El papel de las grasas saturadas en el riesgo cardiovascular
La dieta Keto bajo lupa los riesgos que no puedes ignorar
Desde problemas digestivos hasta graves riesgos cardiovasculares, la dieta cetogénica, conocida popularmente como dieta Keto, se ha convertido en uno de los regímenes alimenticios más controvertidos de los últimos años. Aunque sus promesas de pérdida de peso rápida y mejoras en ciertas condiciones de salud la han catapultado a la fama, también ha despertado la preocupación de expertos que advierten sobre sus efectos secundarios. Entre ellos se encuentra la Dra. Clotilde Vázquez, endocrinóloga del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, quien enfatiza la importancia de abordar este tipo de dietas con precaución.
La dieta Keto se basa en la reducción drástica de carbohidratos, lo que obliga al organismo a utilizar la grasa como fuente principal de energía mediante la producción de cuerpos cetónicos. “La dieta Keto es una dieta muy potente en donde se producen muchos cuerpos cetónicos”, explica la Dra. Vázquez. Este proceso, conocido como cetosis, puede desencadenarse de dos formas principales: “Una es porque se comn mucha grasa sin hacer ninguna restricción de calorías. La segunda forma de aumentar los cuerpos cetónicos es hacer ayuno, es decir, comer menos de lo que se necesita y además comer muy pocos hidratos de carbono”.
Los riesgos de restringir carbohidratos
Uno de los primeros efectos adversos que se observan al seguir la dieta Keto tiene que ver con la salud digestiva. La drástica reducción de carbohidratos no solo afecta la energía inmediata del cuerpo, sino también la microbiota intestinal. “La restricción importante de carbohidratos afecta a la salud digestiva. Nuestra microbiota va a sufrir mucho y va a producir finalmente trastornos digestivos como mala digestión, flatulencia, distensión, etcétera”, advierte la endocrinóloga. Estos efectos pueden ser especialmente molestos y suponen un impacto significativo en la calidad de vida de quienes adoptan este régimen.
Los hidratos de carbono son una fuente esencial de fibra, que desempeña un papel clave en el mantenimiento de una microbiota intestinal saludable. Sin esta fibra, los desequilibrios en las bacterias del intestino pueden derivar en problemas más graves a largo plazo, como inflamación crónica o un debilitamiento del sistema inmunitario.
El peligro de las grasas saturadas
Otro de los grandes riesgos de la dieta Keto está relacionado con el alto consumo de grasas, particularmente grasas saturadas y super saturadas. “No es recomendable el exceso de grasa saturada en la dieta, porque producela lesión llamada ateroma, que es el sustrato de la arterioesclerosis”, subraya la Dra. Vázquez. Este tipo de lesión se acumula en las arterias y puede desencadenar graves enfermedades cardiovasculares. “Acaba produciéndonos lesiones como una angina de pecho, infarto de miocardio o un ictus”, añade.
El mensaje es claro: aunque la dieta Keto puede parecer una solución atractiva para perder peso, su alto contenido en grasas saturadas puede tener consecuencias peligrosas si no se controla adecuadamente. Además, la falta de moderación en el consumo de grasas puede agravar los niveles de colesterol y triglicéridos, aumentando el riesgo de eventos cardiovasculares.
Otros efectos secundarios
Además de los riesgos digestivos y cardiovasculares, la dieta Keto también puede causar otros efectos secundarios que afectan al bienestar general. “Puede producir fatiga, hipoglucemia y otros efectos secundarios”, indica la experta. Esto se debe a la falta de carbohidratos, que son la principal fuente de energía rápida del organismo. La sensación de agotamiento y debilidad es común, especialmente en las primeras semanas del régimen, cuando el cuerpo se adapta a la cetosis.
La hipoglucemia, caracterizada por niveles bajos de glucosa en sangre, puede ser particularmente peligrosa para personas con condiciones preexistentes como la diabetes. Por este motivo, es crucial realizar un seguimiento médico antes de adoptar este tipo de dieta.
La supervisión médica es clave
Ante estos riesgos, la Dra. Vázquez recalca la necesidad de consultar siempre a un profesional de la salud antes de iniciar una dieta cetogénica. “No se puede generalizar su uso sin control porque, si es así, puede producir efectos secundarios graves”, advierte. Seguir esta dieta bajo supervisión permite evaluar si realmente es adecuada para cada caso individual y ajustar el plan de alimentación para minimizar los riesgos.
Aunque la dieta Keto puede ser una herramienta útil en contextos muy específicos, como el tratamiento de la epilepsia refractaria, no es una solución universal para la pérdida de peso. “Antes de empezarla, consultar a una persona o facultativo que aconseje cómo hacerla y si es conveniente hacerla, que la mayoría de las veces, pues no lo será”, concluye la doctora.
El equilibrio es necesario
La dieta Keto ha ganado popularidad gracias a sus promesas de resultados rápidos, pero estas ventajas no deben eclipsar los riesgos asociados. Desde problemas digestivos hasta complicaciones cardiovasculares y energéticas, el impacto de este régimen puede ser significativo, especialmente cuando se realiza sin supervisión médica.
El camino hacia una alimentación saludable no debería implicar riesgos innecesarios. Consultar a profesionales, optar por un enfoque equilibrado y personalizado, y evitar las dietas extremas son las claves para cuidar tanto el peso como la salud a largo plazo. Como destaca la Dra. Vázquez, antes de iniciar una dieta cetogénica, la pregunta crucial no es solo cómo hacerla, sino si realmente vale la pena intentarla.
Conclusión
La dieta Keto suele producir pérdida de peso, que no sabemos si de grasa, de forma rápida, pero con muchísima frecuencia a eso le sigue un efecto rebote. Las normas básicas para actuar en el exceso de peso es establecer un plan que consiga perder grasa y mantenerlo. Por tanto, ninguna dieta tiene justificación si no hay un buen mantenimiento del peso perdido, de la grasa perdida. Por tanto, la dieta keto, sin tener una buena estrategia de mantenimiento, puede ser incluso perjudicial en personas con tendencia a ganar peso.