Domingo, 23 de junio 2024, 09:09
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En un nuevo capítulo sobre los apellidos, nuestra historiadora de arte, Elena Rodríguez, nos aborda dos temas diferentes. Por un lado, el escudo y el apellido y, por otro, por qué en la península Ibérica y en hispanoamérica usamos dos apellidos y en el resto del mundo no.
No todos los Rodríguez provienen del mismo Rodrigo, por esa formación del apellido que al acabar en ez significa hijo de Rodrigo. Pero el escudo es el que vosotros pidáis, el que encarguéis que os hagan. O si procedéis de una familia de renombre con su propio escudo, sería ese.
Los apellidos no tienen su propio escudo, es decir, a un apellido no le corresponde un solo escudo, le corresponde el escudo que esa familia haya encargado y ese escudo solo servirá para esa familia. No tenemos escudo, aunque en las tiendas de recuerdos parezca que sí.
El doble apellido
Esta cuestión es típica de la península Ibérica e Hispanoamérica, aunque en Portugal se hace al revés, primero va el apellido de la madre y, después, el del padre.
Esto tiene mucho que ver, aunque en principio no lo parezca, con la expulsión de los musulmanes y de los judíos a finales del siglo XV. Muchos son expulsados, pero otros se quedan, son conversos y se cambian el apellido, se ponen uno cristiano.
La nobleza, sobre todo, quiere diferenciarse de los nuevos cristianos y miran hacia atrás y demuestran que todos sus apellidos son cristianos de pura cepa desde hace muchos años. Así le dan importancia tanto al apellido del padre como al de la madre, a los de los abuelos paternos y maternos.
Así, nosotros podemos ir hacia atrás, si investigamos y conseguimos nuestro árbol genealógico, y podemos encontrar apellidos casi hasta el siglo XIII que es cuando empieza a usarse el apellido como tal.
Descubre todas las curiosidades en el nuevo vídeo de Elena Rodríguez y en el resto de capítulos sobre la materia que vamos compartiendo cada mes.
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