Ni los huracanes y las huelgas han podido frenar la racha de creación de empleo que ha caracterizado el mandato de Joe Biden en la Casa Blanca. Pese a que el fantasma de la recesión ha sobrevolado la economía varias veces, se ha creado empleo en todos y cada uno de los meses en que ha sido presidente. Sin contar enero de 2021 (tomó posesión el día 20), son unos 16 millones de empleos creados en 45 meses, un récord histórico, en parte por la recuperación de la pandemia. En octubre, sin embargo, esa creación de empleo frenó en seco. Con la huelga de Boeing y los huracanes Milton y Helene como lastres, se crearon 12.000 empleos, según las cifras difundidas este viernes por la Oficina de Estadísticas Laborales, dependiente del Departamento de Trabajo. Es la cifra más baja desde que en diciembre de 2020 se destruyó empleo por última vez y el dato llega en vísperas de las elecciones presidenciales. La tasa de paro se mantuvo en el 4,1%
Los economistas esperaban la creación de unos 108.000 empleos y que la tasa de paro se situase en el 4,1%. El dato está distorsionado por esos factores extraordinarios, pero, junto con otros datos conocidos esta semana, muestran que la economía llega a las elecciones en buena forma. El Departamento de Comercio comunicó el miércoles que el producto interior bruto creció un 0,7% en el tercer trimestre (a una tasa anualizada del 2,8%), muy por encima del nivel medio de las economías avanzadas. Por su parte, el deflactor de los precios de consumo personal, el índice PCE, el preferido por la Reserva Federal, bajó en septiembre al 2,1%, a solo un paso del objetivo de estabilidad de precios del 2%, aunque con una inflación subyacente, que excluye la energía y los alimentos, todavía del 2,7%. En el informe de este viernes se indica que el salario por hora ha aumentado un 4% de media en los últimos 12 meses.
Crecimiento robusto, mercado laboral dinámico, inflación ―casi― bajo control y ganancias de poder adquisitivo desde hace muchos meses configuran un panorama económico muy alejado de los mensajes apocalípticos de Donald Trump. En realidad, el principal problema que afronta la economía estadounidense es el de las cuentas públicas, con un déficit y una deuda disparados. De eso, sin embargo, no solo no se habla apenas en la campaña, sino que las propuestas de ambos candidatos (especialmente las del republicano) agravarían la situación.
Aunque la inflación haya bajado, los precios no lo han hecho. Los consumidores aún tienen frescos en la memoria lo que costaban las cosas no hace tanto. Ahora, los dólares cunden menos al salir a cenar o comprar en el supermercado. Eso explica cierta frustración entre los votantes, especialmente los de bajos ingresos, más golpeados por el encarecimiento de los productos básicos.
Además, los republicanos pueden aprovechar este dato aislado de empleo para hacer sonar las alarmas. En el informe de este viernes, además, se revisa a la baja la creación de empleo de agosto, de 159.000 a solo 78.000 puestos de trabajo, y la de septiembre, de 254.000 a 223.000.
La Reserva Federal ha conseguido maniobrar con sus subidas de tipos para lograr el aterrizaje suave de la economía, es decir, contener los precios con sus subidas de tipos de interés sin provocar una recesión ni pérdidas masivas de empleo, como en anteriores episodios inflacionistas, incluidos algunos de menor calado.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, ha iniciado un ciclo de rebajas del precio del dinero que comenzó con un agresivo recorte de medio punto en septiembre, tras percibirse señales de debilidad en el mercado laboral por las malas cifras datos de agosto. El dato de empleo de este viernes no es significativo, por las distorsiones de huracanes y huelgas, pero otros indicadores recientemente conocidos muestran que no hay señales alarmantes, pero sí cierto enfriamiento. Eso permitirá al banco central graduar sus próximos movimientos.
Los inversores dan por hecho que la Reserva Federal bajará un cuarto de punto, hasta el rango del 4,5%-4,75%, los tipos de interés en su reunión del próximo jueves, en plena resaca de las elecciones presidenciales, cuando quizá aún no se conozca siquiera al ganador. También ven muy probable, aunque no segura, otra rebaja de 0,25 puntos en la reunión que acaba el 18 de diciembre. Los datos de precios y empleo que se conozcan hasta entonces dictarán sentencia.