El director siempre abordó su opción de relatar historias a través de la intuición y su tendencia para abordar las historias a través de las abstracciones que no tienen un solo punto de vista.
jueves, 16 de enero de 2025 hs
¿Por qué David Lynch hacía las películas como las hacía? ¿Por qué no las realizaba de forma más concreta y clara? ¿Por qué dejaba tanto para la interpretación de la audiencia? ¿Qué significaban los enigmas de Carretera Perdida? ¿Y qué había detrás del final de Twin Peaks: The Return? ¿Hay forma racional de explicar las secuencia oníricas de Inland Empire?
Todo ese tipo de dudas marcaron la carrera de David Lynch, el célebre director de cine que falleció este jueves a la edad de 78 años.
Sin embargo, más que explicar sus películas, el director sí se refirió en más de una oportunidad a sus motivaciones e intereses, dejando en claro que siempre le encantó la abstracción y los diálogos que lograba con la intuición de cada uno de los espectadores.
“Me gusta una historia que tenga una estructura concreta, pero que también contenga abstracciones. La vida está llena de abstracciones, y la manera en la que la desciframos es a través de la intuición”, explicó el director al ser consultado sobre la gente que dice que hay películas que “no tienen sentido”.
Con lo anterior en cuenta, Lynch planteaba que “la gente está acostumbrada a ver películas que prácticamente se explican a sí mismas en un 100% y se desconectan de esa cosa tan maravilla que es la intuición cuando miran una película en la que haya algunas abstracciones”.
Pero el director también recalcaba que también existe la audiencia que “ama estas abstracciones”, dándoles espacio para soñar.
“Una abstracción, para mí, es algo que el cine puede contar, y es maravilloso, para mí en cualquier caso, pensar en esas imágenes y sonidos fluyendo juntos en el tiempo dentro de una secuencia, creando algo que únicamente puede ser contado a través del cine”, recalcó el director.
“No son palabras, no es esta música, es un montón de cosas que se juntan y crean algo que no existía antes. Y eso es lo que me encanta de esto, porque después depende de la gente el encontrar su propia interpretación”, puntualizó.
“En realidad no importa lo que yo piense. Cualquier proyección, no importa cuál, aunque todos los fotogramas de la película sean exactamente los mismos, no hay dos proyecciones que sean exactamente iguales. Es el espectador, y la película y el sonido, y forman un círculo y simplemente funciona así. Y tú lo sientes, y piensas en ello, esa mezcla de intuición y emoción combinadas, acaban teniendo sentido para ti”.
En otra conversación en enero de 2006, el director recalcó que todas sus películas “tienen una lógica”, pero también existen cosas lógicas que pueden ser abstractas y el poder del cine para contar abstracciones “es enorme”.
“Realmente me encanta la intuición y lo que me han dicho es que la intuición es el intelecto y las emociones nadando juntos, es como un conocimiento”, explicó Lynch.