Andrés Manuel López Obrador siempre supo que su imagen se volvería fantasmal una vez que su sexenio acabara. Y desde su salida de Palacio Nacional, no se sabe exactamente dónde transita su nueva vida. La versión oficial es que está en su rancho “La Chingada”, en Chiapas.
En Morena existe una valoración muy positiva sobre esta decisión de apartarse de los focos: sus palabras, sus apariciones, incluso sus interlocuciones con otros actores políticos podrían hacer ruido sobre el liderazgo de Claudia Sheinbaum. “Es un acto de grandeza”, dicen en el partido, donde casualmente se encuentra como co-dirigente su hijo Andy López Beltrán.
Pero la llegada de Trump desató una tormenta de amenazas sobre las nuevas operaciones de las agencias de seguridad de los Estados Unidos en territorio mexicano. Los gobernadores de los estados más comprometidos en materia de seguridad no hablan de otra cosa: drones, agentes, testigos encubiertos, y amenazas por posibles vinculaciones con el crimen organizado. La Casa Blanca pide cabezas y hay una shortlist de gobernadores muy preocupados.
Desde hace varios años las agencias de seguridad de EU siguen de cerca los movimientos de la familia de AMLO. Ya lo había anticipado LPO: ex agentes de la DEA registraban los pasos de José Ramón en Texas, donde apareció meses después su Casa Gris. También lo fotografiaron en controversiales reuniones con empresarios y el jefe de las aduanas mexicanas.
En los últimos meses, las agencias de seguridad incrementaron los trabajos de inteligencia. Y habrían detectado, según pudo saber LPO, al menos un par de viajes de López Obrador a Cuba. Sus visitas a la isla se repitieron y aún no hay claridad sobre los objetivos de estos viajes.
No es anormal que los ex presidentes elijan países cercanos a México para pasar algunos meses del año. Peña Nieto lo hace en República Dominicana, cuando se cansa del invierno español. Calderón fijó a Guatemala como punto de encuentro con su esposa Margarita Zavala y evita de ese modo pisar suelo mexicano.
En México se especulan con dos versiones no confirmadas. La primera, que se trataría de los preparativos para una vivienda alternativa a Chiapas, donde la situación de seguridad se ha deteriorado. No es anormal que los ex presidentes elijan países cercanos a México para pasar algunos meses del año. Peña Nieto lo hace en República Dominicana, cuando se cansa del invierno español. Calderón fijó a Guatemala como punto de encuentro con su esposa Margarita Zavala y evita de ese modo pisar suelo mexicano.
Pero existe otra especulación. Cuba fue a lo largo de décadas un destino sanitario para muchos líderes. Chávez trató allí su enfermedad para evitar los flashes y las filtraciones a la prensa.
AMLO vivió en carne propia -en pleno ejercicio de su Presidencia- las informaciones sobre sus internaciones e intervenciones para sus problemas cardíacos. ¿Acaso sus estudios médicos de rutina se realizan ahora con médicos cubanos?
También hay registros de visitas a la Ciudad de México, donde vive su hijo menor Jesús López Beltrán, quien empezará a estudiar dos carreras universitarias en paralelo: Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas.
