Cuando a mediados de septiembre Donald Trump presentó su primera firma de criptodivisas, la World Liberty Financial, y reiteró su absoluto apoyo al sector, los más escépticos alertaron de inmediato del potencial conflicto de intereses. A día de hoy, la nueva administración republicana, que asumirá sus poderes el próximo 20 de enero, parece o quiere ignorarlo. No obstante, ahora las preocupaciones crecen. Recientemente, de hecho, la firma se ha asociado con Tron, una plataforma de criptomonedas que, según informa Reuters, ha sido utilizada por delincuentes y grupos militantes respaldados por Irán, Hamás y Hezbolá.
El pasado noviembre, Tron, fundada por el empresario y criptobro chino Justin Sun, anunció que invertiría unos 30 millones de dólares en World Liberty Financial y que su fundador, Sun, se unirá a la empresa de Trump como asesor, tal y como anunció el empresario en X (antes Twitter). De esta forma, Tron, registrada en las Islas Vírgenes Británicas, se ha convertido en el mayor inversor de World Liberty Financial, pese a que el proyecto de Trump avanza a medio gas: a día de hoy la plataforma ha vendido unos 4.480 millones de tókens, lejos del objetivo total de 20.000 millones.
Más rápida y económica que bitcoin, Tron brinda a los usuarios la opción de ocultar sus identidades, cobra tarifas bajas y se puede convertir en efectivo fácilmente. Por ello se ha convertido en el instrumento favorito para transferencias de criptomonedas asociadas por parte de grupos terroristas. Las incautaciones de criptomonedas anunciadas por los servicios de seguridad israelíes desde 2021 han señalado con frecuencia el uso de Tron por parte de militantes, incluido Hamás.
La Oficina Nacional de Lucha contra la Financiación del Terrorismo (NBTCF) de Israel, responsable de estas incautaciones, congeló 186 monederos Tron desde julio de 2021, alegando que habían sido utilizados por una “organización terrorista” o para un “delito terrorista grave”. De ellos, las autoridades israelíes vincularon 84 monederos Tron a Hamás o a aliados de Hamás, incluida la Yihad Islámica, 39 a Hezbolá y 63 a grupos terroristas o cambistas de dinero no especificados. La incautación más reciente se anunció el 28 de marzo, según informa la agencia Reuters.
Como explica un informe de Chainalysis de 2023, desde su creación Hezbolá ha recibido la mayor parte de su financiación de Irán, específicamente de la Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), a menudo a través de intermediarios sirios. Parte de esa actividad se ha hecho a través de criptomonedas, siguiendo un mismo patrón: los fondos se transfieren primero desde facilitadores financieros a servicios de hawala. Este es un sistema tradicional de movimiento de dinero a través del boca a boca, intermediarios de confianza y un mecanismo de contraseñas, pero que puede mover millones de dólares sin desvelarse los los montos y quiénes los manejan, ya que una de sus claves es que sus intermediarios raramente dejan registro de las transacciones o de sus usuarios. Junto a este sistema centenario se usan corredurías de divisas OTC (mercados extrabursátiles) y direcciones de blockchain controladas por Hezbolá en intercambios convencionales. El informe de Chainalysis destaca que todos los fondos incautados por el NBCTF en esa acción estaban en USDT en la red TRON.
Las autoridades israelíes no fueron las únicas. El Departamento del Tesoro de Estados Unidos también incautó billeteras Tron, incluida una cuenta vinculada a un grupo que, según el departamento, recaudó dinero para Hamás tras el ataque de 2023 a Israel. En marzo, el Tesoro impuso sanciones contra un cambista con sede en el Líbano que proporcionó a los funcionarios de Hezbolá cuentas de criptomonedas, incluida una billetera Tron, para recibir fondos de Irán.
Carlos Salinas, profesor del máster en blockchain e inversión en activos digitales del IEB, tilda esta unión de “preocupante”: “Tron ha sido criticado por su uso en la financiación de grupos terroristas en Oriente Medio, lo que expone a World Liberty a riesgos reputacionales y regulatorios serios”, destaca. En unas declaraciones a Reuters, Tron ha explicado que “ha atraído tanto a usuarios legales como a aquellos con motivos ilícitos” y que ha “tomado medidas proactivas para abordar el riesgo de actividades ilícitas en su red”, como el bloqueo en septiembre de unos 70 millones de dólares en fondos ilícitos.
Conflicto de intereses
World Liberty Financial no es solo un proyecto de Trump. En ella participan sus hijos Eric, Donald Jr. y Barron, y otros socios como el magnate inmobiliario Steven Witkoff, donante republicano y nuevo enviado especial de la administración en Oriente Medio, y sus hijos Zach y Alex Witkoff, así como Zak Folkman y Chase Herro, descritos por medios estadounidenses como crypto punks. En una conferencia sobre criptomonedas en Abu Dhabi, Eric Trump dijo a Reuters que el uso de criptomonedas por parte de grupos criminales era “la principal preocupación de todos”, pero recordó que las instituciones financieras tradicionales también se usaban para canalizar “dinero malo”. “Todo puede ser manipulado si lo usan las personas equivocadas, y hay que tomar medidas enérgicas al respecto”, dijo.
Según los términos y condiciones de la firma, World Liberty vende un token exclusivo que no se puede comercializar, a diferencia de bitcoin y otros activos. “La única utilidad de poseer $WLFI es para gobernanza, no como una inversión (…) Todos los $WLFI serán no transferibles y estarán bloqueados indefinidamente en una billetera o contrato inteligente”, se lee en la página web. En otro apartado detallan que Trump y otros “afiliados” anónimos tienen derecho al 75% de los ingresos netos de World Liberty: esto aumentaría la posibilidad de que la gente compre monedas para intentar ganarse su favor. Witkoff, por ejemplo, donó 250.000 dólares al super PAC pro-Trump MAGA Inc en diciembre de 2023, y fue elegido recientemente como enviado especial en Medio Oriente.
Por este motivo, los expertos alertan sobre los problemas éticos. “Con Trump vinculado a World Liberty y asumiendo su administración el control de la SEC en enero, surge un claro conflicto de interés. Esto podría comprometer la imparcialidad de la agencia en investigaciones contra Justin Sun y Tron, erosionando la confianza pública en el sistema. Una unión que claramente eleva los riesgos legales, éticos y de percepción”, asevera Salinas.
Es evidente que Trump y su familia podrían beneficiarse de los posibles cambios regulatorios adoptados por su administración en relación con las criptomonedas. La semana pasada eligió al abogado de Washington, Paul Atkins, partidario de las criptomonedas, para sustituir a Gary Gensler, actual presidente de la SEC hostil a los activos digitales. Sun también podría traer ventajas de este nuevo nombramiento y de la actitud más favorable del regulador. El empresario, de hecho, ha estado en la mira de la SEC: el año pasado, la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos lo acusó de fraude, argumentado que infló artificialmente el volumen de operaciones y ocultó pagos a celebridades para promocionar sus empresas. Aunque rechazó todas las acusaciones, el caso sigue abierto. Se desconoce cómo concluirá la diatriba, pero es evidente que la llegada del primer criptopresidente de la historia de EE UU a la Casa Blanca allanará el camino de gran parte de la industria.