A pesar de que el Circuit de Barcelona-Catalunya es una popular pista de pruebas con un trazado desafiante que gusta a los pilotos, en los últimos años ha estado siempre en duda su continuidad.
El circuito se construyó en 1991 como parte de la candidatura de Barcelona para los Juegos Olímpicos de 1992, que revitalizaron por completo la ciudad y la convirtieron en un importante destino turístico. Y desde la primera carrera en 1991, este Gran Premio de España en Barcelona se ha convertido en un elemento básico para muchas categorías de dos y cuatro ruedas.
Al igual que otras sedes en europeas, la carrera de F1 en Barcelona cayó en asistencia en los últimos años hasta que Fernando Alonso regresó al Gran Circo y se unió a Carlos Sainz, algo que sumado a la serie de Netflix Drive to Survive dio una inyección de interés a varias carreras con poca asistencia.
Pero ese auge de popularidad también ha ejercido una presión cada vez mayor sobre unas instalaciones que se han mantenido prácticamente sin cambios durante décadas, aunque en estos últimos meses se han llevado a cabo importantes cambios. Con una asistencia de fin de semana que se aproxima a los 288.000 aficionados en 2024, el tráfico ha sido un problema, con largas colas para los coches.
El evento vivió su peor momento en 2022, cuando inesperadamente acudieron al circuito grandes multitudes de aficionados que hacían cola bajo el calor durante horas para entrar en el circuito o comprar bebidas, y además los organizadores pronto se quedaron sin agua.
La pequeña estación de tren de Montmeló, a 30 minutos a pie del circuito y con una única línea de cercanías, también se vio completamente desbordada por la gran afluencia de los aficionados.
Lewis Hamilton, Mercedes F1 W15, Charles Leclerc, Ferrari SF-24, Carlos Sainz, Ferrari SF-24
Foto: Simon Galloway / Motorsport Images
Los desafortunados acontecimientos de aquel año provocó una disculpa por parte de los promotores y la F1 exigió mejorar la experiencia de los fans. Además, entre tanto la categoría ha llegado a un acuerdo para llevar celebrar un gran premio en Madrid a partir de 2026, el mismo año en que expira el actual contrato de Barcelona, por lo que las evidencias están claras.
Pero justo cuando Madrid parece estar a punto de convertirse en el único destino de la F1 en España de cara al futuro, las cosas parecen estar mejorando en Barcelona.
En octubre de 2022, el circuito y el gobierno regional presentaron un plan de renovación de 50 millones de euros, que incluía la mejora de las instalaciones para los aficionados, nuevas estructuras de hospitalidad y un plan de movilidad más sólido.
Los frutos de ese trabajo empezaron a ser visibles en el evento de este año, que en la mayoría de los casos se desarrolló con mucha más fluidez. Un nuevo plan de tráfico separó a los aficionados que poseían entradas del resto de forma más eficaz, y el aumento de los trenes y los buses lanzadera permitió a un mayor número de aficionados utilizar el transporte público.
“Justo después del gran premio del año pasado empezamos a trabajar en un nuevo plan de movilidad y cambiamos el sistema para evitar los atascos”, dijo el director del circuito, Josep Lluis Santamaria, a Motorsport.com.
“Este año está funcionando muy bien. También estamos trabajando con las autoridades en el transporte público y tenemos más gente que viene en tren. Tenemos lanzaderas que bajan a la gente desde la estación de Montmeló al circuito”.
“Para el futuro estamos trabajando en tener una estación de tren cerca del circuito y utilizarla para las carreras, conciertos y otros grandes eventos”, dijo.
El circuito también ha invertido mucho en nuevas zonas de hospitalidad, con una azotea de 35 metros de altura que se extiende por la recta de atrás, con vistas al tercer sector del circuito. La mayoría de los edificios del paddock datan de 1991, aunque el edificio de boxes y la tribuna principal cuentan en este momento con más de 1.500 metros cuadrados de paneles solares que permiten que el evento pueda funcionar con un 70% de energía sostenible, con el objetivo de llegar al 100% en el futuro.
