El sol recibirá una visita sorpresa esta Navidad: la sonda solar Parker de la NASA, que se acercará más que nunca antes a la estrella. Esta diminuta sonda se prepara para su mayor acercamiento al sol esta semana, cuando deberá soportar temperaturas de hasta 982,2 grados centígrados.
La sonda solar Parker partió en agosto de 2018 con una misión: tocar el sol, y se acerca a la estrella con cada órbita. El 24 de diciembre la nave espacial estará a 6,1 millones de kilómetros de la superficie del sol, lo más cerca que haya llegado un objeto en toda la historia. A esa distancia la misión tiene el potencial de revolucionar lo que conocemos y entendemos del sol, y soportará la brutal radiación que emana de la estrella para recoger datos sobre el origen y evolución del viento solar.
Hubo que trabajar durante mucho tiempo para este encuentro cercano. En 2021 la sonda fue la primera misión que atravesó la corona del sol, su atmósfera superior. La sonda solar Parker viajó a través de una eyección de masa coronal (CME), un estallido de radiación de alta energía del sol, en un histórico vuelo junto a la estrella. En septiembre de 2022 la misión repitió la maniobra y captó datos para que la ciencia pueda entender mejor cómo interactúa el plasma del sol con el polvo interplanetario que lo rodea.
A partir del último mes de septiembre la sonda Parker ha cumplido 21 acercamientos al sol, llegando a unos 7,26 millones de kilómetros de la superficie solar. En noviembre la sonda solar Parker cumplió con su séptimo y último vuelo junto a Venus, y usó la fuerza de la gravedad del planeta para lanzarse hacia una órbita más cercana en torno al sol. Ese vuelo de acercamiento fue el último paso en una misión que tiene como objetivo lograr que la sonda se acerque todo lo posible a nuestra estrella.
Vencer a la fuerza de gravedad del sol
La sonda solar Parker ya es el objeto más veloz fabricado por los humanos en toda la historia, pero en su máximo acercamiento al sol, pasará junto a la estrella a una velocidad récord de 692.000 kilómetros por hora, según la NASA. Y es que se requiere esa velocidad para vencer la atracción de la gravedad del sol. Si tuviera que ir desde Washington, D.C. a Filadelfia a esa velocidad llegaría en un segundo.
La nave espacial además tiene que sobrevivir al calor extremo del sol. Su escudo térmico alcanzará temperaturas de 982,2 grados centígrados, manteniendo el cuerpo de la nave a 29,4°C. El escudo térmico de la sonda tiene 2,4 metros de diámetro y un grosor de 115 mm. Está hecho de espuma de composite de carbono entre dos placas de carbono, con una capa de pintura cerámica blanca en la cara que da hacia el sol con el fin de reflejar tanto calor como sea posible.
Mientras se acerca al sol la nave registrará el flujo de energía que atraviesa la superficie de la estrella, estudiará el calor de la corona solar, e investigará qué es lo que acelera al viento solar, informó la NASA.
Con estos datos los científicos esperan obtener respuestas a algunos de los misterios más persistentes del sol, como el hecho de que su corona o atmósfera superior, es unas 200 veces más caliente que su superficie, o qué es lo que impulsa al viento solar, y cuál es el origen de las partículas solares de alta energía. También los datos podrán ayudar a predecir mejor el clima en el espacio, que puede tener su impacto en la Tierra con bellas auroras y perjudiciales efectos sobre la infraestructura eléctrica de nuestro planeta.
Este artículo ha sido traducido de Gizmodo US por Lucas Handley. Aquí podrás encontrar la versión original.