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Análisis de noticias
A pesar del clamor de republicanos y demócratas, los jurados consideraron seriamente las pruebas antes de emitir sus veredictos.
![Attorney General Merrick B. Garland, seen from the neck up, holding up his right hand for an oath. A large eagle can be seen on the wall behind him as part of a government logo.](https://static01.nyt.com/images/2024/06/11/multimedia/11dc-assess-tfhp-esp/11dc-assess-tfhp-articleLarge.jpg?quality=75&auto=webp&disable=upscale)
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El expresidente Donald Trump y sus aliados republicanos han intentado deslegitimar las investigaciones penales sobre sus acciones declarando que los demócratas han “instrumentalizado” el sistema judicial, un alegato que se intensificó luego de que un jurado condenara a Trump el mes pasado por 34 delitos graves en un caso de pago por silencio.
Al impulsar esa narrativa, han tendido a ignorar un hecho incómodo: el presidente Joe Biden no detuvo la investigación del Departamento de Justicia sobre su propio hijo. El martes, la contradicción se agudizó cuando un jurado condenó a Hunter Biden por tres delitos graves por haber mentido sobre su consumo de drogas cuando adquirió un arma en 2018.
El veredicto no fue suficiente para satisfacer a los republicanos, quienes minimizaron el resultado y siguieron insistiendo en que los demócratas han convertido al sistema de justicia penal en una herramienta partidista. No obstante, bajo una tremenda presión política, en ambos casos los 12 miembros del jurado parecen haberse tomado su trabajo en serio, sopesando las pruebas y dictando condenas. Al parecer, el sistema funcionó más o menos como se supone que debe hacerlo.
Por supuesto, se puede argumentar que tanto el caso del pago por silencio de Trump como el caso del arma de Hunter Biden se vieron afectados por la política. Ambos podrían caracterizarse como casos de relativamente poca importancia —a pesar de las abundantes pruebas que respaldan los cargos— que los fiscales tal vez no se habrían molestado en presentar si los acusados no hubieran sido nadie relevante. Sin embargo, a ninguno de los dos bandos le interesaba hacer énfasis en esto.
En lugar de esto, tras la condena de Hunter Biden los demócratas se unieron para presumir lo mucho que respetan el sistema de justicia penal, a menudo señalando explícitamente que no estaban criticando el caso como una extralimitación de la fiscalía. A pesar de que los republicanos alegan que el juicio de Trump se trató de una farsa corrupta, señalaron, las personas políticamente prominentes que cometen delitos son condenadas, independientemente del partido al que pertenezcan.
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