Donald Trump

Donald Trump EP

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Si hoy se preguntara a los inversores: «¿De qué cree que dependerá la trayectoria futura de los mercados?», probablemente la mayoría no mencionaría en primer lugar las medidas de política monetaria de los bancos centrales, sino la evolución en torno a las negociaciones arancelarias de Trump con el resto del mundo.

Así, la noticia de que China y EEUU acordaron reducir significativamente sus aranceles durante 90 días (los aranceles de EEUU sobre los productos chinos bajan del 145% al 30%, y los de China sobre los productos estadounidenses bajan del 125% al 10%) desató el lunes una oleada de optimismo en los mercados de riesgo.

De seguida aparecieron predicciones de que el índice S&P 500 podría alcanzar los 6.600 puntos a este ritmo. Este optimismo también se viorespaldado por datos sólidos: las empresas están presentando resultados mejores de lo esperado y la inflación estadounidense ha sido menor de lo previsto.

En este contexto, parece que los mercados deberían seguir subiendo, pero siempre hay margen para lo inesperado. Una de esas sorpresas podría ser que la Fed decidiera retrasar una bajada de tipos más de lo previsto (de hecho, muchos profesionales del mercado se están preparando precisamente para eso).

El razonamiento es sencillo: si el riesgo de recesión disminuye y la bolsa sigue subiendo, no tiene sentido recortar los tipos sólo porque el presidente quiera. Y más teniendo en cuenta que los efectos totales de los aranceles aún no se reflejan plenamente en datos de inflación como el IPC, el IPP o el PCE.

Washington sigue planeando mantener un arancel base del 10% sobre todas las importaciones

El problema es que, aunque se alcancen acuerdos comerciales con China, la Unión Europea y otros socios, Washington sigue planeando mantener un arancel base del 10% sobre todas las importaciones. Esto mantendría una presión constante sobre la inflación y los beneficios empresariales.

No es casualidad, pues, que, a pesar del entusiasmo general, los rendimientos del Tesoro a 10 años no sólo no bajaran tras los datos de inflación, sino que incluso subieran. La conclusión es clara: los inversores aún no están convencidos de que el optimismo esté respaldado por fundamentos sólidos.

***Igor Kuchma es analista de Trading View.