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ÓSCAR BADALLO
Donostia-San Sebastián
Actualizado
La Real Sociedad cayó eliminada de la semifinal de la Copa del Rey después de verse más cerca que nunca de La Cartuja, tras el 1-3 de Mikel Oyarzabal, lo que unido a la polémica por el posible fuera de juego de Mbappé en la acción previa al 3-3 y el enorme esfuerzo físico provocó la tristeza y frustración de Imanol Alguacil y sus futbolistas, algunos de los cuales no pudieron reprimir las lágrimas, como Aihen Muñoz.
La Real acudió al Santiago Bernabéu consciente de la dificultad que tenía darle la vuelta al 0-1 de la ida y eliminar al Real Madrid en su propio campo, pero también de que, si el plan de partido salía como se preveía, podía tener sus opciones de dar la gran sorpresa y estar el próximo 26 de abril en la final de La Cartuja.
El gol de Barrenetxea, los fallos de los delanteros blancos en algunas oportunidades para sentenciar después del empate de Endrick, y los tantos de Alaba, en propia puerta, y Oyarzabal, con los que el electrónico reflejó un 1-3 a falta de tan sólo 10 minutos, acercaron a la Real a la hazaña, para éxtasis de toda la afición txuriurdin.
De la euforia a la prórroga
La pena es que Bellingham puso rápido el 2-3, Tchouameni empató en un córner que no se debió de sacar, si Alberola Rojas o el VAR hubiesen señalado el fuera de juego que pareció haber de Mbappé en la acción que dio lugar al córner en el que marcó el francés, y en una prórroga con los realistas rotos de cansancio Rüdiger puso la puntilla.
La Real, que había visto muy cerca la opción de que el sueño de una final con público se hiciera realidad, terminó con pena y frustración por lo sucedido, como se reflejó en los rostros de los futbolistas, con las lágrimas de algunos, sobre todo un Aihen Muñoz totalmente roto y que representó el sentimiento de muchos aficionados txuriurdin. Después de caer los dos últimos años ante Mallorca y Real Madrid, a minutos de la final, queda esperar a que se cumpla eso de no hay dos sin tres.