- ¿Negación de derechos?
- Reacción del obispado de Segovia
- Los evangélicos tampoco lo permiten
- La Cena del Señor de las comunidades evangélicas
- Matrimonio: hombre y mujer
- Se ve la Eucaristía como un servicio público
- Discriminación protestante versus católica
Como informábamos en Religión Confidencial Rubén García de Andrés, alcalde socialista de Torrecaballeros (Segovia), denunció el pasado 11 de enero través de sus redes sociales que su párroco le negó la comunión por “ser gay y vivir en pareja” y ha acusado a la Iglesia de Segovia de homofobia.
Otros dos segovianos del municipio de Basardilla han denunciado a la Iglesia de Segovia por homófoba, explicando que el párroco les ha dicho: “Si sois homosexuales y no lo practicáis, podéis comulgar”.
¿Negación de derechos?
Ante estas noticias, los colectivos lgtbi han inundado las redes sociales con frases como estas: “Basta ya de discriminación a las personas LGTBI+ creyentes y espirituales. Negarnos la comunión también es una negación de derechos. Exigimos igualdad también en los espacios religiosos”.
Incluso algunas asociaciones lgtbi han pedido a la Iglesia Católica que cambien su doctrina sobre las relaciones sexuales homosexuales, niegan que la castidad sea la única forma de vida aceptable y moral para las personas homosexuales cristianas y piden iglesias inclusivas.
Reacción del obispado de Segovia
Por su parte, la Iglesia segoviana ha defendido el carácter sagrado de la Eucaristía: “La negación de la comunión no significa en modo alguno exclusión de la vida eclesial ni de la participación en su culto, pues la Iglesia anima a quienes por diversas razones no pueden acceder a la comunión, a seguir participando en la vida de la comunidad”.
“Los católicos saben que para recibir la Eucaristía, tanto si son homosexuales como heterosexuales, se necesitan unas condiciones objetivas de moralidad, y que la Iglesia tiene autoridad para negar la comunión cuando no se cumplen, sobre todo si provoca escándalo entre los fieles como ha sucedido en los casos de Segovia”, apunta el obispado de Segovia.
Los evangélicos tampoco lo permiten
Sobre la polémica, algunos usuarios de las redes han comentado que la Sagrada Eucaristía no es un derecho, y que si no aceptan las normas de la Iglesia Católica, se vayan a otra iglesia cristiana.
Sin embargo, la mayoría de las Iglesias Evangélicas de España integradas en Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede) tampoco permiten la participación en su celebración de la Cena del Señor o Santa Cena a parejas gays que conviven como si fuera un matrimonio. Hay pocas comunidades dentro de la Ferede que se han declarado inclusivas.
La Cena del Señor de las comunidades evangélicas
Según fuentes de Ferede consultadas por Religión Confidencial, en las iglesias evangélicas existen también unos requisitos morales de acuerdo a la confesión religiosa para participar en la vida de la iglesia en cualquier acto. “Las puertas están abiertas para escuchar a la predicación, pero hay unas exigencias para cumplir con la moral de nuestra iglesia”, explican las mismas fuentes.
Para los protestantes o evangélicos, la Cena del Señor es distinta de la Eucaristía católica: no reconocen la transubstanciación, es decir, la conversión de las sustancias del pan y del vino en el cuerpo y sangre de Jesucristo, sino que tiene un carácter simbólico: el pan y el vino (o jugo de uva) son símbolos del cuerpo y la sangre de Cristo, no se consideran transformados físicamente. Además, es un acto de recuerdo, no un sacrificio renovado.
Matrimonio: hombre y mujer
Por otra parte, para la gran mayoría de los evangélicos españoles el único matrimonio que reconocen es entre un hombre y una mujer, porque entienden que es lo que la Biblia enseña. Ningún pastor oficia bodas homosexuales. Y lo dejaron claro antes de la aprobación en España del matrimonio igualitario. Consideran asímismo que el matrimonio es para toda la vida y se basa en una relación exclusiva y excluyente en el ámbito de la fidelidad.
No obstante, acompañan y acogen a las personas homosexuales, que al igual que dice el Papa Francisco, ni es delito ni es pecado si viven conforme al Evangelio.
Se ve la Eucaristía como un servicio público
Respecto a la polémica, fuentes de la Ferede consideran que el problema en España radica por el papel cultural de la Iglesia Católica en la sociedad: se ve la Eucaristía como un servicio público y por lo tanto, un derecho y a los obispos como un funcionarios públicos.
“En nuestras comunidades, participan activamente de los cultos y de la Cena del Señor quienes han tenido un proceso de conversión en nuestras iglesias, después de una pastoral, discipulado y catequesis. Para pertenecer a nuestras iglesias hay que solicitarlo. Pueden venir personas externas como invitados a nuestras predicaciones pero la Cena del Señor está dirigida para quienes forman parte de la comunidad y entienden y viven lo que predicamos. Nuestras celebraciones son abiertas pero no públicas como lo hace la Iglesia Católica”, explican las mismas fuentes.
Discriminación protestante versus católica
Sin embargo, las parejas homosexuales que hacen vida marital (que no los homosexuales que intentan vivir conforme al Evangelio) no denuncian discriminación de las confesiones protestantes en España cuando se les impide no participar en la Cena del Señor hasta que no formen parte de la comunidad, viviendo unos principios morales y éticos que exigen estas comunidades evangélicas; al menos, no lo vociferan tanto como cuando se les niega la comunión en la Iglesia Católica.
“En nuestras comunidades evangélicas, alguien que no participa completamente en las actividades de esa congregación, no se siente discriminado por la sociedad sino por esa comunidad. En España, sin embargo, es como una discriminación pública de la Iglesia Católica”, señalan a RC desde la Ferede.
