Cualquier política migratoria puede repercutir en la decisión de la población para elegir nuevo presidente en las elecciones que se avecinan. A pesar del riesgo que implica, en Estados Unidos no escatiman esfuerzos y atienden a una problemática que -hasta el momento- parece no tener solución. Sin ir más lejos, el Gobierno implementa otras medidas que tienen como objetivo reducir la migración ilegal mediante restricciones estrictas y procesos de deportación más rápidos.
Con la firma de una orden ejecutiva por parte del presidente Joe Biden, se establece que la frontera sur se cerrará al alcanzar los 2,500 cruces irregulares diarios, y solo se reabrirá si las detenciones caen por debajo de 1,500 (por jornada) durante una semana consecutiva. Estas medidas tendrán diferentes efectos según la nacionalidad de los migrantes, debido a las complejidades logísticas y diplomáticas involucradas.
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En ese sentido, los migrantes que crucen ilegalmente la frontera sur de Estados Unidos se enfrentarán a procesos de deportación más rápidos y no podrán solicitar asilo. Estos procedimientos, que pueden completarse en días o incluso horas, están diseñados para desalentar la migración ilegal, pero su aplicación varía según la nacionalidad de los migrantes.
Algunos países, con diferentes normativas
A juzgar por las informaciones brindadas por Univisión, los migrantes provenientes de países del hemisferio oriental enfrentarán mayores dificultades para ser deportados. Las complicaciones logísticas, los recursos limitados y la falta de acuerdos migratorios con sus países de origen impiden una deportación rápida.
Los agentes fronterizos en el sector de San Diego, California, recibieron instrucciones de liberar a migrantes de países lejanos en lugar de someterlos a un proceso de deportación expedita. Sin embargo, hay seis nacionalidades excluidas de esta disposición: los adultos solos de Georgia, Moldavia, Kirguistán, Rusia, Tayikistán y Uzbekistán.
Estos migrantes serán enviados a la Oficina de Aduanas y Control Fronterizo (ICE) para su deportación. Además, se espera que migrantes de países africanos y de China tengan menos probabilidades de ser expulsados rápidamente debido a la falta de acuerdos migratorios y los altos costos de los vuelos.
Migrantes latinoamericanos: los más complicados
Para los migrantes latinoamericanos, el proceso de deportación es generalmente más sencillo debido a la cercanía geográfica y la existencia de acuerdos de repatriación. Los adultos solos provenientes del Caribe, Sudamérica y Centroamérica son considerados los más fáciles de deportar.
Excepcionalmente, los ciudadanos de Cuba, Nicaragua, Haití y Venezuela tienen mayores oportunidades de solicitar asilo por razones humanitarias, aunque también pueden ser deportados rápidamente a México, en lugar de a sus países de origen.
Para los migrantes del Triángulo Norte (El Salvador, Honduras y Guatemala) y México, la deportación expedita es la norma debido a la frecuencia de vuelos de deportación a estos países. En el caso de México, los migrantes pueden ser simplemente transportados a la frontera sin necesidad de vuelos.