La euforia por ver a uno de los suyos en la élite ha llevado a los mexicanos a gastar miles de pesos por una entrada del Gran Premio de México en los últimos 10 años. La gran carrera de Fórmula 1 regresó al país en 2015. Los primeros dos o tres años tenían como protagonismo la curiosidad por ver de nuevo a los autos más veloces del mundo en el Autódromo Hermanos Rodríguez. Conforme pasaron los años, Checo Pérez cobró mayor protagonismo, ayudado por su desempeño y por el impulso de la serie de Netflix Drive to Survive. De ser un deportista de nicho, Pérez se volvió un ídolo deportivo cuando alcanzó un asiento en Red Bull, en diciembre de 2020. Eso se tradujo en un éxito de ventas para México y todo el mundo de la F1.
En los últimos cinco años, los organizadores del Gran Premio de México han puesto a la venta los boletos y se han agotado a las horas. Los precios no son cualquier cosa. Para ir a ver la carrera de 2025 el boleto más barato costaba 7.000 pesos, mientras que el más costoso era de 45.700 pesos, sin contar las entradas más opulentas y exclusivas, las del VIP Paddock, las cuales superan los 100.000 pesos. El frenesí por los boletos aumentó cuando Red Bull le ofreció un lugar a Pérez junto a Max Verstappen.
Para 2021, en plena recuperación por la pandemia de la covid-19, el Autódromo Hermanos Rodríguez tuvo 371. 779 asistentes. En 2022 aumentó la cifra a 395.902 fanáticos. El último dato, el de 2024, tuvo una asistencia total por los tres días de 404.958. La carrera mexicana dejó 15.000 millones de pesos en ganancias al país en 2023. En los últimos nueve años, se ha acumulado una cifra jugosa de 120.000 millones de pesos, según cifras del Gobierno de Ciudad de México. En 2025, el Gran Premio mexicano cumplirá 10 años con todas las entradas vendidas, pero ahora sin el atractivo de Checo Pérez, a quien Red Bull le ha despedido tras cuatro años.
El contrato entre los organizadores en México, la Corporación Interamericana de Entretenimiento (CIE), y la Fórmula 1 expirará tras 2025. El factor clave era Pérez y hay cierto temor de que se pueda escapar el gran interés que ha despertado de nuevo en el país, mismo que mantiene viva la leyenda de Pedro y Ricardo Rodríguez. “[El Gran Premio] se trata de héroes en competición. Por supuesto necesitamos tener un héroe en la pista, es mucho mejor tener un héroe local, pero en caso de que no lo tengamos, vamos a encontrar al héroe adecuado para seguir. Y se sorprenderá sintiéndose como en casa en México”, contó Alejandro Soberón, mandamás de la carrera mexicana, en octubre pasado. En la carrera de 2023, por ejemplo, Pérez chocó en la primera curva y quedó fuera de pista, algo que supuso un bajón anímico y dejó algunos huecos en las gradas porque los aficionados no quisieron seguir la carrera. “Checo Pérez es el piloto mexicano más exitoso en la historia de la máxima categoría y también se convirtió en el motor del Gran Premio, un auténtico campeón para los miles de aficionados que año tras año desde 2015 han llenado las tribunas del Autódromo Hermanos Rodríguez”, se lee en un comunicado de la carrera mexicana.
El efecto Checo Pérez también ha contagiado a las carreras en Estados Unidos. En Austin (Texas), Miami (Florida) y Las Vegas (Nevada), el mexicano ha encontrado una franquicia de su país para cobijarle. Eso fue un atractivo adicional para Red Bull para explotar la imagen del mexicano. Durante las temporadas 2023 y 2024, el patrocinador de gorras New Era puso a la venta ediciones especiales para las carreras estadounidenses y la mexicana con productos agotados. La principal mercancía que se agotaba en la tienda oficial de Red Bull en línea no fue la de Max Verstappen, sino la del piloto de Guadalajara, subcampeón del mundo en 2023. Hace unas semanas la firma de relojes de lujo Tag Heuer puso a la venta uno edición especial promocionado por el piloto mexicano y se agotó en horas.
El mexicano ha sido auspiciado por Telmex-Telcel de Carlos Slim desde que debutó hace 14 años en la Fórmula 1 y algunos más antes en las categorías menores. Su fuerte inversión ha ayudado a blindar a equipos como Sauber, Force India y Red Bull. Pérez sumó como patrocinadores a dos empresas potentes como Nestlé y Disney, quienes hicieron que su imagen rondara por el público de toda Latinoamérica con series documentales y anuncios publicitarios de chocolates o café. Sin Pérez, estos patrocinios no encuentran acomodo en Red Bull. “Siempre vas a ser un referente especial como piloto, persona y amigo. Y como siempre: ¡listos para lo que venga”, escribió Carlos Slim Domit, heredero de la fortuna Slim y amante de la Fórmula 1.
“Reafirmamos nuestro compromiso con Checo como un verdadero embajador del deporte nacional y de nuestras marcas, cuya influencia ha motivado a nuevas generaciones a soñar en grande y a confiar en sus propias capacidades”, comunicó Nestlé a través de una carta pública. Ahora, Pérez tendrá que aguardar un año o alguna sorpresa en la F1 para volver. Hay posibilidades de algún asiento libre en 2026 con el cambio de regulaciones y rendimiento de los pilotos, además de la irrupción de Cadillac.
Los mexicanos, con el corazón apachurrado tras el despido de Pérez, tendrán un 2025 sin un representante en la parrilla. La esperanza está puesta en dos años con el regreso del éxito de ventas Checo Pérez o con alguna oportunidad que pueda obtener su colega, Patricio O’Ward. México ha quedado huérfano de Fórmula 1.