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JESÚS DE LA PEÑA
Actualizado
El infortunio se ha cruzado en el camino del Manchester City, que vio cómo ayer se escapó una nueva oportunidad de redimir la inédita mala racha que lleva este primer tramo de curso ante un Everton que, sin duda, no se lo puso fácil en ningún tramo del encuentro del Boxing Day.
Ya lo avisó el propio técnico del equipo del Condado de Merseyside, Sean Dyche, en la previa del encuentro, que si podían, aprovecharían esta racha de los citizen para poder algo que, en otro tiempo, casi hubiera sido posible. Con cautela, claro, porque los futbolistas que tenían enfrente seguían siendo de primer nivel.
Y ya podemos ver que lo aprovecharon, tanto es así que a punto estuvieron de llevarse el partido en el último minuto del partido, cuando tuvieron una contra de cuatro con dos que, a la postre, no pudieron o supieron aprovechar.
Momento clave
Sin embargo, el momento clave del partido estuvo en la pena máxima que lanzó Erling Haaland cuando el marcador se encontraba con un justo empato a uno. El delantero noruego, afectado sin duda por la inercia negativa de su equipo, se decidió y lanzó el penalti a la derecha de un Jordan Pickford que se mantuvo firme durante todo el partido.
Y más en el momento previo al propio lanzamiento de Haaland, cuando se dedicó a intentar desviar la atención del noruego haciendo aspavientos y gestos para desconcentrarle. “Payasadas” las llamaron en la prensa inglesa. Con todo, el guardameta internacional inglés se valió de unas ‘chuletas’ en su botella de agua en las que llevaba anotados los porcentajes de los posibles lanzadores del City. ¿Resultado? Paradón de Pickford.
Más madera para un Manchester City que tendrá una nueva oportunidad ante el Leicester de Van Nistelrooy para cerrar este final de año horrible con esa victoria tan ansiada por el equipo de Pep Guardiola.