Las elecciones presidenciales estadounidenses entran en su recta final. Ya hay más de 60 millones de personas que han dejado sus votos en las urnas, lo que supone casi un tercio de los que se esperan en total, y los candidatos están peleando para atraer a los votantes indecisos hasta el último instante.
Con las encuestas increíblemente empatadas, igualados dentro del margen de error de los sondeos, hay otros indicadores que nos pueden arrojar algo de luz sobre cuál puede ser el candidato favorito para convertirse en el próximo líder de EEUU. Y ningún indicador mejor que el dinero. Son varias las formas que nos permiten medir la dirección en la que se mueven los dólares: las apuestas, los sistemas predictivos y, sobre todo, los mercados.
Sectores directamente afectados por las propuestas electorales de los dos candidatos son un buen indicador alternativo, pero hay otros activos, como el dólar o el bono estadounidense, que también son ahora de utilidad para hacer quinielas. Analizamos los indicadores de mercado que pueden servir en este momento para anticipar los resultados de las elecciones.
Mercados
Lo primero que hay que destacar es que los indicadores de mercado son una señal ‘contaminada’ por otros elementos. A diferencia de una encuesta directa sobre las votaciones, activos como el bono, el dólar o las empresas petroleras, se ven afectadas por el ruido electoral, pero también por otros factores, como puede ser la macroeconomía, la geopolítica o, directamente, por los movimientos que hacen los inversores en sus carteras derivados de sus decisiones de inversión.
Por eso, que las petroleras hayan caído mucho en bolsa en los últimos días puede tener más que ver con la actualidad de los precios del petróleo, que por la expectativa de los inversores de que Kamala Harris vaya a ganar las elecciones. Sin embargo, todos los indicadores, en conjunto, pueden ayudar a hacerse una idea de lo que están esperando los mercados de cara a los comicios del próximo martes.
Dos de los activos más importantes en los mercados internacionales pueden servir como indicador de las expectativas de los inversores para las elecciones, por la relación que tienen con las políticas comerciales de Donald Trump. El candidato republicano se ha propuesto continuar con su cruzada comercial contra China, pero también en otros frentes, como la zona euro, y sus medidas en este sentido, junto a una política inmigratoria más restringida, tienen una consecuencia directa: inflación.
“Trump propone aranceles más altos, en general, y esto puede tener un impacto en los niveles de precios y en la inflación”
Si Trump ganase, y aprobase los aranceles que ha propuesto, esto será una fuente de presión inflacionista. Expertos y analistas como Nannette Hechler-Fayd’Herbe, directora de inversiones de Lombard Odier, lo explicaba en una entrevista reciente con elEconomista.es: “Trump propone aranceles más altos, en general, y esto puede tener un impacto, aunque sea transitorio, en los niveles de precios y en la inflación. Hay que pensar en el mercado laboral de EEUU: si la inmigración se frena y hay una menor oferta de trabajadores, el mercado laboral puede estar más ajustado y esto puede generar presione salariales, que también pueden afectar a la inflación de servicios”, explica Hechler-Fayd’Herbe.
El impacto inflacionista de sus políticas impediría a la Reserva Federal bajar los tipos tanto como se ha puesto en precio, y una posible victoria de Trump ha podido tener peso en los movimientos que se han visto en el dólar y en el bono durante el mes de octubre. Los dos activos se han revalorizado de forma agresiva en las últimas semanas, lo cual apuntaría a un aumento en la expectativa de que Trump gane las elecciones la semana que viene.
Las acciones de Trump Media
El conglomerado mediático de Donald Trump, Trump Media, es una acción cotizada en la bolsa estadounidense, y sus variaciones en las últimas semanas han llevado a muchos analistas a considerarlo una mejora de las expectativas de Trump en las elecciones. Los títulos de la compañía se han revalorizado un 187% en el mes de octubre, un rally rapidísimo que parece esconder buenas noticias para el magnate.
Uno de los sectores que se verían más beneficiados de una victoria de Trump es el bancario. El candidato a la presidencia ha sido muy crítico en los últimos años con el exceso de regulación en el gigante norteamericano, y especialmente con la ley Dodd-Frank, una normativa que se implementó después de la Gran Crisis Financiera para tratar de reducir los riesgos que genera el negocio bancario poco regulado.
