El tercer domingo de cada enero, el mundo celebra una efeméride que es sin dudas, compleja: el Día Mundial de la Religión. El objetivo de esta fecha es la de promover la paz, el entendimiento, la libertad de culto y fundamentalmente la tolerancia entre todas las religiones que existen en el mundo.
Esta fecha comienza a conmemorarse a partir del año 1950, gracias a la llamada Asamblea Nacional Espiritual de la Religión Bahai en Estados Unidos, y por iniciativa y apoyo de la Organización de las Naciones Unidas. La ONU busca refrendar la Libertad de Culto con esta fecha, afirmando la profunda importancia de la religión en la identidad de la gente. El propósito es que la religión aporte a la resolución de conflictos en el mundo,
La religión Bahai se trata de un movimiento religioso monoteísta, cuyo líder espiritual y fundador fue conocido como Bahá’u’lláh, de origen persa. Las enseñanzas impartidas por este maestro, considera a Dios como la unidad y la fuente principal de todas las cosas existentes en el universo.
En el mundo, existen más de 4000 religiones. En Argentina, según un estudio realizado por el CONICET en el año 2008, se estima que, de la totalidad de sus habitantes, los católicos romanos representan un 76%, siguiendo luego ateos o agnósticos en un 11%, luego pentecostales un 8%, dejando para el 5% restante una composición de bautistas, judíos, luteranos, metodistas, mormones, adventistas del Séptimo Día y fieles de la Iglesia Universal del Reino de Dios.
La toma de territorios por parte de la inmigración y sus distintas oleadas, han marcado que Argentina construya distintas maneras de creer en Dios, y también dependiendo de la zona en donde nos ubiquemos.
En nuestra provincia, la situación es similar. Una gran cantidad de la población, la mayoría, ha pasado por los distintos sacramentos del catolicismo, siguiendo luego quienes profesan otras ramas del cristianismo en cantidad numérica, luego judíos, y también están quienes profesan la religión islámica, el taoísmo y el hinduismo. Un fragmento profesa también sus creencias hacia religiones afro-americanas, como el umbanda y sus siete líneas.
Bien sabemos que la raíz (o la excusa) de muchos conflictos bélicos que permanecen o surgen hasta la actualidad, están relacionados a diferencias religiosas. Por eso, fechas como estas son las que buscan promover la tolerancia a través de la visibilización de distintas maneras de trabajar con la libertad de culto, de generar espacios ecuménicos (de diálogo y consenso entre líderes religiosos), y de volver a abrazar el primer sentido de formar parte de una religión: encontrar el sentido de la vida, a través de la práctica espiritual, y fomentar un estado de paz a través de esta espiritualidad.
El papel del Estado en ese sentido, cobra un valor importante cuando de fomentar la tolerancia se trata. En nuestra provincia, el gobierno cuenta con una secretaría de Estado de Culto y Vinculación con Organizaciones de la Sociedad Civil, a cargo de Analía Roxana Díaz. Luego, la provincia cuenta únicamente en la ciudad Monteros con una oficina de culto dirigida por el Lic. Abel Nieva, con quien conversamos desde eltucumano.com para este artículo.
“En Monteros funcionan la mayoría de las religiones cristianas, y cada una con su calendario de fechas y actividades. Algunos templos trabajan directamente con agendas internacionales, la mayoría de EEUU, como los mormones, adventistas del séptimo día… pero todo el año hay actividad religiosa. Yo particularmente soy evangelista, pero desde acá aprendí a ser una persona ecuménica. El papa Juan Pablo II fue un pionero del ecumenismo, es decir, que todos nos abracemos en un solo Dios. Hay un Dios universal que es común a todas las religiones del mundo. Cada religión adopta comportamientos y prácticas donde juegan lo ético, lo práctico y lo iconográfico, lo místico, lo esotérico también” explicó.
Para profesar un culto en nuestro país hay que estar en un fichero de culto y hay que pasar una parte burocrática, administrativa. Es un proceso complejo, pero no es imposible.
Manuel Valverdi es parte de esta oficina de culto, pero también es pastor y tiene un templo a su cargo. En ese sentido, opinó sobre las polémicas que suelen rodear a los distintos credos cunado las noticias reportan situaciones de abuso, de delito, o similares: “Respertar es lo más importante cuando buscamos integrar la espiritualidad, pero creo que lo importante es regirse siempre por un valor moral. La ley no es excluyente por ser hombres o mujeres de la religión. En las asambleas cristianas, por ejemplo, para ser pastores hay una preparación y una filtración, no es que cualquiera lo va a ser. Pero en este camino que recorro y del cual aprendo, si algo admiro del catolicismo, es la rigidez para poder filtrar quienes serán sacerdotes y quiénes no. Sin embargo, esto no significa que la persona no cometa algún delito, a pesar de que se trató de atravesar muchos filtros de moralidad para permitir ocupar un espacio u otro. Siempre se te escapa uno, y desmotiva muchísimo. Nos preocupa muchísimo la fe de la gente, cuando sale una noticia de un mal manejo o de un delito la sociedad generaliza y ante la desmotivación por la fe es poco lo que se puede hacer” opinó.
“La mayoría de las personas llegan a la religión por un problema particular, buscan ayuda. Son pocas las que llegan porque simplemente sintieron un llamado vocacional. Con la libertad de credo hay que diferenciar entre profesar y tener un lugar de poder sin un control de quien está en esa posición. En Tucumán es fácil dentro de todo tener una buena relación entre las distintas religiones teniendo en cuenta que la mayoría de las personas profesan religiones cristianas, son las más, pero más allá de eso el consenso debería ser lo habitual” dijo.
