La nueva generación de la Fórmula 1: seis pilotos llegan a la parrilla del Mundial en 2025

La Fórmula 1 contará para esta temporada 2025 con un ingrediente especial: la parrilla tendrá una inyección de juventud, algo poco usual en masa, en una categoría que se abre a las promesas con prudencia, quizás porque confiarle a un joven la potencia de un monoplaza con motor de combustión interna V6 de 1.6 litros, que pesa 798 kilos y que alcanza los 355 kilómetros por hora y la multimillonaria inversión que conlleva es, para muchos, arriesgado.

Seis pilotos serán la renovación en las alineaciones titulares, tres de ellos son debutantes absolutos, un cambio brusco en comparación con la pasada temporada en la que la parrilla tuvo escasos cambios, con pilotos en las puntas de la escala de edad como Fernando Alonso (43 años) y Lewis Hamilton (39).

Los novatos se toman la F1

Este año es especial, una parrilla muy renovada y con prospectos interesantes. Liam Lawson es uno de los pilotos que abrió el camino para la nueva camada que comandan la renovación y la apuesta fuerte y prometedora en Red Bull. El neozelandés de 22 años se estrena como piloto titular en su primera campaña completa, tras dos años entre F1 y la reserva del equipo filial de Red Bull. Ocupará el asiento que tenía el mexicano Sergio ‘Checo’ Pérez, quien fue despedido a pesar de tener contrato vigente hasta el 2026.

Lawson ya sabe lo que es competir en la pista con un auto de F1, pues disputó 11 carreras en los últimos 2 años tras reemplazar a Nyck de Vries y Daniel Ricciardo, uno de los más veteranos de la temporada anterior. Su llegada al programa de Red Bull se dio cuando tenía 17 años, tras cautivar a Marko Helmut, asesor de la escudería, y que a su corta edad es uno de los jóvenes más experimentados.

Hay que mirar el caso de Kimi Antonelli, el nuevo piloto de Mercedes, el más joven del 2025 y la gran apuesta de Toto Wolff (director de Mercedes) para ocupar un asiento tan pesado como el que dejó el siete veces campeón del mundo Lewis Hamilton, hoy en Ferrari.

A la estrella italiana se le presenta la oportunidad de oro con solo 18 años, tras estar desde 2019 en la Academia de Mercedes, que buscó perfiles contrastados y con experiencia como el de Fernando Alonso y Carlos Sainz, pero que al final se decidió por el piloto que impresionó en la Fórmula Regional, tuvo un paso fugaz por F2 (con el equipo Prema) y que ahora estará junto con George Russell.

Otro que debuta es Gabriel Bortoleto (20 años), campeón de F3 en 2023 y de F2 este año, ambos en su primera temporada. El brasileño, que destacó en karting, se despidió de la Academia de McLaren para firmar con Sauber y compartir equipo con Nico Hülkenberg, luego de la salida de Valtteri Bottas. Con su ascenso, Brasil vuelve a tener, 7 años después, a otro corredor en el ‘Gran Circo’, tras el retiro de Felipe Massa en 2017.

“Los nuevos talentos son una esperanza para que la gente crea en la nueva generación de la F1. La renovación va a impulsar a los equipos a tomar más riesgos a pilotos que de pronto no han tenido tanta experiencia y para que se abran más oportunidades a futuro en un deporte en el que se han prolongado las carreras de los pilotos”, señaló la piloto colombiana Tatiana Calderón.

El último debutante absoluto es el francés Isack Hadjar (20 años), quien terminó de segundo en el pasado Mundial de Fórmula 2 (quedó por detrás de Bortoleto) y ascendió al Racing Bulls para correr junto con Yuki Tsunoda. Fue una jugada que no se veía venir y la contratación del corredor con más carreras largas ganadas en el 2024, en Fórmula 2, cerró la parrilla 2025.

Con 21 años y un apellido pesado en el mundo motor, inicia su primera temporada completa el australiano Jack Dooham. Alpine, tras fallar el fichaje de Sainz, optó por arriesgarse con su piloto probador, y quien debutó en la gran carpa del automovilismo en la última carrera del año pasado, en el GP de Abu Dabi.

Dooham, hijo de la leyenda del motociclismo Mick Dooham, fue tercero en la Fórmula 2 del 2023 y estuvo en la Academia de Red Bull entre 2018 y 2021. Este curso acompañará a Pierre Gasly, tras ser impulsado por el empresario italiano Flavio Briatore, el hombre que negoció su incorporación.

Oliver Bearman es la última nueva carta joven. El británico de 19 años de edad firmó con Haas tras salir de la escuela de Ferrari y después de una actuación espléndida el año pasado en Arabia Saudita, donde pilotó el auto que tenía Sainz y quedó de séptimo.

Es otro con un ascenso meteórico tras conquistar la F4 de Alemania e Italia en 2021, escalar a la F3 en el 2022 y ser tercero. En F2 también destacó por sus buenos resultados y en 2025 da el paso más importante.

