La Formula 1 es un deporte que está lleno de magia. La que hacen los pilotos para que los coches recorran las distancias de una pista en el menor tiempo posible, y la de los ingenieros que han diseñado esas máquinas que parecen desafiar las leyes de la física para volar pegadas al asfalto. Sin embargo, una de las cosas más increíbles de esta competición automovilística sucede a escondidas. Se trata de una magia que hace posible todas las demás: la de lograr transportar a tiempo todo el material necesario para que los equipos puedan competir en 24 carreras durante la temporada, en 21 países diferentes y los cinco continentes.
¿De qué otra manera puede llamarse la capacidad de mover 1,400 toneladas métricas de equipamiento por evento y hacerlo a tiempo? Porque en el transporte de toda esta infraestructura el reloj resulta tan crucial como en la pista. Si algún elemento clave no llega cuando debe, los motores no pueden ponerse en marcha.
Estamos hablando de lo esencial para las escuderías, como los bólidos, los neumáticos, el combustible, repuestos, pero también de toda la equipación de marketing, de hospitalidad (hospitality), y, por supuesto, las computadoras y los servidores con los que se controla la más alta tecnología.
“No podemos permitirnos retrasos. Tal vez tengamos algunos, pero no estamos hablando de una hora o dos horas. Un día ya es un desastre. Todo lo que esté más allá de eso ni siquiera lo mencionamos”, comenta Christian Pollhammer, coordinador senior de Event Logistics de Fórmula 1. “Pero por eso estamos felices de tener a DHL como un socio tan experimentado”.
Este año, DHL celebra su 20º aniversario como empresa oficial de logística de la Fórmula 1, ostentando la distinción de ser el socio global más antiguo de la competición. Además, esta temporada marca un hito con un récord de 24 carreras, lo que ha aumentado considerablemente el desafío.
Para afrontar este reto, DHL cuenta con un equipo de 100 especialistas en logística de deportes de motor, 50 de los cuales están en el lugar donde se celebra la carrera, que trabajan estrechamente con la organización de la Fórmula 1 y los equipos para garantizar un soporte logístico sin interrupciones para las carreras y las pruebas oficiales.
La empresa alemana realiza el transporte por tierra, mar y aire. Cuando el Gran Premio se realiza en Europa, el traslado es por carretera y es responsabilidad de los equipos mover todo desde las fábricas hasta la pista y de regreso. Sin embargo, cuando el Gran Circo viaja a otros continentes, es el equipo de DHL el que se encarga de todo.
Logísticamente, el trasporte aéreo es el más sencillo porque tal y como nos explicaba Paul Fowler, vicepresidente de Global Motorsports Logistics en DHL Global Forwarding, todas las partes de los talleres y de los coches tienen sus propias cajas, diseñadas para aprovechar al máximo el espacio de un avión. Sin embargo, el transporte marítimo está ganando cada vez más fuerza porque es más barato, aunque logísticamente es más complejo por el manejo de los contenedores en los que se almacena el material.
Las carreras más difíciles de la temporada
Pero si seguimos hablando de magia, hay que hablar de Mónaco. Aunque lo que ocurre allí, más que magia, podría calificarse de milagro. “Es el mayor desafío del año para la logística de la Fórmula 1”, reconocen sin dudarlo tanto Pollhammer como Fowler.
“Tenemos que coordinar la entrada y salida de unos 300 camiones en unos pocos días, y Mónaco no está hecho para que circulen camiones”, explica Pollhammer. Para que nos hagamos una idea de lo que están hablando, Fowler nos recuerda la peculiaridad geografía de este estado, con las montañas detrás de la pista, el mar en frente, y todas las carreteras cerradas al tráfico. “Y además, de todo eso, está la policía francesa”, bromea. “Ese fin de semana caen muchas multas”.
