La dieta atlántica, originaria del norte de Portugal y el noroeste de España, está ganando reconocimiento por sus posibles beneficios para la salud del corazón y la prevención de enfermedades crónicas.
Similar a la conocida dieta mediterránea, esta propuesta alimenticia incluye una variedad de alimentos frescos y locales, y se acompaña de hábitos de vida saludables.
¿Qué alimentos componen la dieta atlántica?
La dieta atlántica se caracteriza por su inclusión de:
Pescados frescos: Una de las principales fuentes de proteína.
Carnes rojas y productos porcinos: En cantidades moderadas.
Lácteos y legumbres: Aportan calcio y proteínas.
Verduras frescas y patatas: Estas últimas son clave en sopas y platos tradicionales.
Cereales integrales y pan artesanal: Fuentes de fibra y carbohidratos complejos.
Vino: Consumido de manera moderada.
Además de su composición, esta dieta fomenta la preparación casera de los alimentos, lo que refuerza la conexión social y emocional al comer en compañía de familia y amigos.
¿Cuáles son los beneficios para la salud?
Un estudio reciente publicado en Jama Network Open encontró que la dieta atlántica puede reducir factores de riesgo como:
Presión arterial alta.
Altos niveles de azúcar en la sangre.
Triglicéridos elevados.
Grasa abdominal.
El análisis señala que estos beneficios están relacionados con la reducción del síndrome metabólico, un conjunto de condiciones que aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, diabetes y accidentes cerebrovasculares.
El Dr. Walter Willett, de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard, destaca que los principios de esta dieta son similares a los de la dieta mediterránea y que pueden aplicarse en otras culturas. Por su parte, el Dr. David Katz subraya que priorizar alimentos locales también beneficia al medio ambiente y al comercio local.
¿Cómo mejorar la dieta atlántica?
Aunque muchos alimentos de la dieta atlántica son saludables, algunos estudios recientes han cuestionado el impacto positivo de ciertos componentes como:
Patatas y lácteos: No se asociaron con un menor riesgo de muerte en algunos análisis.
Carnes rojas y procesadas: Su consumo excesivo puede aumentar el riesgo de enfermedades cardiometabólicas y cáncer de colon.
Un enfoque consciente en la alimentación
La dieta atlántica también promueve la alimentación consciente, un hábito que incluye:
Comer sin distracciones como pantallas.
Compartir las comidas con familiares o amigos.
Masticar lentamente y disfrutar cada bocado.
Al Bochi, portavoz de la Academia de Nutrición y Dietética, sugiere que este enfoque puede ser un excelente punto de partida para adoptar un estilo de vida más saludable.
Consulte a un especialista
Si está interesado en incorporar la dieta atlántica o cualquier otro régimen alimenticio, es importante consultar con un médico o nutricionista. Cada persona tiene necesidades específicas que deben ser consideradas para obtener los máximos beneficios para la salud.
La dieta atlántica ofrece una oportunidad para mejorar la salud cardiovascular y disfrutar de comidas deliciosas y equilibradas, siempre y cuando se acompañe de moderación y actividad física regular.