El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, aseguró el miércoles 11 de diciembre que “no anticipa” ningún cambio de la política de la Casa Blanca con respecto a La Habana antes de que el presidente Joe Biden deje el cargo, el 20 de enero de 2025.
“No anticipo ningún cambio en nuestra política hacia Cuba por parte de esta Administración”, afirmó el jefe de la diplomacia estadounidense durante una comparecencia ante un comité parlamentario, citó la agencia EFE.
Blinken reiteró esa postura cuando luego se le preguntó sobre si la Administración demócrata está revisando en estos últimos días la designación del Estado cubano como patrocinador del terrorismo.
“Como he dicho, no anticipo ningún cambio”, afirmó.
Lo anterior, de cumplirse, sería un varapalo mayúsculo para el régimen de la Isla, que se ha enfrascado en el último año en tratar de conseguir esa concesión de la Administración Biden, como hiciera al finalizar su ejercicio del cargo Barack Obama en 2015.
Al terminar su segundo mandato, Obama excluyó a La Habana de la lista de patrocinadores del terrorismo, pero su sucesor, Donald Trump, la devolvió a esa relación en 2021. El régimen cubano califica esa medida como muy lesiva para sus finanzas, y asegura que tal designación se basa en argumentos falsos.
El régimen de Cuba fue parte de esta lista de EEUU entre 1982 y 2015, así como a partir de 2021 y hasta hoy.
La Habana no ha ocultado su aspiración para que Biden la borre del grupo de regímenes sancionados por Washington, e incluso ha cabildeado en EEUU a través de legisladores afines, grupos de la sociedad civil estadounidense con vínculos con La Habana, expertos de la ONU, representantes de la Iglesia y personalidades de los negocios.
Esas demandas arreciaron luego de que en mayo pasado EEUU excluyera a Cuba del listado de países cuyos gobiernos no cooperan plenamente en los esfuerzos antiterroristas de Washington. En esa ocasión, Blinken dijo ante la Cámara de Representantes de ese país que la decisión se debió a “la revisión anual, los requisitos de la designación y el cambio de circunstancias”.
Tras una pregunta del congresista cubanoamericano Mario Díaz Balart, quien recordó a Blinken los numerosos casos de prófugos de la Justicia estadounidense refugiados en la Isla, así como la alianza de La Habana con la Rusia de Putin y la milicia palestina Hamás, el funcionario justificó la decisión.
Blinken reiteró que la salida de Cuba de la lista se debió a que el Gobierno de Colombia suspendió las órdenes de extradición que pesaban sobre los miembros de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) que estaban en la Isla, el argumento central para incluir a La Habana en la lista de Washington.
Agregó que Washington ha “reanudado la cooperación policial con Cuba como parte del interés nacional” de Estados Unidos.
Blinken recordó que hay otras sanciones sobre La Habana que siguen vigentes, en especial su inclusión en el listado de Estados promotores del terrorismo.
Vedant Patel, portavoz adjunto del Departamento de Estado, había dicho días antes que “se puede cooperar en la lucha contra el terrorismo, pero aún creemos que hay acciones (de La Habana) que apoyan las actividades terroristas”.
Al responder a una pregunta sobre el tema durante una rueda de prensa regular de la entidad federal, Patel precisó que “la inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo es un procedimiento completamente independiente de ser reconocido como un Estado que no coopera plenamente. Sucede que se reconoce que los países no cooperan plenamente, pero no se incluyen en la lista de patrocinadores del terrorismo, y viceversa”.
Patel recordó que “las ventas de material militar a Cuba seguirán restringidas”, y enfatizó en que cualquier cambio en la condición de La Habana como Estado patrocinador del terrorismo está sometido a criterios que toca definir al Congreso de EEUU.
Para designar a un país como patrocinador del terrorismo, la legislación estadounidense exige al secretario de Estado que determine que el Gobierno de dicha nación ha brindado apoyo repetidamente a grupos terroristas.