La proteína del cerebro que favorece la memoria y se activa entrenando

¿Quieres mejorar tu memoria? Haz ejercicio. No solo porque, desde hace años, se sabe que la actividad es beneficiosa para la salud física y mental, sino porque cada vez son más los estudios que demuestran su impacto sobre la memoria y otras funciones neuronales. El foco de estos trabajos se centra en una proteína, BDNF, que se ha demostrado esencial para el funcionamiento del cerebro. Y sus niveles pueden activarse, precisamente, a través la actividad física.

Las investigaciones han demostrado cómo el BDNF (Factor Neurotrófico Derivado del Cerebro, por sus siglas en inglés) actúa a modo de fertilizante para las neuronas, ayudándolas a crecer, repararse y comunicarse mejor entre sí. Hay infinidad de trabajos que estudian su papel en la salud cerebral. Entre ellos, por ejemplo, los de Martin Kowiański, que ha demostrado que “esta proteína es crucial para la neurogénesis, la supervivencia neuronal y la plasticidad sináptica, procesos esenciales para la memoria y el aprendizaje. Estos efectos positivos en el cerebro explican por qué niveles saludables de BDNF están relacionados con una mejor calidad de vida, incluida una menor incidencia de trastornos como la depresión o el Alzheimer”.

Funciones principales del BDNF

Así pues, cada vez es mayor la evidencia científica acerca del papel de esta proteína en distintas funciones cerebrales:

1. Promoción del crecimiento neuronal. Estimula la formación de nuevas neuronas y refuerza las conexiones entre ellas, favoreciendo el aprendizaje y la memoria.
2. Plasticidad sináptica. El BDNF ayuda al cerebro a adaptarse a nuevas experiencias, facilitando la modificación y fortalecimiento de las sinapsis, lo que es crucial para la memoria y el aprendizaje.
3. Protección de las neuronas. Actúa como un protector natural del cerebro, ayudando a prevenir el daño neuronal y a retrasar procesos degenerativos asociados con el envejecimiento o enfermedades como el Alzheimer.
4. Regulación del estado de ánimo. Se ha asociado con la regulación emocional, y niveles bajos de BDNF están relacionados con la depresión y la ansiedad.

Así mejoras tus niveles de BDNF

Un nivel adecuado de BDNF se asocia con una mejor calidad de vida, ya que favorece una salud cerebral óptima, reduce el riesgo de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer y mejora el estado de ánimo. Por el contrario, bajos niveles de BDNF están vinculados a trastornos como la depresión, la ansiedad y el deterioro cognitivo. La buena noticia es que los niveles de BDNF se pueden modificar mediante cambios en el estilo de vida. Entre ellos, una intervención clave es el ejercicio físico.

Así, por ejemplo, los resultados de un estudio realizado por investigadores españoles, en el que estudiaban la relación entre ejercicio, memoria y niveles de BDNF, “respaldan la eficacia de las estrategias preventivas, como el ejercicio, que promueven el mantenimiento de la memoria a medida que envejecemos. Esto es especialmente importante para las enfermedades en las que la pérdida de memoria es el síntoma distintivo, como la enfermedad de Alzheimer.

Por qué hacer ejercicio para mejorar la memoria

Las investigaciones continúan sucediéndose, pero, hasta el momento, hay determinados beneficios que ya han sido demostrados:

• Aumento de los niveles de BDNF. El ejercicio físico, especialmente el aeróbico (como correr, nadar o caminar), aumenta significativamente los niveles de BDNF en el cerebro. Esto crea un entorno óptimo para la plasticidad neuronal y la memoria.
• Mejor rendimiento cognitivo. Personas que realizan ejercicio regularmente muestran una mayor capacidad de aprendizaje y mejor memoria, en parte gracias al aumento de BDNF. Estudios han demostrado que una sesión de ejercicio moderado puede incrementar con rapidez los niveles de esta proteína.
• Regulación del estrés. El ejercicio reduce los niveles de cortisol, una hormona que puede disminuir el BDNF. De esta forma, la actividad física actúa como un protector contra los efectos negativos del estrés en el cerebro.
• Impacto acumulativo. La actividad física regular durante semanas o meses no solo aumenta los niveles de BDNF sino que también mejora la estructura y función del hipocampo, el centro de la memoria en el cerebro.

Además del ejercicio, también se ha visto que otros factores de estilo de vida, como llevar una dieta equilibrada rica en omega-3 y mantener una adecuada higiene del sueño pueden aumentar los niveles de BDNF y, con ello, potenciar la salud mental y cognitiva.