Una nueva herramienta creada por un equipo multidisciplinar en el que se encuentran investigadores de la Universidad de Zaragoza ha confirmado la relación entre el consumo de alimentos característicos del patrón mediterráneo y un perfil cardiometabólico más saludable entre niños de 3 a 6 años.
Esta es una de las conclusiones que se han obtenido con el cuestionario Meda4child, una nueva herramienta que permite identificar patrones alimentarios y su relación con la salud en etapas tempranas de la vida.
Validada en un estudio con más de 858 niños entre 3 y 6 años, la herramienta la ha creado un equipo multidisciplinar de investigadores de la Universidad de Zaragoza, el Instituto de Investigación Sanitaria Aragón (IIS Aragón), la Unidad de Nutrición Humana de la Universitat Rovira i Virgili (URV) y el Instituto de Investigación Sanitaria Pere Virgili (Iispv) y otros cinco centros de España que forman parte del área de Obesidad y Nutrición del CIBER (Ciberobn), del Instituto de Salud Carlos III.
Esta nueva herramienta permite identificar patrones alimentarios y su relación con la salud en etapas tempranas de la vida, es de utilización sencilla, rápida y económica y permitirá evaluar y fomentar la dieta mediterránea en niños y niñas preescolares, por lo que su utilización implicará importantes beneficios para la salud de esta población, según han destacado los investigadores.
Publicado recientemente en la prestigiosa revista científica ‘European Journal of Pediatrics’, este estudio de obesidad infantil se llevó a cabo con una muestra de 858 niños de las cohortes Corals (estudio que hace un seguimiento de los menores durante una media de 10 años) y Melipop (ensayo clínico desarrollado en Zaragoza, Córdoba y Santiago de Compostela que busca evaluar el efecto del estilo de vida mediterráneo en la incidencia de obesidad infantil y sus complicaciones).
Más frutas, verduras, pescado y frutos secos
Los resultados muestran que los que tienen mayor puntuación en este cuestionario consumen más alimentos característicos de la dieta mediterránea, como frutas, verduras, pescado y frutos secos, y presentaban un perfil cardiometabólico más saludable.
Incluían así, según informa la Universidad de Zaragoza, una menor circunferencia de cintura y niveles más bajos de triglicéridos e insulina en sangre.
Esta nueva evaluación se diferencia de herramientas anteriores al incluir porciones recomendadas adaptadas a la población infantil, ofreciendo una evaluación más precisa de la adherencia a la dieta mediterránea siguiendo los nuevos estilos de vida y ritmos de la sociedad actual.
Un avance que tiene el potencial de optimizar la monitorización de hábitos alimentarios en la infancia y contribuir a mejorar las intervenciones de salud pública orientadas a prevenir enfermedades relacionadas con la alimentación.
El cuestionario, que contiene 18 puntos, está disponible para su uso en entornos clínicos y de investigación, y se espera que sirva de base para futuros estudios en relación con la dieta mediterránea y su relación con el desarrollo o manejo de enfermedades relacionadas con la nutrición y el metabolismo en la infancia