La Iglesia católica pierde terreno en favor de las religiones minoritarias. Esa es la conclusión principal del mapa de los lugares de culto publicado por el Observatorio del Pluralismo Religioso el pasado mes de octubre. En España, se contabilizan un total de 30.949 templos, de los cuales 22.933 pertenecen a la religión católica, la confesión hegemónica desde la conquista de Granada en 1492.
Las religiones minoritarias cuentan ya con 8.016 templos, el 26% del total, lo que representa una cuota sin precedentes en la historia contemporánea de un país que hasta la Constitución de 1931 prohibía expresamente la manifestación pública de cualquier doctrina distinta a la católica. Los lugares de culto evangélicos representan el 14% del total, con 4.455 edificios de carácter religioso. Le siguen los musulmanes, que suman 1.839 mezquitas y el 6% de los lugares de culto, y los Testigos de Jehová, con 633 templos y un 4,8%.
Aunque la Iglesia católica aún mantiene un dominio apabullante del mapa religioso español, su implantación describe un declive evidente en la última década. La primera cartografía publicada por el Observatorio del Pluralismo Religioso en 2011 le atribuía 23.074 templos, 141 más que en el informe de octubre pasado. Su supremacía era aún mayor si analizamos su predominio en términos relativos. Hace 13 años, el catolicismo controlaba el 82% de los oratorios, ocho puntos más que hoy, mientras que las religiones minoritarias apenas suponían el 18% de los templos españoles.
En conjunto, España dispone hoy de 2.873 edificios de culto más que hace 13 años, debido, en gran medida, al incremento de la población migrante. En América Latina la religión evangélica crece de forma exponencial y su influencia se deja notar en la comunidad sudamericana asentada en España, mientras que el islam aumenta su presencia a causa del flujo de la mano de obra magrebí.
En 2011, los templos evangélicos se cifraban en 2.944, un 10% del total, mientras que hoy día rozan los 4.500. Los oratorios islámicos fueron los que experimentaron el incremento más acusado hasta duplicar los 988 registrados entonces. Los Testigos de Jehová también han perdido 73 templos, hasta situarse en 633, aunque conservan la tercera plaza de las religiones minoritarias.
Por comunidades, Catalunya (1.599), Andalucía (1.276) y Madrid (1.142) son las regiones que más lugares de culto de confesiones no católicas registran. Las ciudades que presentan un mayor pluralismo religioso por su diversidad de templos son Madrid, Barcelona, València, Zaragoza y Sevilla.
El Observatorio del Pluralismo Religioso es una entidad dependiente de la Fundación Pluralismo y Convivencia, presidida por el ministro Félix Bolaños. En su patronato figuran una veintena de altos cargos, entre ellos la directora general de Cooperación Jurídica Internacional, Eva María Pérez; la directora general para el Magreb, Mediterráneo y Oriente Próximo, Carmen Magariños; y el director general de Presupuestos del Ministerio de Hacienda, Javier Sánchez.
El directorio de los lugares de culto publicado por el Observatorio del Pluralismo Religioso se nutre de tres fuentes básicas, según informa la entidad en su web corporativa: el registro de entidades religiosas, las investigaciones promovidas por la propia fundación y las solicitudes de incorporación de datos realizadas por las distintas comunidades.
El Observatorio fue creado en el año 2011 a instancias del Ministerio de Justicia y la Federación Española de Municipios y Provincias con el objetivo de “aportar datos y diagnósticos sobre la diversidad de creencias y las necesidades vinculadas al ejercicio efectivo de la libertad religiosa para contribuir a la mejora de la gestión pública”.
El mapa de templos en España da una idea aproximada del número de fieles de cada confesión religiosa. Si cruzamos el directorio de lugares de culto con los sondeos de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), observamos una evolución acompasada entre ambos indicadores. En 2006, por ejemplo, el 77,3% de la población española se declaraba católica, mientras que solo el 1,7% decía adscribirse a otras religiones.
Dieciocho años después, los católicos representan el 55,6% del total y las religiones minoritarias ascienden al 2,9%. Es decir, la confesión mayoritaria ha perdido casi 22 puntos porcentuales mientras que el resto se ha incrementado en conjunto en 1,2 puntos. En todo caso, el segmento que más ha crecido con diferencia ha sido el correspondiente a no creyentes o indiferentes, que ha pasado del 19,4% al 39,4%. El récord de ateos y agnósticos se alcanzó en 2023, con un 41,8%.
Todos estos datos indican que la española es cada vez más una “sociedad mestiza”. Así lo sostiene Amelia Sanchís, profesora de Derecho Eclesiástico del Estado por la Universidad de Córdoba y experta en gestión pública de la libertad religiosa. “No somos sociedades unívocas sino multiculturales e interculturales, porque estamos condenados a entendernos”, argumenta. Justo por esa razón, la profesora Sanchís aboga por la “laicidad como espacio de convivencia”.
Amelia Sanchís: “Deberíamos abrir el ancho angular para que se muestre que no todas las personas pensamos igual”
La jurista de la UCO otorga la “máxima fiabilidad” al directorio de lugares de culto elaborado por el Observatorio de Pluralismo Religioso, aunque matiza que hay edificios de carácter sagrado que no aparecen en el registro de entidades religiosas. “Deberíamos abrir el ancho angular para que se muestre que no todas las personas pensamos igual”, subraya Sanchís. “Y que se muestre no como un peligro sino como una riqueza de nuestro país”.
En su opinión, pese a que la Constitución española protege en su artículo 16 la libertad ideológica, religiosa y de culto, los ciudadanos suelen ser reacios a hablar sobre sus creencias. “Esta es nuestra última salida del armario”, puntualiza de forma gráfica. “Hemos conseguido hablar libremente del sexo, por ejemplo, y ahora tendremos que aprender a hablar también de nuestra conciencia”. El artículo 10 de la Carta Suprema propugna la “dignidad y el libre desarrollo de la personalidad”, recuerda Amelia Sanchís. De tal manera que ni los católicos ni los musulmanes ni ninguna otra confesión tienen un “plus” que no tengan los no creyentes. “La dignidad es lo que nos hace iguales a todos”, remata la profesora de Derecho Eclesiástico del Estado.