“Yo considero la importancia de tener religión por la conciencia de ser, desde cómo estamos constituidos. Somos cuerpo, alma, espíritu. En occidente cuidamos mucho cuerpo y alma, el cuerpo con hábitos saludables y el alma con filosofías nuevas, con psicólogos, pero queda un vacío en la parte espiritual, falta ese climax al que se llega solamente con una experiencia que el alma no la puede tener por sí sola ya que se nutre de la experiencia. Lo espiritual se alimenta de una necesidad, de una carga, es algo que lo sacás después de una oración. Cuando una persona siente que Dios le está hablando en oración, sale liviana por dentro, con la mente despejada. El alma no puede generar eso porque está en conflicto permanente, y se trata por ejemplo con psicólogos. Lo espiritual engloba todo y logra la paz, tiene ese objetivo de lograr la paz en el interior de cada persona sin importar la religión. Es algo que motiva, que ayuda a sobrellevar el día a día. El conflicto en casa, los duelos, matrimonios rotos, noviazgos malos, es increíble como la religión te brinda una experiencia espiritual sanadora. Yo pude despedir a mis padres en paz cuando fallecieron a pesar de que tuvieron que atravesar la muerte accidental de mi hermana mayor. Es sobrenatural. Por eso los feligreses reciben mucho en su búsqueda cuando profesan una religión. Dejás que tu espíritu sirva para que se asiente Dios, el Dios de todas las religiones, de las más de 4000 que hay en el mundo” reflexionó el pastor en esta fecha.
“Necesitás tener esa parte en tu vida, porque lo humano sirve mucho, pero no te completa, no te da paz. Lo espiritual no te lo dará ningún hombre. Desde las culturas más ancestrales siempre se buscó lo divino, los más primitivos buscaban conectarse con la naturaleza. Siempre fue fuerte lo espiritual”, sentenció.
En la mesa de la oficina hay un libro que dice “Catecismo de la iglesia católica”, otro que pertenece a los adventistas, una biblia de los testigos de Jehová, y una biblia evangélica. Todas coexisten en un mismo espacio y no parecen tener conflictos las unas con las otras. En ese aspecto, Abel, encargado de esta oficina, opinó: “Desde siempre existió un chamán, el que oficia entre lo terrenal y lo espiritual. Pensemos que, si tenemos una visión tolerante y respetuosa de las demás religiones, llegamos a la conclusión de que, con distintos métodos, todos llegamos o buscamos llegar a lo mismo: la existencia de un ser superior. No hay una sola manera, no hay una sola respuesta, y en eso tenemos que aprender a hermanarnos”.
“Como oficina estatal intentamos acompañar, ayudar a todos los credos administrativamente, por ejemplo. Vamos abriendo la mente todo el tiempo. Tener espacios de consenso nos abraza como hermanos a todos, a través de valores, principios y bases que nos unan. En casos particulares como Monteros se hace sencillo en el fondo porque la mayoría creemos en Cristo a través de distintas maneras. Claro que hay muchas otras religiones que no son cristianas y también dan la paz y que además tienen miles de adeptos en todo el mundo, como el budismo, el hinduismo, el umbandismo, o quienes practican el espiritismo. Si vos venís y me contás una experiencia esotérica que te sucedió, yo en vez de juzgarte voy a tratar de relacionarlo con mi experiencia desde el cristianismo” dijo. “Me tocó presenciar ceremonias chamanas, judías, umbandas, árabes, y hasta prácticas ocultistas impulsadas por la misma búsqueda de la verdad, y puedo afirmar que todas las experiencias funcionan, desde el cuarzo que cargás con luna, hasta una limpieza energética, todo tiene un valor que debe ser respetado”.
Por su parte, el pastor Valverdi opinó que “el Dios que conocemos los evangelistas es más grande de lo que imaginamos. La experiencia de conocer a Dios es la misma pero con distintos caminitos, cerrarse a respetar esos otros caminos es censurarle al otro la posibilidad de que viva su experiencia espiritual para llegar quizás a una misma respuesta”.
Sin embargo, para muchos hombres religiosos de apertura dialógica, lo que marca la diferencia entre aceptar o no una religión, no debería ser la simbología, el mantra o el trayecto, sino, la moralidad de los actos que se realizan en nombre de esa religión: “Para los cristianos o para quienes se apoyan en la biblia, es sencillo identificar cuales acciones no están fomentadas, o cuáles métodos son repudiables, como abusar, matar, consumir sustancias alucinógenas en ámbitos de ceremonias. El límite para la tolerancia en muchos casos viene de la mano de ese tipo de accionar que, si bien muchos hombres y mujeres de determinadas religiones los hacen, no debe ser representativo de un credo y debe ser repudiado. El fin de la religión es el de enaltecer el espíritu, y el consumo de opiáceos para este fin lo que hace es adormecer la conciencia, entonces es un poco ambivalente ya que con la conciencia adormecida, es común que sucedan actos ilícitos, que a muchos les salga de adentro lo más primitivo, que haya abusos sexuales, violencia, y eso no debe ser fomentado como un acto religioso, la libertad de culto debe tener un control sobre los tipos de rituales también ya que a estas misas o encuentros acude mucha gente vulnerable”.
En Tucumán cada persona es libre de profesar la religión que desee, y todos y cada uno de nosotros gozamos del derecho de difundir y profesar respetuosamente nuestras creencias, liberta de cambiar de creencias cuantas veces lo creamos necesarios, libertad para organizar y participar de reuniones religiosas… todo en tanto no signifique dañar moral, física, económica o sexualmente a otro.
El Día Mundial de la Religión es una invitación a quienes ocupan espacios de jerarquía en sus respectivos credos, a buscar maneras de trabajar orgánicamente por la paz en sus comunidades, incentivando la tolerancia y el respeto a quienes profesen su fe a través de otros caminos, pero buscando el mismo fin.