Hay otros que no quedaron, como el argentino Franco Colapinto (21), que parecía que se estaba ganando un asiento de titular, le tocó conformarse con ser reserva de Williams. “A Colapinto no se sabe si le dieron una oportunidad o una partida de defunción”, explicó José Clopatofsky, director de la revista Motor.

El argentino debutó tras el volante del FW46 de Williams en Monza y corrió nueve carreras en las que sumó 5 puntos en el Mundial, pero se quedó sin puesto después de que Williams contratara a Carlos Sainz. “La tuvo más difícil porque en Williams no había puestos. Lo que tenía que hacer era aprovechar el año al máximo y creo que lo hizo bien”, dijo a este periódico el piloto colombiano Juan Pablo Montoya.

Plata y talento

Llegar a la Fórmula 1 no es nada fácil. Se necesitan dos cosas fundamentales: plata y mucho talento. La plata para entrar en categorías como Fórmula 2 y Fórmula 3 y el talento para demostrar que son buenos probadores y desarrolladores.

“No son oportunidades, son filtros”, dijo Clopatofsky. “Ricos y talentosos hay muchos, pero talentosos sin plata hay más. La plata no es para llegar a F1, es para correr la Fórmula 3 y la Fórmula 2 donde el patrocinio no es tan claro”, especificó.

Por eso, para ser piloto de Fórmula 1 se debe transitar un camino largo y se necesitan muchos factores, porque solo hay 20 asientos disponibles para tantos aspirantes.

Los requisitos para llegar a F1 son muy complicados. El piloto debe pasar a temprana edad por karts, hacer horas y horas en el simulador, tener métricas destacadas, completar 300 kilómetros de pruebas en un auto de F1 y tener los recursos y el apoyo para entrar en F2 y F3, categorías en las que pueden estar por un periodo determinado y que sirven para acumular al menos 40 puntos para conseguir la superlicencia.

No solo es correr en las categorías inferiores, es demostrar en los filtros técnicos de las academias que están preparados. “El embudo no es de resultados, cada piloto está graficado y los equipos tienen todo su historial. Ven toda la telemetría, no miran si llegó de primero o de tercero, sino cómo frena, cómo es de consistente. Muchas veces los pilotos no están por rápidos, sino por ser buenos probadores para desarrollar el carro”, agrega Clopatofsky.

Por eso es que hay casos como el de Theo Pourchaire, subcampeón de F3 y campeón de F2 en 2023, que no logró el ascenso y salió de Sauber. También hay casos como los de Mick Schumacher y Nikita Mazepin, corredores que llegaron y fueron borrados.

“Cuando los equipos lo llaman es porque tienen muchas condiciones importantes. No es solo tener 18 años o muchos millones de dólares. Plata es lo que hay y la pieza más barata de un monoplaza al final es el piloto, eso lo decía Frank Williams” explicó Clopatofsky.

Además, en la parrilla hay pilotos de gran experiencia, con contratos millonarios firmados por 2 o 3 años. Eso también complica la renovación en una categoría que no solo puede tener ‘niños’.

‘Son 20 asientos’

“El ascenso de pilotos jóvenes no solamente es plata, también es talento y oportunidades. El problema es que son 20 asientos y hay muchos pilotos que se quedan ahí muchos años y hacen su carrera y los de abajo no pueden subir porque están bloqueados. Por eso uno debe ser muy bueno en el momento que se dan las oportunidades”, dijo Montoya, quien está impulsando a su hijo Sebastián en ese sueño de estar en F1 y que este año correrá en F2 con el Prema Racing.

“La renovación en la Fórmula 1 es lenta. Además, todos son promesas hasta que les va muy mal y los sacan. En años pasados había más equipos y había más opciones porque los requisitos técnicos eran menores y los costos eran absolutamente inferiores. Hoy en día, poner a rodar un piloto en F1 es de no menos de 350.000 dólares para que practique el viernes”, dijo Clopatofsky.

“Todos quieren renovación, pero es muy contradictorio cuando Ferrari contrata a Lewis Hamilton, Aston Martin tiene a Fernando Alonso y cuando hay tantos pilotos viejos. La experiencia en el mundo del automóvil es importante, no pueden entregar todo eso a un piloto que se está estrenando”, agregó.

Ahora a los jóvenes novatos les toca demostrar en la pista que están hechos para aguantar la presión y el ambiente en una temporada que promete por la combinación de juventud y experiencia. Ya demostraron tener cualidades para pilotar un F1 de forma permanente, pero deben ser capaces de dominar el auto y los impulsos de cualquier debutante para desafiar a los colosos de la F1 en una temporada de 24 carreras que inicia el 16 de marzo en el circuito Albert Park de Melbourne, en Australia.

HAROLD YEPES

@20_hart

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