LIMA, 16 nov (Reuters) – Los líderes del Asia-Pacífico discuten el sábado cómo enfrentar el cambio climático y el desarrollo de una economía inclusiva y resiliente en el bloque, en la última jornada de una cumbre que se realiza en Perú y en la que se espera un encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y el mandatario chino, Xi Jinping.
Las 21 economías del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC, por sus siglas en inglés) se realiza en medio de tensiones entre Washington y Pekín, antes de la investidura del presidente electo Donald Trump que ha prometido imponer aranceles a sus importaciones, principalmente a productos chinos.
“Estamos unidos por el compromiso común de crecimiento económico y resiliencia en nuestra región”, dijo la anfitriona peruana Dina Boluarte, en un discurso de apertura de la última reunión de los líderes del bloque que representa casi el 50% del comercio global y 60% del Producto Interno Bruto mundial.
“Hemos dado pasos significativos hacia esa visión al adoptar entregables claves, entre ellos se encuentran políticas para desarrollar e implementar marcos de políticas de hidrógeno de bajo carbono en el Asia-Pacífico que será fundamental en nuestra transición hacia economías más verdes”, manifestó.
La agenda formal del foro organizado por Perú, un país rico en recursos naturales, incluye además regular las tecnologías emergentes, formalizar las economías, mejorar la logística marítima y la promoción de un ambiente de comercio justo.
Pero diplomáticos del bloque dijeron que la promesa de Trump de erigir barreras comerciales para los socios de Estados Unidos eclipsaría la cumbre. La rivalidad entre Washington y Pekín ha puesto a muchos en el APEC en la mira en los últimos años.
Se esperaba que Biden se reúna el sábado por última vez como mandatario con Xi.
El presidente chino Xi cobró protagonismo en la cumbre tras inaugurar un megapuerto en la costa central de Perú, que permitiría viajes directos de grandes buques hacia el Asia.
Perú, tercer productor mundial de cobre, refleja un desafío más amplio para la Casa Blanca en América del Sur, donde la presencia de China ha crecido rápidamente debido a su enorme apetito por los principales recursos de la región: maíz, cobre, soja, carne de res y litio, un metal para las baterías.
Eso ha convertido a Pekín en un socio comercial clave desde Brasil hasta Chile y Argentina, erosionando la influencia política regional de Washington, una tendencia que se amplió bajo el giro hacia adentro de “Estados Unidos primero” de Trump durante su primer gobierno y nuevamente bajo Biden.