Este emocionante acontecimiento se produjo durante el enfrentamiento de los Lakers contra los Minnesota Timberwolves, cuando ambos entraron en el juego con 4:00 minutos restantes en el segundo cuarto. LeBron, que ya había jugado 13 minutos, fue recibido con un estruendo de aplausos mientras se dirigía al marcador junto a su hijo.
LeBron, quien previamente había hecho historia al superar a Kareem Abdul-Jabbar como el máximo anotador de la NBA, recordó el momento con gran emoción: “No importa cuántos años pase, nunca olvidaré ese instante”. Por su parte, Bronny, quien se enfrentaba a su primer partido regular en la liga, expresó su gratitud por el apoyo que recibió: “Sentí la energía, y aprecio a la Nación Laker por su respaldo”.
La primera aparición conjunta no fue perfecta, ya que Bronny falló un tiro de tres puntos y sufrió un bloqueo de Rudy Gobert. Sin embargo, el equipo se mantuvo enfocado en el juego. Anthony Davis comentó sobre la importancia del momento: “Todos queríamos que ese tiro entrara”, refiriéndose al lanzamiento de Bronny. A pesar de la falta de puntos, LeBron enfatizó que no querían convertir el momento en un espectáculo y estaban allí para jugar como equipo.
Además, este evento resonó con otras leyendas del deporte, ya que Ken Griffey Sr. y Jr. también estaban presentes, siendo el primer dúo padre-hijo en la historia del béisbol. La conexión entre los Griffeys y los James resaltó aún más la magnitud del acontecimiento. Al final, el triunfo de los Lakers por 110-103 hizo que la velada fuera aún más memorable, con LeBron y Bronny disfrutando no solo de su tiempo juntos en la cancha, sino también de la victoria en un momento significativo para su familia.