Foto: Nathan Dumlao Unsplash
Siempre hablamos de los beneficios de la dieta mediterránea que, gracias al consumo de frutas, verduras y aceite de oliva, es estupenda para la salud. Sin embargo, se habla mucho menos de otra dieta que también existe en nuestro país y es igual de sana, la atlántica, que se sigue en lugares como Galicia o el norte de Portugal.
Los beneficios de la dieta atlántica
Tal y como ha demostrado un reciente estudio europeo, presentado en el XX Congreso Nacional de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), este tipo de dieta tiene un impacto positivo para la salud, pues se asocia con una menor mortalidad por todas las causas, incluido enfermedades cardiovasculares y cáncer. La dieta atlántica mejora la microbiota intestinal y ayuda a controlar el peso corporal, por lo que es beneficiosa frente al sobrepeso y la obesidad.
En concreto, aquellas personas que se adhieren a una dieta atlántica presentan una mortalidad un 15 % menor en comparación con quienes siguen patrones alimentarios muy distintos, ya que este tipo de alimentación se asocia con niveles bajos en algunos de los factores de riesgo cardiovascular, como el colesterol, los triglicéridos, la resistencia a la insulina o la presión sanguínea.
Qué se come en la dieta atlántica
Esta dieta se caracteriza por elevado consumo de alimentos frescos, de temporada y de origen local, como frutas, verduras, cereales integrales, principalmente en forma de pan, legumbres, patatas, pescados y productos lácteos.
De hecho, destaca la presencia frecuente, entre tres y cuatro veces por semana, de pescados y mariscos, así como el consumo elevado de lácteos, especialmente leche y queso. Mientras que el consumo de carne de ternera y cerdo, así como de huevos, es más moderado.
Otra de las características de la gastronomía atlántica es el consumo diario de frutas y verduras, y particularmente de verduras, como el grelo, la berza o el repollo, diferenciándose de la mediterránea en un menor consumo de aceite de oliva y de vino.