentado que es ahí, en las pescaderías, donde empieza todo. Pide tu pescado favorito y ellos lo prepararán para que quede perfecto. Lo mismo da una lubina para hacer a la espalda, atún para un poke bowl o las gambas que necesitas para una paella.
La variedad de los productos del mar es uno de sus puntos fuertes. Hay miles de especies que admiten muchísimas formas de cocinado.
Al horno, a la plancha, marinado, frito o crudo, siempre va a quedar estupendo. En general, las recetas con pescado llevan poco tiempo tanto en la preparación como en la cocción. En unos minutos puedes pasar de tener el pescado en la nevera a un plato riquísimo y muy nutritivo en la mesa. No hace falta tener gran experiencia para cocinarlo. Pero si tu nivel es de chef top… ¡avisa que nos apuntamos!
En España se consumen más de 25 kilos de pescado por persona al año
Merluza al horno con patatas, sardinas en escabeche, pulpo a la gallega, lubina o dorada al horno, bacalao en múltiples formas, crema de mariscos, gazpacho de mero, arroz caldoso de marisco, ensalada de atún, boquerones fritos, revueltos y hasta, por qué no, hamburguesas de pescado. En cuatro líneas hemos resuelto dos semanas de cenas y un par de comidas sabrosas para un día festivo. El pescado es un ingrediente mágico.
Salud sostenible
Para nosotras que, por supuesto, estamos preocupadas por el medio ambiente y tratamos de que la huella que dejamos en el planeta sea la de nuestras zancadas al entrenar, el pescado español vuelve a ser un alimento ideal. Nuestra industria está a la cabeza en el mundo en cuento a sostenibilidad. Lideramos la lucha contra la pesca ilegal y nuestras explotaciones de acuicultura apuestan por una cría sostenible que garantiza alimentos de calidad con la menor huella de carbono. El compromiso de uso de prácticas responsables de la flota pesquera española trata de conseguir un equilibrio entre la explotación y la conservación del medio.
Las conservas son una opción tan rápida como sabrosa de consumir pescado.
El sector pesquero es un pilar fundamental para miles de familias en las zonas costeras. De pescadores y mariscadores a trabajadores portuarios o de fábricas de conservas. Además del evidente peso económico, la pesca es un vínculo inquebrantable entre la tradición y la gastronomía, tanto la local como la más actual.
Consumir pescado es siempre una magnífica idea. Es fácil, barato, sostenible, saludable, sabroso y permite miles de recetas para que todo el mundo quede satisfecho. Llena tu mesa de mar para disfrutar de la mejor gastronomía y alimentar tu cuerpo con los nutrientes esenciales de los tesoros que rodean nuestras costas.
Confirma con tu pescadero si el género que te llevas ha sido congelado previamente y si puedes volver a congelarlo al llegar a casa. ¡Si lo cocinas, seguro que sí!
Juan Pelegrín es fotógrafo y redactor desde hace más de veinticinco años y, por necesidad y pasión, experto en la tecnología que lleva optimizando su trabajo desde que abandonó los carretes. O un poco antes. En los lejanos años 80 algunas de las primeras unidades que llegaron a España de los legendarios ZX-81 y ZX-Spectrum cayeron en sus manos.
Juan ha escrito o fotografiado, a veces también las dos cosas a la vez, deportes, viajes, información general, cultura y sociedad. Suele contar entre sus días más felices los años en los que ejerció como crítico de ópera, para al día siguiente sentarse a pie de pista a fotografiar un partido de baloncesto o coger un vuelo a cualquier aeropuerto del mundo. “En África siempre mejor”, asegura.
La tecnología le hace ahorrar tiempo, optimizar su flujo de trabajo y enviar sus fotos y textos los más rápidamente posible (y con la mejor calidad) desde la localización en la que trabaje.
También, por supuesto, conectarse con el mundo, aprender sobre cualquier tema o, por qué no, echar un rato en la consola con su hijo (o en solitario, que enfrentarse a los zombies, suele decir, relaja bastante).
Juan estudió Ingeniería Informática en la UPM, pero enseguida el periodismo se metió en sus venas. Con el paso de los años cursó Filología Hispánica en la UCM. En 2021 empezó a colaborar con diferentes cabeceras de Hearst. Juan ha editado varios libros de fotografía y lleva publicando en diferentes medios españoles y extranjeros más de dos décadas