La dieta cetogénica convierte la grasa en cetonas que las células del cerebro y resto del organismo utilizan como alternativa a la glucosa. Recientemente, se ha podido constatar que incrementar las cetonas en la sangre a través de una dieta cetogénica influye positivamente en los ciclos menstruales e, incluso, puede ayudar a restablecerlos cuando se muestran irregulares.
El exceso de adiposidad, almacenada principalmente como tejido adiposo visceral, puede alterar la fisiología saludable, específicamente el metabolismo de la glucosa. En el caso de las mujeres puede derivar en prediabetes o, incluso, diabetes, lo cual, a su vez, conlleva riesgo de desarrollar endocrinopatías específicas del sexo como síndrome del ovario …
El exceso de adiposidad, almacenada principalmente como tejido adiposo visceral, puede alterar la fisiología saludable, específicamente el metabolismo de la glucosa. En el caso de las mujeres puede derivar en prediabetes o, incluso, diabetes, lo cual, a su vez, conlleva riesgo de desarrollar endocrinopatías específicas del sexo como síndrome del ovario poliquístico, menstruaciones irregulares, amenorrea e infertilidad, entre otros trastornos.
Por otra parte, una dieta cetogénica bien formulada (DC), basada en alimentos integrales y denso en nutrientes se caracteriza principalmente por su capacidad para aumentar las cetonas en sangre hasta un rango seguro y potencialmente terapéutico de cetosis nutricional. Precisamente, incrementar las cetonas en la sangre a través de una dieta cetogénica o suplementos puede ayudar a restablecer los ciclos menstruales irregulares o incluso reiniciar un período que podría estar estancado.
En todo esto se basa una nueva investigación realizada en la Universidad de Ohio (EEUU) que concluye que la cetosis nutricional, ya sea inducida por la dieta cetogénica o aumentada por cetonas exógenas, influye positivamente en las menstruaciones autoinformadas, independientemente de la pérdida de peso y de manera significativa en comparación con la dieta baja en grasas.
El estudio, publicado en ‘PLOS ONE’, comparó los resultados de pérdida de peso con dietas bajas en grasas y cetogénicas con y sin la adición de suplementos de cetonas. La edad promedio de las participantes en el estudio rondaba los 34 años y todas estaban sanas y con sobrepeso, pero habían perdido el mismo porcentaje relativo de peso durante el estudio.
Mientras 11 de 13 participantes premenopáusicas que alcanzaron la cetosis nutricional informaron al menos de un cambio en la frecuencia o intensidad menstrual (o ambas) durante la intervención, aquellas que siguieron dietas bajas en grasas no informaron de ningún cambio en sus períodos menstruales.
Papel de las cetonas
“Nuestra hipótesis después de ver estos resultados es que la presencia de cetonas puede ayudar a regular la salud de las mujeres con respecto a influencias endocrinas, cognitivas y metabólicas”, tal como indicó la prof. Madison Kackley, autora principal del estudio y científica investigadora y profesora de ciencias humanas en la Universidad Estatal de Ohio.
Así, los hallazgos destacan que la adopción de una dieta cetogénica por parte de las mujeres se asocia con cambios en la menstruación autoinformados durante seis semanas, lo que, en principio, no estaría asociado a la pérdida de peso, ya que un grupo emparejado de mujeres que consumieron una dieta baja en calorías isocalórica no informó sobre cambios en la menstruación, a pesar de una pérdida de peso y cambios metabólicos comparables.
De ahí que profundizar en los hallazgos relacionados con la suplementación con cetonas es uno de los objetivos del programa de investigación de estos investigadores en el futuro. “Si bien la dieta cetogénica no contribuyó a mejorar el peso ni los indicadores de salud, los niveles de cetonas fueron altos en todas las mujeres que la siguieron. El hallazgo sugiere un efecto individualizado de la adición de cetonas en la sangre“, concluyó la prof. Kackley.