Categoria:

Las nuevas emociones de Intensamente 2, explicadas detalladamente por una psicóloga

Autor: Camila Colina

Hay muchas emociones con las que convivimos a diario. No conocerlas es como habitar una casa con desconocidos, y lidiar con extraños siempre es abrumador y puede dar mucho miedo. Cuando empiezas un trabajo, o llegas al primer día de clases, puede ser intimidante presentarte ante tantas personas nuevas. Pero con el tiempo la convivencia se vuelve más sencilla porque, aunque no todos te caigan bien, los conoces y sabes qué esperar de ellos y cómo tratarlos.

Tal como muestra la película, hay cinco emociones básicas: alegría, enojo, tristeza, asco y miedo. El resto de las emociones será una combinación de algunas de estas cinco y se desarrollarán conforme a nuestras habilidades cognitivas. Así que empecemos a entenderlas.

  • Enojo
  • Tristeza
  • Miedo
  • Desagrado
  • Alegría

Enojo

Aunque puede ser muy abrumador, hoy en día el enojo nos permite hacer una labor muy importante en el campo de la salud mental: poner límites y ejecutar cambios. ¿Por qué el enojo es incómodo? El sistema nervioso simpático se activa, segregando adrenalina y otras sustancias que nos ponen en modo de ataque. Cuando surge el enojo, es importante hacerse la pregunta: ¿qué límites se están sobrepasando que me impulsan a defender mi territorio emocional y personal? El enojo nos defiende y, por lo tanto, nos permite actuar y comunicar los límites que se están cruzando y que nos hacen sentir amenazados. Una vez que entiendes esto, es más fácil convivir con el enojo y usarlo para poner límites o hacer los cambios necesarios en nuestro entorno en lugar de dar un golpe, insultar, o caer en patrones autodestructivos donde nos lastimamos a nosotros mismos para no lastimar a los demás.

Tristeza

Como bien se demuestra en la primera entrega de la película, la tristeza nos permite hacer una pausa para alejarnos de las situaciones que nos lastiman y reflexionar sobre qué las ocasiona para no repetirlas. Esto se debe a que el sistema parasimpático se activa (demasiado), bajando niveles de serotonina y dopamina, afectando los niveles de motivación y satisfacción. Generalmente, la tristeza llama al llanto, lo cual permite comunicar a las demás personas que estamos vulnerables y necesitamos conexión y apoyo. Cuando surge esta emoción, puedes acompañarte, escuchar tus necesidades, darte un espacio y, sobre todo, cuando te sientas listo buscar apoyo e interacciones que te permitan sentirte sostenido y querido, aunque parezca difícil. La conexión con otros seres queridos activa el sistema ventral y nos permite encontrar soluciones, elevar el ánimo, y aliviar la desesperanza. No obstante, es importante recordar que todas las emociones necesitan tiempo para ser procesadas, y desear que se quiten inmediatamente muchas veces solo las hace más fuertes. Así que cuando llegue la tristeza, abrázala y busca tomar la mano de alguien en lo que transitas ese momento difícil.

Miedo

El miedo también activa el sistema nervioso simpático, pero en lugar de impulsarnos al ataque, propone otra salida de emergencia: la huida. Es una emoción intensa porque busca sacarnos de una situación de peligro lo antes posible. Si la situación lo amerita, sal corriendo, pero cuando puedas mirar al miedo a los ojos sin estar en una situación de vida o muerte, plantéate esta pregunta: ¿qué tiene en común esta situación con la primera vez en mi vida que me sentí así? Muchas veces, el miedo surge en situaciones que podrían parecer inofensivas porque es durante los primeros años de vida que nuestro sistema nervioso empieza a identificar qué estímulos son amenazantes para cuidarnos de ellos en el futuro. Lo importante es mostrarle a nuestros cuerpos que las amenazas no siempre siguen siendo relevantes y que muchas veces tenemos herramientas adultas para enfrentarnos a lo que de pequeños nos hizo sentir miedo.

Desagrado

Esta es una emoción fundamental para la supervivencia, ya que nos aleja de cualquier experiencia que amenace nuestra salud. Por ejemplo, en su forma más básica, es una manera de alejarnos de gérmenes, bacterias y alimentos peligrosos para prevenir enfermedades o, incluso, la muerte. Sin embargo, esta reacción ha evolucionado y, como los humanos somos gregarios por naturaleza, puede activarse cuando estamos frente a otras personas cuyos comportamientos amenazan la estructura social en la que vivimos.

Alegría

Esta es la favorita de casi todos porque, a diferencia de las anteriores, no se relaciona con una sensación displacentera en el cuerpo. Todo lo contrario. La alegría activa al sistema nervioso simpático, pero además también activa al sistema nervioso ventral. Es una emoción que nos permite conectar fácilmente con los demás, y que funciona como un premio para que nuestro cuerpo entienda qué estímulos son seguros para nosotros y busque repetirlos. Pero hay que tener cuidado: lo que nos hace sentir bien no siempre es lo que nos hace bien. La alegría es un arma de doble filo que, al igual que el miedo, se establece desde una edad temprana, y lo que nos hizo sentir bien una vez no es necesariamente lo que necesitamos ahora. Si no tenemos claro que la alegría es pasajera, podemos caer en patrones de comportamiento contraproducentes intentando sostener esa sensación de bienestar de manera indefinida, lo cual es imposible. La belleza de la alegría es que, al igual que las demás, es una emoción pasajera que tampoco puede sostenerse por sí misma porque nos alejaría de la realidad, volvería más complicado desarrollar la empatía y nos dificultaría poner límites sanos.

Las nuevas emociones de Intensamente 2, explicadas

  • Ansiedad
  • Vergüenza
  • Ennui
  • Envidia

Ansiedad

Si no se comprende, la ansiedad puede ser increíblemente incómoda e, incluso, paralizante. ¿Cuál es la diferencia entre la ansiedad y el miedo? La ansiedad va más allá de la activación del sistema nervioso simpático, pues involucra muchas más herramientas cognitivas como la imaginación, la planeación a futuro, la capacidad de generar hipótesis y el autoconcepto. Todas estas surgen durante la pubertad y la adolescencia con la función de permitirnos crecer y comprender nuestro entorno, pero muchas veces se alían con el miedo y pueden generar caos. Hoy en día, pocas veces con enfrentamos con amenazas de vida o muerte y, por lo tanto, nos enfrentamos con peligros cotidianos a los que podemos atribuirles resultados catastróficos. ¿Y si me va mal en el examen?, ¿Y si mi jefe me regaña?, ¿Y si mis amigas dejan de hablarme porque me corté el cabello? Nos enfrentamos a tantas circunstancias, y nuestra mente genera tantas alternativas para lidiar con ellas, que es fácil sentirnos en peligro constante.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Te puede interesar también

¿Quieres hablar con nosotros en cabina?

Nuestros Horarios en el Estudio:

9am a 11am | 12m a 1pm | 4 a 5 pm | 5 a 6pm

horario del pacifico