George Russell, Mercedes F1 W15, Lando Norris, McLaren MCL38, Max Verstappen, Red Bull Racing RB20, Lewis Hamilton, Mercedes F1 W15, Carlos Sainz, Ferrari SF-24
Foto: Steven Tee / Motorsport Images
Los organizadores también organizaron un popular evento para los aficionados en la céntrica Plaza Cataluña que atrajo a unos 120.000 aficionados, y un road show el miércoles por la tarde en el adyacente Passeig de Gràcia al que asistieron 40.000 aficionados.
El evento fue un éxito, aunque también suscitó las críticas de los ecologistas y de los residentes locales, que consideraron que el popular destino turístico no necesita más perturbaciones de los que ya tiene que soportar, pero esto es como en todas partes.
Pero las autoridades siguen apostando por el impulso que la carrera supone para la economía y el empleo a nivel local, y Santamaría reveló que fue el propio ayuntamiento el que impulsó un plan más ambicioso para cerrar un tramo de 600 metros de una de las principales avenidas de Barcelona. En cualquier caso, se trata de una declaración de intenciones sobre la voluntad de la ciudad y de su gobierno regional de mantener la F1 en su región.
“La idea era acercar la Fórmula 1 a la ciudad y a los aficionados que no pueden permitirse una entrada para un gran premio”, explicó Santamaría. “Estuvimos trabajando con la ciudad y cuando empezamos a pensar qué hacer, nos dijeron que lo hiciéramos en pleno centro de la ciudad. Y la F1 está muy contenta, es lo que querían”.
Pero aunque es innegable que el Gran Premio de España en Barcelona está dando pasos, sigue habiendo frustración en todo el paddock por el hecho de que se haya tardado tanto tiempo en intentar equipararse al resto de las carreras europeas tradicionales, y aunque se han hecho grandes progresos en algunas áreas, todavía hay otros aspectos que se está quedando atrás.
La estación de tren propuesta detrás de la tribuna principal es un buen ejemplo. No hay muchos circuitos de F1 que puedan presumir de tener una línea de tren propia a sólo 200 metros de la recta de meta. Pero, por desgracia, la estación estará terminada después de la última carrera del actual contrato de Barcelona con la Fórmula 1.
Los aficionados invaden la pista para ver la ceremonia del podio
Foto: Sam Bagnall / Motorsport Images
Si hubiera habido un enfoque más proactivo en la mejora de su infraestructura y se hubiera prestado atención a las señales de advertencia, tal vez Barcelona habría seguido siendo un pilar indiscutible de la temporada europea de F1. En lugar de ello, ahora está en duda, especialmente por la llegada de Madrid.
Pero aunque la posición de Barcelona se ha visto seriamente debilitada por el entusiasmo de la F1 por su proyecto en Madrid, y el director ejecutivo de la F1, Stefano Domenicali, declaró a los medios españoles que sería difícil que ambas coexistieran a la misma vez, Santamaría no cree que las reformas del circuito haya llegado demasiado tarde para salvar la carrera.
“No es demasiado tarde. “Creo que estamos haciendo las cosas en el momento adecuado. Cuando empezamos con este plan hace cuatro años, decidimos empezar a trabajar de una manera distinta, invertir mucho dinero y poner el circuito al nivel adecuado”.
“Ahora estamos en una posición mejor que hace dos o tres años y seguimos trabajando. Lo que dijimos que haríamos, lo hemos hecho, y hemos hecho más cosas que no estaban previstas al principio”.
“Hemos contribuido a la Fórmula 1 durante 34 años y creo que tenemos suficiente experiencia para continuar con la Fórmula 1 aquí en Barcelona, así como con MotoGP y el Mundial de Superbikes (WSBK). Nuestra idea es prolongar el contrato durante muchos años”, explicó.
Barcelona parece haber captado el mensaje de la F1 alto y claro. A corto plazo, son buenas noticias para los aficionados que planean visitar la ciudad y la carrera. Pero a largo plazo, los indicios apuntan a que la operación de rescate ha llegado demasiado tarde y ha sido escasa según la propia F1.
