La detección temprana y la medicina preventiva son dos claves fundamentales en el abordaje del síndrome cardiovascular-renal-metabólico (CRM). La identificación precoz de factores de riesgo y la adopción ágil de medidas, de manera integral, reducen complicaciones y mejoran la calidad de vida en pacientes con este conjunto de patologías interrelacionadas que incrementan la mortalidad. Así, durante el Congreso de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), celebrado este mes de octubre en Bilbao, se trató este asunto en una mesa de debate que exigía aplicar estrategias preventivas para mejorar el pronóstico. También, para reducir la carga sobre el sistema sanitario.
El moderador de la mesa y coordinador del Grupo de Trabajo de Diabetes, Endocrinología y Metabolismo de SEMERGEN, Ezequiel Arranz, ha subrayado, en una entrevista para Gaceta Médica, la necesidad de evolucionar hacia un enfoque multidisciplinar para mejorar el pronóstico de los pacientes. De esta forma, el principal mensaje de la mesa fue la interconexión entre la patología cardíaca, la enfermedad renal y los trastornos del metabolismo hidrocarbonado.
“Hay una clara relación entre los tres componentes, de tal manera que cada uno por sí solo incrementa de forma considerable el riesgo cardiovascular. Todos juntos, en conjunción en el mismo paciente, aumentan la mortalidad”, ha resaltado Arranz. Por tanto, esta asociación justifica la necesidad de implementar medidas preventivas. Además, en los casos donde ya exista la enfermedad, es importante aplicar un tratamiento precoz y personalizado para cada paciente para reducir complicaciones a medio y largo plazo.
Novedades terapéuticas
El Congreso también fue una plataforma para destacar los avances en el tratamiento de estas patologías interrelacionadas. Según Arranz, “existe un conjunto de tratamientos que pueden influir en los tres factores a la vez, cosa que hasta hace bien poco era difícil de conseguir”. Estos permiten mejorar la hospitalización por insuficiencia cardíaca, proteger la función renal y controlar el metabolismo de la glucosa de manera simultánea. Así, la triple intervención representa un avance significativo en el manejo de estos pacientes.
Arranz ha destacado que el objetivo principal es concienciar sobre la importancia de aplicar “esta familia de fármacos cuanto antes”, lo que será “mucho mejor para las personas con diabetes, con insuficiencia cardíaca y con enfermedad renal”. La aplicación precoz y adecuada de estos tratamientos no solo mejora la calidad de vida de los pacientes. También optimiza el uso de recursos sanitarios al reducir complicaciones y hospitalizaciones.
Diagnóstico precoz
Entre los aspectos principales abordados en esta mesa de debate, Arranz ha resaltado la necesidad de un diagnóstico temprano para mejorar el manejo de estas enfermedades. De hecho, ha comentado que en Atención Primaria (AP) se hace “mucha medicina preventiva”. Una adecuada historia clínica y la identificación de factores de riesgo, como el sobrepeso, la hipertensión o alteraciones en el perfil glucémico y lipídico, son esenciales para detectar a tiempo cualquier problema de salud.
Por tanto, el papel de estos médicos es clave para orientar a los pacientes hacia un estilo de vida saludable que incluya una alimentación equilibrada y actividad física regular. “Si seguimos esos protocolos, podemos coger a tiempo determinados problemas de salud o incluso evitar que se desarrollen complicaciones modificando estilos de vida”, ha insistido.
La discusión también abordó otras dificultades que enfrentan los médicos para ofrecer una atención de calidad. Arranz ha reclamado contar con más tiempo para atender a los pacientes. También, mejorar el acceso a estos tratamientos que han demostrado ser efectivos. Estas demandas no solo buscan mejorar la calidad de vida de los pacientes, sino también reducir el gasto sanitario en el largo plazo.
Manejo de la insuficiencia cardíaca
La insuficiencia cardíaca es una de las patologías que más preocupa a los médicos por su complejo manejo. Según Arranz, una de las claves es “saber que hay factores como la diabetes, la enfermedad renal crónica, el sobrepeso y la hipertensión que pueden contribuir a su desarrollo”. Así, detectar cambios en los síntomas durante las consultas periódicas es crucial para diagnosticarla a tiempo. “Cuando exista un cambio en los síntomas de las personas en los controles periódicos, hay que pensar en la insuficiencia cardíaca”, ha alertado.
“Una vez que ocurra, hay que instalar un tratamiento rápido, efectivamente complejo, pero que si se aplica de forma precoz, conseguimos sustanciales mejoras. La primera es reducir las hospitalizaciones por insuficiencia cardíaca y reduciendo eso conseguimos mejorar espectacularmente el pronóstico. Todo ingreso hospitalario en un paciente con insuficiencia cardiaca a medio y largo plazo aumenta de forma considerable el porcentaje de complicaciones y de fallecimiento. Acorta la vida, la expectativa y la esperanza de vida de nuestras personas con diabetes y con insuficiencia cardiaca”, ha aseverado.
Concienciar sobre el síndrome CRM
La enfermedad renal crónica suele asociarse con un aumento en la mortalidad, principalmente debido a problemas vasculares. “El principal motivo de mortalidad en un paciente con enfermedad renal crónica es casi siempre un problema vascular”, ha señalado Arranz. La progresiva disminución de la función renal contribuye a la aparición de patologías cardiovasculares, que finalmente resultan en complicaciones fatales.
Si bien el conocimiento sobre las enfermedades cardíacas y renales ha aumentado, el síndrome cardiovascular-renal-metabólico aún no es ampliamente conocido entre la población general. Por ello, Arranz ha indicado que cuando se detecta un problema renal, “hay que vigilar mucho los problemas cardiovasculares o, cuando hay insuficiencia cardíaca, vigilar el riñón y el metabolismo de la glucosa”. De esta forma ha hecho un llamamiento por concienciar sobre este sindrome.
