Con su principio activo tirzepatida, Mounjaro promete ser una herramienta poderosa para quienes luchan contra la obesidad y el sobrepeso en España, similar a otros conocidos hipoglucemiantes Ozempic. Sin embargo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha emitido advertencias sobre su uso que no deben ser pasadas por alto.
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Mounjaro es el nombre comercial de la tirzepatida, un hipoglucemiante que se ha autorizado para tratar tanto la diabetes tipo 2 (DM2) como para ayudar en la pérdida de peso en personas con sobrepeso u obesidad. Su mecanismo de acción imita a dos hormonas: GLP-1 y GIP.
La primera aumenta la secreción de insulina y retrasa el vaciado gástrico, generando sensación de saciedad, mientras que la segunda también estimula la producción de insulina. Esto hace de Mounjaro un agonista dual, el primero de su clase en ser comercializado.
Este medicamento se administrará mediante una inyección subcutánea semanalmente, usando una pluma precargada que debe conservarse en la nevera.
Disponibilidad y coste de Mounjaro
Desde el 1 de julio, Mounjaro está disponible en las farmacias españolas. Sin embargo, requiere prescripción médica, ya que es un medicamento sujeto a receta. En España, estos medicamentos no están financiados por la sanidad pública, por lo que el paciente deberá cubrir el coste completo del tratamiento, que oscila entre 271 y 358 euros al mes, dependiendo de la dosis necesaria.
Mounjaro está indicado para personas con un índice de masa corporal (IMC) igual o superior a 30 kg/m² (obesidad) o para aquellos con un IMC igual o superior a 27 kg/m² (sobrepeso) que además presenten problemas de salud relacionados con el sobrepeso, como hipertensión, niveles anómalos de lípidos en sangre, apnea obstructiva del sueño, enfermedad cardiovascular, prediabetes o diabetes tipo 2.
Eficacia en la pérdida de peso
En estudios clínicos, Mounjaro ha demostrado una eficacia significativa en la pérdida de peso. Los pacientes tratados con tirzepatida, además de mejorar su control de la diabetes, perdieron de media entre 7 y 12 kg. Ensayos específicos para la obesidad mostraron pérdidas de peso promedio entre 15% y 21% del peso inicial después de un año y cinco meses de tratamiento, dependiendo de la dosis.
Sin embargo, no todos los pacientes lograron resultados tan dramáticos: mientras que la mayoría perdió entre el 5% y el 10% de su peso, solo la mitad alcanzó pérdidas del 20% o más.
Mounjaro ha sido aprobado para el tratamiento de la diabetes tipo 2 debido a su capacidad para reducir la hemoglobina glicosilada, un indicador clave del control de azúcar en sangre. En varios ensayos clínicos, tirzepatida mostró una mayor disminución de los niveles de hemoglobina glicosilada en comparación con otros tratamientos como la insulina y la semaglutida, principio activo de Ozempic.
Efectos secundarios
La seguridad de Mounjaro ha sido evaluada en estudios preclínicos y clínicos. En estudios con ratas, tirzepatida produjo tumores en células del tiroides tras dos años de administración. Aunque no se sabe si esto puede ocurrir en humanos, la FDA en Estados Unidos advierte contra su uso en pacientes con antecedentes de cáncer medular de tiroides o neoplasia endocrina múltiple tipo II.
Los efectos secundarios más comunes observados en los ensayos clínicos incluyen trastornos gastrointestinales como náuseas, diarrea, estreñimiento y vómitos. Estos efectos tienden a desaparecer con el tiempo. Es crucial que los pacientes informen a sus médicos sobre cualquier efecto adverso que experimenten y reporten estos efectos a la Agencia Española de Medicamentos a través del portal NotificaRam.
La OCU ha emitido advertencias sobre el uso de Mounjaro, subrayando la importancia de utilizar este medicamento bajo estricta supervisión médica. La organización advierte que, aunque los beneficios pueden ser significativos, también lo son los riesgos, y enfatiza la necesidad de un seguimiento médico constante para minimizar posibles efectos adversos.
La llegada de Mounjaro a España marca un avance importante en el tratamiento de la obesidad y la diabetes. No obstante, como con cualquier medicamento nuevo, es vital que los usuarios estén bien informados y tomen decisiones basadas en una evaluación cuidadosa de los riesgos y beneficios.