Aunque hay voces más moderadas que han sido críticos con la regulación, al considerarla excesiva, si Trump finalmente llevase a cabo una fuerte desregulación en ese sentido, eso tendría un impacto directo en la rentabilidad de la banca. Así, las subidas que se han producido en octubre en el sector bancario del S&P 500, del 7,3%, apuntan a un optimismo por parte de la industria de cara a las elecciones. Eso sí, buena parte de esta subida también puede tener que ver con la expectativa de ver tipos de interés de referencia más altos de lo previsto en los próximos meses, y diluye el impacto de los comicios.
Las farmacéuticas quieren a Trump y los servicios sanitarios a Harris
El sector de la salud también tiene un papel como brújula de cara a los resultados de las elecciones, pero hay que distinguir entre dos tipos de compañías: las farmacéuticas, y las empresas que ofrecen servicios sanitarios. Las farmacéuticas, que no han pasado un buen mes en bolsa si se compara con la media, se están viendo amenazadas por las propuestas de Kamala Harris, que quiere tratar de reducir el precio de los medicamentos y endurecer la regulación al sector. El mal comportamiento de las empresas del sector en los últimos días puede ser una señal positiva para los demócratas.
Por el contrario, el sector de los servicios sanitarios puede tener un impulso positivo si ganan los demócratas, que pretenden aumentar la universalización de la sanidad a través de Medicare, el programa de seguro médico para mayores de 65 años y jóvenes. El mal mes que también han sufrido las empresas del sector en el S&P 500 puede considerarse una señal positiva para los republicanos.
Apostando al ganador
Hasta ahora, las apuestas políticas estaban prohibidas en EEUU. Incluso las apuestas deportivas fueron ilegales durante muchas décadas, salvo en algunas zonas concretas como Las Vegas o los casinos de Nueva Jersey. Pero hace una década, el Tribunal Supremo autorizó las apuestas en todo el país, y este año los Tribunales de Washington han dado luz verde a las apuestas políticas, que se han disparado.
En este campo, la victoria de Trump ronda el 63%, según datos de Betfair, y en las últimas semanas el vuelco ha sido bastante claro, a pesar de que Harris está remontando ligeramente en las últimas horas en los estados clave que necesita para ganar.
Hasta ahora, solo en Betfair, ya rondan los 200 millones de euros apostados, una cifra que aumentará en los próximos días, pues las apuestas tienden a intensificarse según se acerca la hora de la votación.
Esta plataforma recuerda que sus apostantes han acertado los resultados de 22 de las 24 elecciones más importantes del mundo desde 2020. Solo fallaron dos: las generales de España del 23-J y las presidenciales de Turquía del año pasado. Y mirando su historial, las casas de apuestas tienen una cosa en común: suelen darle bastantes más opciones a Trump de lo que dicen las encuestas.
Mercados de predicción
Luego están los mercados de predicción, una versión de las casas de apuesta que existían antes de que estas se legalizaran, en las que los usuarios apuestan a que va a pasar una cosa u otra, pero en asuntos más complejos de si va a ganar uno u otro. Algunos ejemplos de qué se puede encontrar en estas plataformas es si habrá una guerra de Estados Unidos contra Irán, si OpenAI va a anunciar ChatGPT-5, si se convocarán elecciones anticipadas en España y cuál será el candidato del PP. Requieren un poco más de conocimiento que las simples apuestas.
Y en este caso, las plataformas con más solera y más historial de aciertos están a medio camino, dando a Trump como favorito, pero con márgenes más estrechos: 56-44 en Predictit o 53-47 en Metaculus. Ojo, son probabilidades de victoria, no porcentajes de voto. Esto sería más o menos como un partido de baloncesto que va 70-68 con posesión para el que pierde, a falta de un par de minutos. Uno de los dos va por delante, sí, pero no es recomendable apostarse la casa a que el que va ganando en ese momento vaya a ser el que gane cuando suene la bocina.
Caso aparte es el de Polymarket, el mercado de moda este año. Es una web que funciona con criptomonedas, que técnicamente no permite apostar a los propios estadounidenses, y en el que se están moviendo cantidades loquísimas de dinero. Allí, Trump va liderando 67-33, un margen mucho más claro. Pero se juntan varias cosas: que los usuarios de criptomonedas tienden hacia el lado republicano; que Elon Musk, potencial ministro de Trump, está anunciando esta web entre sus seguidores; y que allí han pasado cosas muy raras: según confirmó la propia web a la CNBC, un apostante francés metió 28 millones de dólares a una victoria de Trump.
La realidad es que, miremos al indicador que miremos, la igualdad entre ambos candidatos es máxima, y es difícil prever qué va a pasar el próximo martes. Sea cual sea el resultado, no será sorpresa.