Su postura ante la sanción por la roja que vio en Sevilla es digna de elogio
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LUIS F. ROJO
Actualizado
Los periodistas aguardaban con expectación las palabras de Flick sobre la sanción de dos partidos que le ha caído por su expulsión en el campo del Betis el pasado fin de semana. No quiso responder en Dortmund e invitó a todos a escucharle en la previa del partido de este domingo ante el Leganés. Si ya en varias ocasiones el alemán ha dado muestras de ‘fair play’, en este o este ocasión dio una auténtica lección.
En primer lugar hizo autocrítica. Aceptó la sanción, aunque dejó claro que no le parecieron exagerados sus gestos en la banda, y se impuso una mejora en su comportamiento para los próximos partidos. Pecó de desconocimiento de esta Liga, lo cual no es de extrañar en cuestión de arbitrajes, y aseguró que intentará cambiar su conducta. No estamos acostumbrados por estos lares a tanta nobleza.
Hubo más porque desveló que ha hablado desde principio de temporada con sus jugadores respecto al tema de los arbitrajes. No quiere unos futbolistas que estén corriendo detrás del árbitro ante cualquier decisión en contra del Barcelona. La energía, como dijo, hay que reservarla para el fútbol y no gastarla en protestar unas decisiones que no van a cambiar. Y este mensaje ha calado en sus jugadores porque en esta temporada el comportamiento del Barcelona ha mejorado mucho en ese sentido.
Y por último, pero muy importante, también mandó un recado a los árbitros. Les pide que piten igual en todos los banquillos, no sólo al Barcelona. Porque si a Flick lo expulsaron por gesticular y protestar, en la mitad de los partidos de Primera algún entrenador se iba a la calle. Esto no lo dijo. Esto se sobrentendió. Y tiene toda la razón.