Es muy común escuchar hablar de dietas milagrosas que prometen resultados en muy pocas semanas; sin embargo, en muchas ocasiones estos tratamientos pueden poner en riesgo la salud, ya que no están avalados por especialistas y pueden afectar otras funciones del organismo.
Conforme a los criterios de
Es necesario a la hora de iniciar una dieta para bajar esos kilitos de más, asesorarse por un especialista en nutrición, quien evaluará sus necesidades y condiciones médicas para diseñar la mejor rutina para garantizar la salud del paciente.
Las dietas milagrosas
Generalmente, es por medio de redes sociales o recomendaciones de conocidos que se inician rutinas extremas de alimentación o ingesta de productos que prometen reducir el peso sin mayor esfuerzo, pero cuya efectividad no ha sido demostrada por la ciencia.
Isabel Martorell, doctora en Biomedicina y responsable del equipo de Nutrición y Salud en Nootric, asegura que las dietas milagrosas “suelen obviar la necesidad de una supervisión médica adecuada, lo cual representa un riesgo potencial para la salud”.
También, Beatriz Robles, dietista-nutricionista y profesora de la Universidad Isabel I, en España menciona que: “Ocurre que las dietas respaldadas por la ciencia son precisamente las más populares, las que todo el mundo conoce. Paradójicamente, tendemos a ignorarlas. Todo el mundo sabe que la mejor dieta es la que promueve el consumo de alimentos de origen vegetal como frutas, legumbres, frutos secos y semillas, incorporando también alimentos de origen animal poco procesados, y que además insta a evitar tóxicos y ultraprocesados. A la gente le suena rutinario, pero no deja de ser la base sobre la que existe mayor evidencia científica, ya se llame DASH o dieta mediterránea”.
Las especialistas concuerdan que las dietas milagrosas o dietas que se ponen de moda muy rápidamente, son de las que primero se debe sospechar, ya que “la ciencia nunca avanza tan rápido, y mucho menos a trompicones”.
Este tipo de dietas milagrosas han estado presentes desde varios años atrás, y con el furor de las plataformas, han llegado a más personas alrededor del mundo, por lo que entidades especializadas en nutrición como la Academia Española de Nutrición y Dietética realizó un documento que explica cómo identificar una dieta fraudulenta.
“Entre otras cosas, prometen resultados asombrosos o mágicos, prohíben el consumo de un alimento o grupos de alimentos, contienen afirmaciones que contradicen a colectivos sanitarios de reputación contrastada y, en muchos casos, garantizan una pérdida de peso concreto en un tiempo concreto”, explica el escrito.
Además, menciona que en muchas de las oportunidades, quienes promueven este tipo de dietas, son los mismos que venden los productos o suplementos ‘especializados’ para acompañar el proceso de pérdida de peso.
Las especialistas mencionan que las dietas hacen parte fundamental de la pérdida de peso e indican que “solo una dieta respaldada por la ciencia asegura que no pondremos en riesgo nuestra salud, ya que se basa en estudios sólidos que nos orientan hacia prácticas alimentarias efectivas y seguras”.
Es por eso que mencionan cuáles son las dietas que más ponen en riesgo la salud de quienes las practican.
Dieta macrobiótica
“Esta dieta clasifica alimentos según un supuesto equilibrio energético que promete un bienestar absoluto, sin una base científica clara”, explica Martorell.
Asimismo, Miguel Ángel Lurueña, doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos y autor del blog ‘Gominolas de Petróleo’ y del libro ‘Que no te líen con la comida’ señala en sus escritos que “la macrobiótica se basa en creencias sin fundamento, concretamente en la idea de que el universo está regido por el equilibrio entre dos fuerzas o energías: el yin y el yang, de modo que clasifica los alimentos en uno u otro grupo, haciendo recomendaciones basadas en esa idea”.
Dieta alcalina
Son muchas las famosas que han asegurado que durante su día a día practican este tipo de dieta, entre ellas: Demi Moore, Victoria Beckham y Gwyneth Paltrow.
Esta dieta fue propuesta por el biólogo francés Claude Bernard quien comenzó a hablar de ella en el siglo XIX, al observar que el cambio de dieta de los conejos, de herbívora a carnívora, cambió la orina de más alcalina a más ácida.
JM Mulet, licenciado en Química y doctor en Bioquímica y Biología Molecular por la Universitat de València, es específico al asegurar que esta dieta carece de fundamento científico.
“Cuando hablamos de alcalinización hacemos referencia al PH, a unos iones disueltos en la sangre y la orina. No se puede regular el PH mediante la alimentación, y además si se desequilibrase te morirías. El cuerpo está diseñado para mantenerse en un PH estricto”. Ocurre, sin embargo, que muchas personas que empiezan tanto esta dieta como cualquier otra sin respaldo científico pueden notar resultados de forma rápida. “Si de repente empiezas a comer vegetales, hacer ejercicio, eliminar los ultraprocesados y, en definitiva, te cuidas más, lo normal es que pierdas peso, pero eso no se debe a la dieta alcalina ni a ninguna otra”, explica Mulet.
Dieta quemagrasas
Como su propio nombre lo indica es una dieta que promete eliminar los kilos de más y una de las más populares alrededor del mundo.
La médico y nutricionista Núria Monfulleda, del centro Loveyourself, en Barcelona asegura que: “No existen alimentos quemagrasas. Solo hay una manera de eliminar grasas y es que exista un déficit calórico, es decir, que consumamos menos calorías de las que necesitamos”.
Dietas monoalimento
La dieta del apio, la piña, alcachofa y melocotón en almíbar se popularizó en la década de los 90 y principios de los 2000. Este tipo de dietas se basan en el consumo de un único alimento durante todo el día, con la esperanza de que esto generará pérdidas de peso drásticas y exprés.
Para especialista Isabel Martorell, estas son precisamente las más representativas de la etiqueta “milagrosa”, ya que “proponen restricciones extremas y poco realistas, hasta el punto de que pueden tener efectos perjudiciales no solo para la salud física, sino también para el bienestar emocional de quienes las siguen y de su entorno”.
ALEJANDRA HERNÁNDEZ TORRES
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO