California sigue contando votos. El Estado más poblado del país estima que el 13 de diciembre habrá resultados oficiales de las elecciones celebradas la semana pasada. Aunque aún hay 2,6 millones de papeletas por contabilizar, el impacto de la ola republicana se deja ver en el gran bastión demócrata de Estados Unidos. Los votantes viraron a la derecha para castigar el gran experimento progresista que se lleva a cabo en las principales ciudades de California. Esta marejada conservadora ha tocado especialmente a la zona de la bahía de San Francisco, pero también se ha dejado sentir en Los Ángeles, donde su fiscal de distrito ha perdido la elección. Una abrumadora mayoría de californianos exige penas más duras para delitos vinculados a robos y drogas.
La más clara señal de alerta a los demócratas la ha emitido San Francisco. El electorado apostó por un cambio en la política local. La alcaldesa London Breed, una centrista, ha perdido la reelección tras seis años en el cargo. Los votantes optaron en su lugar por Daniel Lurie, heredero del imperio textil Levi Strauss y novato en la política. Lurie, de 47 años, será el primer alcalde desde 1912 que no tiene experiencia gubernamental. La gente ha comprado su mensaje de outsider moderado, que busca ordenar la ciudad. Lurie desea expandir el sistema de albergues para los sin techo y pretende declarar la emergencia por los estragos que el fentanilo ha dejado en la urbe.
Lurie, quien invirtió en su campaña más de siete millones de su fortuna, no llega solo. Los votantes también removieron del cargo a la alcaldesa de Oakland, Sheng Thao, y a Pamela Price, la fiscal de distrito del condado de Alameda, la región al este de San Francisco. Thao y Price fueron elegidas hace dos años y eran abanderadas del movimiento progresista. Su continuidad se vio descarrilada por una percepción del incremento en los delitos, el problema de los sin techo y una recuperación económica que no acaba de llegar tras la pandemia.
Price ha corrido con la misma suerte que Chesa Boudin, el exfiscal de distrito de San Francisco. Este sucumbió en 2022 a una campaña financiada con dinero de magnates tecnológicos. Boudin fue señalado como responsable del aumento de delitos después de haber ensayado con la eliminación de fianzas para delitos menores, mostrar una mayor permisividad con los reincidentes y una nueva aproximación al problema de los sin techo. El 60% votó por quitar a Boudin del cargo. La semana pasada, el 65% lo hizo por quitar a Price, quien se convierte en la primera fiscal de Alameda que pierde el puesto.
El mejor termómetro del hartazgo de los californianos con el crimen es el amplio margen con la que fue aprobada la Propuesta 36, que endurece las penas por posesión de drogas y robo. El 70% de los votantes, unos 8,6 millones de personas, apoyaron la iniciativa, que recibió incluso más votos que Kamala Harris. La proposición fue avalada en los 58 condados del Estado. Ni uno solo votó por seguir con las alternativas puestas en marcha en 2014 para rebajar las penas. El referendo pone punto final al umbral de robo de hasta 950 dólares, que era considerado un delito menor. Quien sea arrestado por tercera vez enfrentará cargos de delito agravado sin importar el monto de lo hurtado. Lo mismo pasará para quien acumule tres cargos por posesión de drogas. Los críticos de la medida consideran que esto aumentará la población en las prisiones en el Estado.
La ciudad de Los Ángeles también fue alcanzada por esta ola, que ha barrido a uno de los perfiles progresistas más conocido del Estado, George Gascón. El fiscal de distrito del condado fue derrotado por Nathan Hochman, un exfiscal federal, quien le aventajó por más de 600.000 sufragios. “El giro a la derecha en todo el país es desolador”, aseguró Gascón en el comunicado en el que asumió su derrota. El fiscal llegó al cargo hace cuatro años con la promesa de probar nuevos métodos de justicia criminal. Su experiencia estaba avalada por una trayectoria como abogado de San Francisco, donde sustituyó a Kamala Harris como fiscal de la ciudad progresista.
“Volveremos a hacer ilegal el crimen”, aseguró la semana pasada Hochman a la prensa. El abogado es originario de Beverly Hills y egresó de las universidades de Brown y Stanford. Cuenta con experiencia litigando contra elementos corruptos de las fuerzas de seguridad locales. En 2022, buscó ser fiscal general de California, pero fue derrotado por Rob Bonta. Su mensaje de “centrista duro” ha sido mejor acogido este año. Su campaña recaudó en donativos más de 7,2 millones de dólares, frente a los 605.000 dólares que Gascón tuvo en sus manos. Hochman abandonó su pasado republicano para poder tener éxito en el bastión demócrata; en 2023, cambió su registro a “sin partido”. Hochman ha prometido borrar “las medidas pro crimen” de su antecesor.
A pesar de la llamada de atención a los demócratas, California sigue siendo azul. Kamala Harris ganó California con holgura, con el 58% de los votos escrutados (7,7 millones) frente al 38% de Donald Trump (5 millones). El demócrata Adam Schiff también se impuso a su rival republicano, el exbeisbolista Steve Garvey, por 20 puntos. Los votantes, no obstante, han marcado una nueva dirección a la política local.