Por: David Yaffe-Bellany, Erin Griffith y Theodore Schleifer/The New York Times
Ryan Selkis, un ejecutivo de criptomonedas, estaba cenando en Mar-a-Lago en mayo cuando recibió una invitación inesperada: el ex Presidente Donald J. Trump quería que subiera al escenario en el resort de Florida y dijera algunas palabras.
Selkis, que opera la empresa de datos de criptomonedas Messari, fue uno de los cientos de asistentes a un evento que celebraba la serie de tokens no fungibles de Trump, los coleccionables digitales conocidos como NFTs. En el podio, Selkis se volvió hacia el ex Presidente. “Hay 50 millones de poseedores de criptomonedas en Estados Unidos”, declaró Selkis. “Son muchos electores”.
Ese mensaje se ha convertido en un tema de conversación política en el mundo de las criptomonedas, mientras la industria intenta sacudirse una ola de escándalos y establecerse como una fuerza poderosa en el ciclo electoral del 2024. Tres grandes empresas de criptomonedas se han unido para financiar un grupo de súper PACs afiliados, invirtiendo alrededor de 150 millones de dólares para elegir a candidatos pro criptomonedas en las elecciones al Congreso.
Los PACs no tienen previsto participar en las elecciones presidenciales, afirmó un portavoz de los grupos. Pero los altos ejecutivos han tratado de movilizar a la industria detrás de Trump, quien ha correspondido elogiando las monedas digitales y recibiendo a ejecutivos en Mar-a-Lago.
Después del colapso de las empresas de criptomonedas hace dos años, la Administración Biden emprendió una ofensiva, presentando demandas y cargos penales contra algunas de las principales figuras de la industria. La Comisión de Bolsa y Valores de EU está investigando casos que podrían obligar a la industria a salir de EU.
Criptoelectores
Selkis y otros han argumentado que los “criptoelectores” recientemente energizados podrían influir en las elecciones presidenciales de noviembre. Citan una encuesta, encargada por el mercado de criptomonedas Coinbase, que sugiere que 52 millones de estadounidenses poseen monedas digitales. (La Reserva Federal de EU estima el total en 18 millones de personas).
Pero la supuesta pasión de los electores por las criptomonedas puede ser menos importante que el fondo de guerra de campaña de la industria. Ripple, Coinbase y la firma de capital de riesgo Andreessen Horowitz han donado alrededor de 50 millones de dólares cada uno a los cripto PACs, que planean gastar esos fondos en varias elecciones al Senado.
“Una sola industria relativamente pequeña está literalmente tratando de comprar suficientes políticos para secuestrar la agenda pública”, dijo Dennis Kelleher, presidente de Better Markets, un grupo defensor de la reforma financiera.
Robert F. Kennedy Jr., el candidato presidencial independiente, hizo su primera aparición oficial de campaña en un evento de Bitcoin en Miami y ha asistido a múltiples conferencias de la industria, a veces manteniendo reuniones de recaudación de fondos con ejecutivos adinerados.
El Presidente Joseph R. Biden Jr. ha sido visto durante mucho tiempo como anti criptomonedas porque Gary Gensler, su presidente de la CBV, ha demandado a muchas empresas de criptomonedas.
Si bien Trump dijo una vez que Bitcoin “parece una estafa”, hace poco hizo comentarios de apoyo sobre las criptomonedas y prometió poner fin a la represión regulatoria. Bitcoin debería ser “¡¡¡HECHO EN EU!!!”, publicó en su red social.
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