Fowler también menciona el Gran Premio que se celebra en Arabia Saudí como uno de los más complicados del año para DHL, aunque en esta ocasión el problema es la aduana. “Allí trabajan la entrada de material al país por ministerios, así que nos encontramos con un ministerio de combustible, un ministerio de alimentos, un ministerio de ropa… Y tenemos que ir a cada uno de ellos para obtener todas las aprobaciones. Mientras que en los demás países tienen todo lo relacionado con las aduanas centralizado y se puede recibir la aprobación para todo de una sola vez”, explica.
El cerebro de la Fórmula 1
Si hay una parte del paddock que resume a la perfección lo meticuloso y bien pesando que está el trabajo logístico detrás de la Formula 1 es el centro de datos. Si paseas por las entrañas de un Gran Premio posiblemente ni te fijes en este gran y discreto edificio gris, sin embargo, estamos ante el cerebro que registra absolutamente todo lo que ocurre en el circuito.
“Si eso falla durante el evento, tenemos que detenerlo. Nada más funciona. El cronometraje falla, el GPS falla, la filmación falla, todo falla. Así que en el peor de los casos, si eso falla por cualquier razón, se acaba”, comenta Pollhammer. “Porque alrededor de la pista, aparte de la filmación que es para la audiencia, tenemos toneladas de sensores, toneladas de puntos GPS. Cada coche por vuelta produce alrededor de dos gigabytes de datos que van desde la pista hasta los garajes y de los garajes a las bases de los equipos en el Reino Unido, en Suiza, o donde sea que estén. Todas estas conexiones son proporcionadas por nosotros y nuestro socio Tata Communications y pasan por este centro de datos”, explica para ilustrar su importancia.
Este edificio es completamente independiente, y ni si quiera está vinculado a ninguna fuente de energía local ni a nada más. Está vigilado las 24 horas del día, los 7 días de la semana y su acceso es el más restringido de todo el paddock.
Es una estructura móvil que va a cada carrera, y aquí es donde entra en juego de nuevo el transporte y la logística de DHL. Pese a su complejidad, solo se tarda un día en montarse, aunque para tenerlo 100% operativo lleva algo más de tiempo.
“Se tarda tan poco porque toda la parte técnica está construida dentro de contenedores de transporte aéreo estándar, y cada uno de ellos tiene una posición fija dentro de la estructura, siempre la misma. Una vez que cada uno está en su sitio lo único que se hace es retirar las paredes de esos contenedores, así los técnicos simplemente conectan todos los cables y ya está listo”, narra Pollhammer.
Responsabilidad medioambiental
Todo el trabajo logístico no es ajeno al énfasis que la Fórmula pone en la más alta tecnología y, especialmente en los últimos años, en la sostenibilidad y responsabilidad con el medio ambiente cuyo objetivo es lograr la neutralidad de carbono para 2030.
Fowler, asegura que el equipo lde DHL “está explorando continuamente formas de lograr el objetivo de neutralidad de carbono de la Fórmula 1, y estamos encantados de colaborar con un socio que comparte nuestra dedicación a la sostenibilidad y es receptivo a soluciones verdes innovadoras”.
En 2024, DHL duplicó el número de sus camiones impulsados por biocombustible, alcanzando un total de 37 vehículos esta temporada. Estos camiones, que utilizan biocombustible de segunda generación HVO100, se emplean en todas las carreras en Europa. Cada uno de estos camiones reduce las emisiones de carbono en un 83% en comparación con los camiones diésel. Además, todos los camiones de DHL están equipados con GPS para monitorear el consumo de combustible, optimizar las rutas y reducir las emisiones.
Para el transporte aéreo, DHL utiliza aviones Boeing 777, que gracias a su tecnología eficiente en consumo de combustible, logran reducir las emisiones de carbono en un 17% en comparación con los aviones más antiguos.
DHL se ha propuesto alcanzar la neutralidad de carbono para 2050. Como objetivo intermedio para 2030, la empresa planea electrificar su flota, desarrollar instalaciones sin emisiones y utilizar combustibles sostenibles en todos los modos de transporte. En las Américas, DHL Express ya opera con más de 400 vehículos eléctricos en su flota, con 200 adicionales en camino. En los últimos cinco años, esta inversión en la electrificación de la flota en la región de las Américas ha superado los 30 millones de dólares.
