Recientemente, la NASA publicó una imagen que sorprendió a los científicos y ya está dando la vuelta al mundo. Se trata de una fotografía de Júpiter que captó la cámara integrada en la sonda Juno, que desde 2016 es la encargada de explorar el planeta. Si bien parecía ser una postal del espacio como cualquier otra, para sorpresa de los investigadores, apareció en ella un detalle muy especial: en una de las nubes se puede apreciar la silueta perfecta de un delfín. Este increíble detalle no pasó desapercibido y rápidamente se volvió viral.
Según informaron los científicos de la agencia de investigaciones espaciales estadounidense, detectaron este increíble fenómeno de casualidad, al analizar los datos que recolectó Juno. Una vez que empezaron a componer la imagen, se dieron cuenta de la presencia de la singular silueta. De acuerdo con los informes, el delfín se situó entre las nubes del Cinturón Templado Sur de Júpiter.
En esta oportunidad, los científicos detrás del hallazgo fueron Brian Swift y Seán Doran, quienes analizaron las decenas de fotogramas que envió la JunoCam desde Júpiter. Tras de semanas de trabajo, después de que los compusieron, quedaron boquiabiertos por la aparición de la silueta del delfín.
La foto del simpático delfín, de acuerdo con los datos que recolectó la sonda, se tomó de 32 a 59 grados de latitud sur de Júpiter. La formación de la silueta del animal en las nubes fue posible gracias a las características que presenta la atmósfera del gigante gaseoso. Esta es extremadamente cambiante y cuenta con frecuentes tormentas y vientos intensos que logran darle forma a las nubes. Alteraciones como las del delfín ocurren gracias a estas interacciones naturales.
La sonda Juno no solo se encarga de tomar insólitas imágenes, como la del delfín en Júpiter. La nave lleva años de hallazgos y es muy importante para la investigación espacial desde su llegada al planeta en 2016, tras cinco años de vuelo y más de 3.000 millones de kilómetros recorridos.
Juno se empezó su misión el 5 de julio de 2011, día que se lanzó al espacio. La sonda, que viajó sin tripulantes a bordo, tiene el tamaño de una cancha de básquet y fue la primera con una tecnología capaz de posicionarse en el corazón de los cinturones de radiación de Júpiter. Gracias a su presencia, se pudieron tomar fotos del planeta gigante con una resolución nunca antes vista.
Además, la sonda de la NASA fue la primera en poder observar en detalle las nubes del planeta. Por eso es que eligieron nombrarla como la diosa Juno: la hermana y esposa de Júpiter que, según explica la mitología romana, tenía la capacidad de ver las nubes.
Para la NASA, la creación y puesta en marcha de esta misión espacial implicó “dar un paso de gigante hacia la comprensión de cómo se formaron los planetas gigantes y del papel que jugaron en la formación del resto del sistema solar”. Hoy, ocho años después de su llegada a Júpiter, se demostró que todo el despliegue que fue necesario para el envío de Juno al espacio valió la pena.