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JAVIER ESTEPA
Actualizado
La previa en los exteriores del Metropolitano estuvo marcada por la brutal llegada del autobús del Atlético de Madrid arropada por miles de rojiblancos alentando a los suyos y por las cargas policiales a un grupo de Ultras Sur. Mucha tensión y color en las horas previas, pero con el pitido inicial del Atlético-Real Madrid la locura.
El espectacular recibimiento de la afición del Atlético a su equipo en los alrededores del Metropolitano
Y es que el Metropolitano fue una casa de locos. Primero con la emoción del tifo ‘Me mata, me da la vida’ y después por el gol de Gallagher en el segundo 27. Ni el más optimista se pensaba que el arranque podía dibujarse así.
Empuje Giuliano
La garra puesta por Giuliano Simeone en la primera parte también contagió al Atlético. Primero con ese roce con Kylian Mbappé. Se fue al suelo hasta tres veces ante el francés. Después, con la entrada involuntaria que le hizo a Carlo Ancelotti al intentar que el balón no saliera por la banda.
Pitos a Courtois
La aficionada se acercó a quitar la basura de la placa del jugador madridista.
Thibaut Courtois siguió recibiendo pitos por parte de la grada del Metropolitano. No se olvida su pasado y el belga notó la presión de los aficionados del Atlético cada vez que tocaba una pelota.
Insultos y la jugada de Mbappé
Fue en la segunda mitad cuando se escucharon más insultos contra el madridismo. El Atlético de Madrid volvió a salir mejor plantado al terreno de juego y eso siguió animando a su hinchada.
Cuando todo parecía controlado, un descomunal juego de piernas de Mbappé dentro del área significó el penalti a favor del Madrid. El estadio enmudeció… hasta que Vinicius mandó la pena máxima a la grada.
Los penaltis enmudecieron al Metropolitano
En una eliminatoria que será recordada siempre, el Real Madrid se metió en los cuartos en la tanda de penaltis. Diego Pablo Simeone pidio a su hinchada que animara a los jugadores por el partidazo disputado en el Metropolitano.
