ALIMENTACIÓN
Una investigación reciente revela cómo las carencias alimenticias en generaciones pasadas pueden afectar la salud de sus descendientes hasta décadas después
Un innovador estudio llevado a cabo por la Universidad de Tulane ha desvelado que las decisiones alimenticias de generaciones pasadas no solo afectaron su salud, sino que también podrían estar marcando el bienestar de sus descendientes.
Publicada en la revista Heliyon, la investigación se centra en cómo una dieta baja en proteínas puede desencadenar efectos negativos que se transmiten hasta por cuatro generaciones.
Utilizando ratones como modelo, los investigadores descubrieron que una alimentación deficiente en proteínas en los abuelos provocó que sus crías nacieran con menos peso y con riñones más pequeños.
Estos problemas persistieron, incluso cuando las siguientes generaciones recibieron una dieta adecuada. Según los expertos, esta condición está estrechamente vinculada con un mayor riesgo de hipertensión y enfermedad renal crónica, condiciones que afectan a millones de personas en todo el mundo.
Impactos que no se borran
El autor principal del estudio, Giovane Tortelote, describió el fenómeno como una «avalancha genética». Aunque se intentó corregir la dieta en generaciones posteriores, las alteraciones iniciales persistieron, dejando una «huella epigenética» en los descendientes. Esto significa que, a pesar de mejorar la alimentación, los rasgos heredados continuaron manifestándose, como un bajo recuento de nefronas, las unidades que permiten a los riñones filtrar desechos del organismo.
«No se trata solo de lo que la madre come durante el embarazo; parece haber algo epigenético en el padre que también influye», explicó Tortelote, sugiriendo que ambos progenitores juegan un papel crucial en la salud de sus hijos y nietos.
Lecciones para la salud pública
Si bien este estudio aún necesita ser replicado en humanos, sus hallazgos abren una ventana importante para entender enfermedades como la enfermedad renal crónica, que figura entre las principales causas de muerte en países desarrollados. Según Tortelote, esta condición podría estar vinculada a problemas de salud que comienzan incluso antes del nacimiento, debido a una cadena de eventos intergeneracionales.
Además, la investigación pone de relieve la importancia de abordar las crisis nutricionales con una perspectiva a largo plazo. Las carencias alimenticias no solo tienen un impacto inmediato en quienes las padecen, sino que podrían generar problemas de salud en generaciones futuras, perpetuando un círculo vicioso que necesita ser detenido.
Mirando al futuro
Aunque los científicos observan signos de normalización en la tercera y cuarta generación de descendientes, todavía quedan preguntas por responder. ¿Cuántas generaciones necesitan para recuperarse completamente de los efectos de la desnutrición? ¿Qué mecanismos genéticos están en juego?
Este estudio, aunque preliminar, es un recordatorio de que nuestras elecciones alimenticias tienen un impacto más profundo de lo que imaginamos, y que el bienestar de las generaciones futuras podría depender de las decisiones que tomemos hoy.
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