Buena parte de los adultos españoles tienen un problema de sobrepeso y la mayoría lo afronta con dietas drásticas o milagrosas con las que corre riesgos de salud y que acaban por devolverle a la casilla de salida. Es la conclusión del estudio realizado por Fundación Mapfre y la Academia Española de Nutrición y Dietética, que han contado con las experiencias de 3.150 españoles de todas las autonomías.
Algo más de la mitad de los españoles tienen sobrepeso o son obesos y siete de cada diez han intentado perder kilos y se han puesto a dieta al menos unas siete veces. Eso sí, esa media estadística no es del todo real, pues las mujeres confiesan haber iniciado dietas el doble veces. La mayoría, el 53%, ha intentado perder peso por su cuenta y riesgo, siguiendo algún tipo de atajo o ‘dieta milagro’, la gran mayoría sin respaldo científico y sin resultados. Este tipo de estrategias provocan lo que popularmente se conoce como efecto goma. En cada intento perdieron unos seis kilos, pero pronto acabaron por recuperar algo más de cinco.
No solo tienen poco éxito sino que el 70% confiesa que lo hace sin contar con asesoramiento, control y acompañamiento médico. Una parte importante reconocen que buscaron el atajo mediante métodos drásticos. El 43% de los encuestados se dedicó a eliminar los hidratos de carbono de su dieta, un 13% usó productos dietéticos, un 12% se saltó dos o más comidas al día y hasta un 8% consumió laxantes, diuréticos y pastillas sin receta.
Un tercio de quienes se entregaron a las ‘dietas milagro’, el 30%, optó por el ayuno intermitente, que alterna periodos de ayuno con ventanas de alimentación. Le sigue en popularidad la dieta de muy bajo aporte calórico (20%), que reduce radicalmente la ingesta diaria de calorías, con la dieta detox (11%) en tercer lugar (consumo de líquidos, como zumos y batidos, para depurar el organismo) y la dieta Dukan (10%) en cuarto (ingesta elevada de proteínas y reducción contundente de hidratos de carbono). La quinta dieta más frecuente es la cetogénica, que promueve un elevado consumo de grasas y la reducción extrema de carbohidratos.
Estas fórmulas rápidas o drásticas entrañan, según los autores, riesgos para la salud. A corto plazo, dolores de cabeza, mareos y estreñimiento. A más largo plazo, pueden causar carencias nutricionales, hígado graso, cálculos renales, alteraciones hormonales o trastornos alimentarios.