Eiko Sievert, director senior en Scope Ratings
El número récord de órdenes ejecutivas firmadas por el presidente Donald Trump en sus primeros días en el cargo marca un fuerte reenfoque de las prioridades políticas en Estados Unidos (AA/Negativo). Estos cambios abarcan cuestiones internas como la inmigración y se extienden al clima, la energía, el comercio y la política exterior. Creemos que la formulación de nuevas políticas seguirá siendo cambiante y volátil, ya que las negociaciones entre EE.UU. y los países que más interesan al presidente pueden implicar cambios y retrocesos repentinos. Más que los anuncios en sí mismos, las implicaciones más generales dependerán de la aplicación de estas políticas y de su impacto en las presiones fiscales a medio y largo plazo a las que se enfrenta EE.UU., que informarán nuestra perspectiva crediticia en los próximos meses y años.
La calificación crediticia AA de Scope y la Perspectiva Negativa para EE.UU. reflejan retos persistentes, como la creciente polarización de la política interna y los desafíos a la gobernanza, el debilitamiento persistente de las finanzas públicas y el defecto no resuelto en el marco fiscal de EE.UU. que da lugar a recurrentes bloqueos del techo de la deuda con el riesgo asociado de un impago técnico. Los avances en la resolución de estos retos fiscales serán cada vez más importantes, ya que el aumento de los costes de los intereses exacerba las presiones fiscales y la trayectoria de la deuda pública sigue siendo insostenible a largo plazo.
A más corto plazo, la calificación crediticia de EE.UU. sigue estando respaldada por los principales puntos fuertes del país, incluido el inigualable papel del dólar como principal moneda de reserva y unos mercados de capitales que ofrecen una financiación amplia y asequible a las empresas estadounidenses.
Eiko Sievert, director senior en Scope Ratings