La Xunta de Galicia ha dado un paso clave en la tramitación del proyecto industrial que Greenfiber pretende desarrollar en el municipio lucense de Palas de Rei. La Administración autonómica ha aprobado la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), un requisito esencial para la viabilidad de la iniciativa, aunque esta aprobación está supeditada al cumplimiento de múltiples condiciones establecidas en informes sectoriales y en el propio documento ambiental. La decisión busca garantizar que el desarrollo del proyecto minimice sus efectos sobre el entorno natural y cumpla con la normativa medioambiental vigente.
En una comparecencia ante los medios, las conselleiras de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez, y de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, han subrayado que la Xunta de Galicia ha llevado a cabo un análisis exhaustivo del proyecto, evaluando su compatibilidad con los valores ambientales y socioeconómicos de la zona. «Hemos actuado con total transparencia y rigor técnico, asegurándonos de que este proyecto cumpla con todas las exigencias legales y de sostenibilidad», afirmó Vázquez. La conselleira incidió en que la resolución se fundamenta en el estudio de 34 informes sectoriales elaborados por 42 técnicos especialistas en distintas áreas, lo que refleja la complejidad y el impacto de la iniciativa.
Un proyecto con condiciones estrictas
La DIA establece un conjunto de condiciones que Greenfiber deberá cumplir para garantizar que su actividad no cause un perjuicio significativo al medio ambiente. El objetivo de esta evaluación es asegurar que el proyecto industrial se integre de forma sostenible en su entorno, estableciendo medidas de mitigación y compensación adecuadas.
Uno de los aspectos clave es la protección del patrimonio natural y cultural de la zona. En este sentido, la Dirección Xeral de Patrimonio Cultural ha impuesto la realización de un proyecto de control arqueológico para asegurar que no se produzca ningún impacto negativo en elementos patrimoniales de interés. Asimismo, la Dirección Xeral de Patrimonio Natural ha establecido que las instalaciones deben situarse a más de 50 metros de la zona de especial conservación Serra do Careón, con el fin de evitar afecciones a este espacio protegido. Además, se exigirá la creación de un cinturón perimetral con especies vegetales autóctonas, que ayude a minimizar el impacto visual y ecológico del complejo industrial.
Por su parte, la Dirección Xeral de Pesca e Acuicultura ha analizado la posible repercusión del proyecto en el sector pesquero y ha concluido que no existen afecciones significativas en este ámbito. Asimismo, Augas de Galicia ha autorizado los vertidos industriales previstos, aunque con la condición de que estos sean sometidos a un tratamiento adecuado en una estación depuradora que garantice la calidad de las aguas.
Obstáculos pendientes: la conexión a la red eléctrica
A pesar de esta declaración favorable, el proyecto aún enfrenta desafíos importantes, especialmente en lo que respecta a su conexión a la red eléctrica. La conselleira de Economía e Industria, María Jesús Lorenzana, ha advertido que la viabilidad del proyecto depende de la inclusión de la infraestructura de interconexión eléctrica necesaria en la planificación estatal de la red de transporte. «El Gobierno central aún no ha dado respuesta a esta cuestión, y sin esta infraestructura, el proyecto no podrá llevarse a cabo», explicó Lorenzana, subrayando la importancia de una coordinación entre administraciones para que la iniciativa salga adelante.
Próximos pasos
La declaración de impacto ambiental es un requisito fundamental, pero no es el último trámite que Greenfiber deberá superar. La Xunta de Galicia está trabajando ahora en la emisión de la Autorización Ambiental Integrada (AAI), un procedimiento que permitirá evaluar con mayor profundidad los efectos del proyecto en el medioambiente y establecer medidas correctoras adicionales en caso necesario. Esta autorización es indispensable para la construcción y puesta en marcha de la planta industrial.
Una vez que se complete el proceso ambiental, será la Consellería de Economía e Industria la encargada de analizar si el proyecto cumple con todos los requisitos exigidos para su aprobación definitiva. Solo en caso de recibir el visto bueno del Consello da Xunta, la empresa podrá iniciar las obras. No obstante, la resolución de los problemas relativos a la conexión eléctrica sigue siendo un factor determinante en la viabilidad del proyecto.
Impacto en el tejido económico local
El proyecto de Greenfiber en Palas de Rei ha generado una gran expectación, tanto por su potencial impacto ambiental como por las oportunidades económicas que podría suponer para la comarca. La empresa prevé una inversión millonaria y la creación de cientos de puestos de trabajo, lo que podría suponer un impulso significativo para la economía local y regional. Sin embargo, el debate sobre su impacto ambiental ha generado opiniones encontradas entre los vecinos y colectivos ecologistas, que han pedido garantías de que la actividad industrial no afectará negativamente al entorno.
En este contexto, la Xunta insiste en que su prioridad es encontrar un equilibrio entre el desarrollo económico y la sostenibilidad ambiental. «Estamos comprometidos con un modelo de desarrollo que respete el medioambiente y garantice el bienestar de las futuras generaciones», concluyó la conselleira Ángeles Vázquez.
